El contrabando de tabaco aumenta pese a los mecanismos para combatirlo

La crisis agudiza el ingenio y el contrabando de tabaco procedente de Gibraltar se ha convertido en una actividad ilícita que se ha disparado en los últimos años. Así lo constatan los balances facilitados cada año por la Guardia Civil y los servicios de los que informa de manera periódica.

Tal y como este diario publicó en febrero, el tabaco intervenido en la Verja durante el año pasado se duplicó respecto a 2010. Si hace dos años las cajetillas interceptadas en la Aduana fueron 319.102, el año pasado fueron 627.202, prácticamente el doble. Además, es en este punto donde más tabaco se intercepta: solo durante el año pasado tres veces más que en el resto de la zona. Y es que Gibraltar sigue siendo la principal vía de entrada de tabaco de contrabando en Andalucía. Estas cifras desvelan la mercancía que se intercepta, lo que da una idea de la que entra de manera ilegal.

Aunque la Guardia Civil ha endurecido los controles, tanto por mar como por tierra para erradicar esta práctica ilícita, algo que ha motivado duras críticas sobre por las colas de motoristas que se han venido produciendo en Gibraltar, integradas en su practica totalidad por trabajadores españoles en el Peñón que no comercian con esta mercancía, estos mecanismos consiguen ser burlados a diario por quienes se dedican al matuteo y la entrada de cartones de cigarrillos de contrabando es continua.

Este diario pudo comprobar cómo entra tabaco ilícito a diario en la zona de la playa de Santa Bárbara que linda con la Verja de Gibraltar. Hay personas que saltan desde el Peñón a La Línea con varios cartones de tabaco y que lo hacen en distintas ocasiones cada día, y otras que los lanzan por la reja ya que en La Línea hay otras personas con motos esperando la mercancía. Esta práctica se produce a plena luz del día y Europa Sur ha constatado que se trata de una actividad ilícita constante.

En la Aduana gran parte del tabaco es interceptado en vehículos aunque también adosado en el cuerpo de personas y en la ropa.

El mar es también un buen aliado para los contrabandistas pese a la vigilancia del servicio marítimo de la Guardia Civil. Precisamente, uno de estos controles ha permitido esta misma semana interceptar 4.500 cajetillas que iban a ser introducidas en la costa mediante dos buzos. Según informó ayer la Guardia Civil en un comunicado de prensa, el servicio fue realizado en la madrugada del pasado jueves, cuando agentes encargados del SIVE (Sistema Integral de Vigilancia Exterior) detectaron con los medios técnicos diferentes un track sospechoso navegando en la zona de poniente de La Línea.

Una vez pasadas las coordenadas a las patrullas marítimas y terrestres en zona la Guardia Civil observó a dos personas en el mar que transportaban unas bolsas atadas con cuerdas al cuerpo y como al observar el despliegue policial las abandonaban, dirigiéndose uno de ellos hacia la orilla, momento en que fue interceptado por las patrullas terrestres y otro comenzó a nadar, si bien fue alcanzado por la patrullera del Servicio Marítimo.

El Instituto Armado intervino las bolsas que los buzos habían dejado en el mar y que contenían 4.500 cajetillas de tabaco de contrabando. A los dos buzos les fue instruida un acta por infracción administrativa de contrabando. De los hechos se instruyeron además las correspondientes denuncias administrativas que en unión del tabaco fueron puestas a disposición de Aduanas.