La Línea en Blanco y Negro

Bar Decano, baúl del arte de Cúchares

  • El bar muestra un mundo multicolor y apasionante del arte del toreo y otros recuerdos locales de La Línea

Bar Decano, en La Línea

Bar Decano, en La Línea / E.S.

Sirvan estas líneas para rendir un nostálgico homenaje al recuerdo de aquellos viejos cafés de antaño de nombres más populares, como La Austríaca, La Marina, Anglo Hispano, El Dique y ABC, así como a otros coetáneos suyos aún existentes, como España, Alcoba, El Disloque, La Parada, El Cirilo y Agua Pato.

Igualmente nuestro recuerdo a las viejas peñas taurinas de gloriosos nombres, como el Club Joselito, fundado en 1918, además del Club Belmonte, la Peña Taurina Linense, Carlos Corbacho, Gregorio Sánchez, Joselito Manolete o el Museo Taurino El Burladero. Todos esos lugares nos han inducido a reunirnos con los amigos alrededor de una mesa de un familiar café, mejor dicho bar, para pasar unos momentos agradables y felices, de charla y alegría con el consiguiente aderezo de un buen vaso de café, una copa de aguardiente o un clásico chato de vino. 

Nos hemos acordado de que en nuestra ciudad existe también otro de esos típicos lugares donde la pura amistad y un ambiente saturado de nuestra fiesta nacional embargan al visitante que por primera vez penetra en él, pues se trata nada más y nada menos que del popular Bar Decano, situado en la calle del Padre Cantizano. Allí existe un maravilloso mundo multicolor y apasionante del arte del toreo y otros recuerdos locales. Por estar algo apartado del tráfico mundanal de la ciudad, pretendemos descubrir para conocimiento de todos los linenses.

En este tranquilo y casi familiar Bar Decano, nombre puesto en honor al famoso coñac, también tiene su lugar de cita la peña de amigos que se llaman Los Pipiolas, debido a que solo suelen degustar la rica manzanilla de esta marca. Pero el mayor mérito que posee el Decano lo constituyen los numerosos y valiosos recuerdos taurinos que cuelgan de las paredes, techo y mostrador de este establecimiento, formando un curioso y multicolor decorado compuesto de rarísimos y antiguos carteles taurinos, programas de ferias, fotografías de toreros, picadores, banderilleros, cosos taurinos, especialmente del Campo de Gibraltar, unas copas conteniendo arena de estos ruedos, divisas, marcas de ganaderías, banderines, banderillas, rejones, orejas y un escantillón del año 1905, que perteneció a Don Manuel Paredes, la primera oreja que cortó Rafael Valencia y un sinfín de trofeos más.

Este bar se asemeja más a un interesante y curioso "baúl de los recuerdos del arte de Cuchares" que a un establecimiento de bebidas. El autor y propietario de este pequeño museo particular es don Antonio Rojas Carrillo, persona muy conocida y apreciada en nuestra ciudad, no sólo por su simpatía y bondad, sino por ser uno de los grandes entusiastas aficionados a la Fiesta Nacional.

Entrevista con Paco Tormay de Cozar Entrevista con Paco Tormay de Cozar

Entrevista con Paco Tormay de Cozar / E.S.

"Son tantos los años que vengo dedicándome a ello que ya casi he perdido la cuenta de los carteles, fotografías y trofeos taurinos que tengo. Los vengo reuniendo desde que tenía uso de razón, concretamente desde los 14 años, con la particularidad de que casi todos estos recuerdos taurinos y otros relacionados con la historia de La Línea me los han proporcionado gratuitamente amigos y señores aficionados a la gloriosa Fiesta Nacional a los cuales estaré agradecido eternamente porque gracias a ellos hoy poseo tan interesante exposición de temas taurinos. Su valor sentimental es para mí muy grande, ya que abarca desde la época gloriosa de la tauromaquia hasta nuestros días".

"Calculo que hay unos mil. Los hay de todas las fechas y procedencias, pero especialmente abundando los relacionados con el Campo de Gibraltar y particularmente con La Línea, desde corridas celebradas en el año 1875 hasta las últimas del año 1972", añade don Antonio.

Sin pensarlo un solo momento, descuelgo uno de los cuadros, el que más a la mano estaba, y cuál no es mi sorpresa al encontrarme con un antiguo ejemplar del periódico linense llamado El Pum, de fecha 3 de julio del año 1892, cuyo director era don Enrique García Curado. Leo lo siguiente en su portada: "Velada y Fiestas de La Línea de la Concepción. Tres Corridas de Toros. Actuarán: Luis Mazantine, Enrique Vargas. Seis toros de Doña Teresa del Prado, de Arcos de la Frontera".

