Turquía: destino de un Erasmus empeñado en aprender lenguas
Linenses por el mundo
Daniel Pérez Ortiz. Después de completar sus estudios de Filología Árabe en Granada, este joven linense puso rumbo a lo desconocido "para ampliar horizontes"
D ANI Pérez es otro de esos linenses jóvenes –en la actualidad tiene sólo 22 años– que no han dudado en soltar los grilletes y se ha marchado fuera de España en busca de una experiencia que le permita despejar su futuro laboral. Después de estudiar Filología Árabe en la Universidad de Granada aceptó una beca Erasmus que le ha convertido en alumno de la Selçuk Üniversitesi, en Konya, una ciudad ubicada en el mismo centro de Turquía, a dos horas de la capital, Ankara, y que cuenta con la friolera de tres millones de habitantes.
Dani Pérez vivió en La Línea hasta que