Otro de los cuadros que nos llaman la atención es la portada de otro periódico local, un número extraordinario llamado Campo Neutral dedicado a la Velada y Fiestas de La Línea con fecha 14 de julio de 1907, pero la originalidad y gran valor sentimental y artístico de este viejo periódico es que está confeccionado nada menos que por nuestro ilustre e inolvidable pintor don José Cruz Herrera e impreso en la litografía de la Casa Cruz Herrera, en Gibraltar. Como pueden ver ustedes, más bien es un cartel taurino de las cuatro cabezas de toreros que aparecen en su portada. Son las famosas figuras de Miguel Torres Bombita, Manuel Mejías Bienvenida, Bombita III y Faustino Posada, todas ellas pintadas magistralmente por el pintor linense.

Dibujo Punto de Cruz, de Cruz Herrera Dibujo Punto de Cruz, de Cruz Herrera

Dibujo Punto de Cruz, de Cruz Herrera / E.S.

Nos gustaría poder dedicarle unos espacios a todos los carteles y recuerdos que se exponen en este simpático Bar Decano, pero esto no es posible lamentándolo mucho.  Así es que solo vamos a escoger aquellos más significativos y especialmente relacionados con La Línea y el Campo de Gibraltar cuyas fechas comprenden entre los años 1873-1944 y 1972. Por ejemplo, una entrada de la corrida celebrada el primer día de Feria de La Línea en el año 1917, donde torearon mano a mano Joselito El Gallo y Juan Belmonte, con seis toros de Murube, siendo el precio de la corrida de 4 pesetas al sol.

Un programa de la "novillada sin picadores" celebrada en La Línea el 20 de mayo de 1919, donde intervinieron Enrique González Moyano, Alfonso Jordán Pajarero, Antonio Blanco Niño de Tablada y el banderillero Miguel Calvente, con obligaciones de dar la puntilla. Seguimos leyendo carteles taurinos: "Plaza de Toros de La Línea Año 1920, la empresa La Taurina Linense SA inaugura la temporada con los diestros Manuel Soler, José Jiménez Pepete y Alfonso Jordán Pajarero, siendo el precio de las entradas 3,50 pesetas sombra y 2.00 pesetas el sol".

En cuanto al capítulo de las corridas benéficas celebradas en La Línea tenemos interesantes y curiosos carteles que, por cierto, se encuentran muy bien conservados en marcos con cristales. En el primero de ellos: "Gran Festival Benéfico Taurino el domingo 20 de agosto de 1922, Organizado por Los Luises, hermandad de esta ciudad con la valiosa cooperación de los "dependientes de comercio" a beneficio de los padres enfermos de la Sociedad San Vicente de Paúl y Gran Verbena en el Teatro Toledano".

Los otros dos programas benéficos taurinos impresos en la imprenta La popular de Blanco Forcada expresan lo siguiente: "Plaza de Toros de La Línea, gran Becerrada de Beneficencia el jueves 24 de julio de 1913, torearán los aficionados linenses (los señoritos del pueblo): D. Nicomedes Ruiz, Cesáreo Lagoute y Trino Cruz, Banderilleros: Saturnino Chipolina, Gerardo Saccone, José Pérez, Salvador Guzmán, Tomás Mena y Salvador Bedoya, Director; D. Manuel Mejías Bienvenida. Precio de las entradas: sombra 1,50 y sol 80 céntimos. El niño Pepito Muñoz (José Muñoz Molleda) montado en un hermoso caballo pedirá la llave.

"Notable Becerrada de Beneficencia el jueves 25 de julio de 1914. Torearán los distinguidos linenses: Cesáreo Logoute y Luis Ramírez como matadores. Banderilleros: José Ramos, Gerardo Saccone, José Pérez, Manuel Vilches, Luis Calvente y Agustín Acedo. Puntillero: Aurelio Domínguez. Directores, Emilio Griffith y José Vecino. Precios de las entradas: Sillas una peseta, valla 1 pesetas, delantero 75 céntimos, sombra 50 céntimos y sol 25 céntimos".

En medio de tantos recuerdos taurinos, descubrimos una fotografía donde se encuentra don Emilio Villar hablando con el diestro Paco Lara en el año 1944, cuando son Emilio era empresario de la plaza de toros de La Línea.

En otra foto descubrimos a la famosa banda de música municipal La Lealtad en la escalinata del palacete residencia de Saccone (hoy Jardines Municipales) donde se tocó la diana durante la Velada y Fiestas de La Línea en el año 1909. En el centro de la fotografía se ve a don Juan Borgoñon Florín, teniente de alcalde y presidente de la Sociedad Musical.

Uno de los carteles del local, en 1912 Uno de los carteles del local, en 1912

Uno de los carteles del local, en 1912 / E.S.

Corrida favor de la guarnición de Gibraltar

Don Antonio nos descuelga de un rincón del local unos marcos de madera con cristales. El más pequeño de los dos contiene un programa taurino nada menos que del 9 de julio de 1873, redactado en español y en inglés. Se trata de un recorte de una revista inglesa titulada The Strand Magazine, pero lo más curioso de este programa no es que sea bilingüe, sino que la corrida que se anuncia en el cartel está patrocinada a beneficio de la guarnición británica de Gibraltar. El texto del cartel dice lo siguiente: "Plaza de Toros de Algeciras. Días 8 y 9 de junio de 1873, primer día seis toros de Anastasio Martín de Sevilla. Segunda tarde, seis toros de la señora viuda de Varela (hoy de Jerónimo Martínez Enriles), Espadas Manuel Fuentes Bocanegra de Córdoba y José Sánchez Campos Cara Ancha de Algeciras.

El otro cartel es de una novillada celebrada el domingo 3 de abril de 1910, en la que toreaba como sobresaliente Juan Castro Niño de Ginés. El cartel tiene su significado anecdótico, en primer lugar porque el Niño de Ginés era muy conocido en esta localidad por tener fama de matón, aunque personas que le conocieron dicen que era un poco un Don Juan. Murió algunos años después de un tiro de pistola que le dio Frasquito el Cigarrero en el ya desaparecido café El Barco de la calle San Pablo. Según se dijo, fue trasladado a falta de una camilla en una simple escalera a la casa de socorro que en aquel entonces se encontraba instalada en la calle Isabel la Católica.

Entrada, 5 de julio de 1908 Entrada, 5 de julio de 1908

Entrada, 5 de julio de 1908

Entrada, 5 de julio de 1908 Entrada, 5 de julio de 1908

Entrada, 5 de julio de 1908 / E.S.

"El cartel vino a mis manos una forma muy curiosa. Me lo regaló un taxista ya fallecido llamado El Lecherito, que trabajaba en la parada de la Plaza de la Iglesia. Resultó que una noche en que reinaba fuerte viento, este amigo taxista estaba junto a su vehículo cuando de pronto, volando como una gaviota malherida, un papel ya amarillento y sin saber de dónde vino a caer a sus pies. Por simple curiosidad lo cogió para ver qué era. Entonces descubrió para su sorpresa que se trataba de un antiguo cartel taurino del año 1910, y acordándose de que un servidor de ustedes se dedicaba a coleccionar motivos taurinos, me lo regaló", relata don Antonio.

"Desearía aprovechar la ocasión que se brinda para expresar mi más profundo recordatorio a mi gran amigo de la infancia Paco Correa, uno de los más entusiastas aficionados y entendidos del arte de torear, al que yo consideraba como un técnico de estas cuestiones.

"Recuerdo con mucha nostalgia aquellos agradables momentos que pasábamos juntos durante nuestra juventud. Incluso en edad más madura asistíamos a los ruedos de Ceuta, Málaga, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Cádiz y Algeciras, para disfrutar de las maravillosas actuaciones de los diestros más famosos.

Llega Juan, de la peña Pipiola, y con expresión de plena satisfacción reflejada en el rostro exclama: "¡Antonio lo de siempre!". Nuestro amigo Antonio, imitando un ceremonial, abre el grifo del barril de la manzanilla Pipiola y le sirve una copa del dorado y estimulante líquido que como dijo alguien lleva dentro el sol de España.

Bar Decano Bar Decano

Bar Decano / E.S.

Otras voces se escuchan: "¡Un té con aguardiente!, "¡Antonio póngame una copa de Ginebra!", "¡Un chato de vino..!"... Así es que apuramos de un sorbo nuestro té con aguardiente que, por cierto, ya está más frio que un helado y nos despedimos de nuestro buen amigo don Antonio Rojas Carrillo, deseándole prosperidad en su negocio y más que nada que Dios le de mucha salud.

Extracto de un artículo del historiador linense Francisco Tornay de Cozar publicado en el Diario Área en 1972.

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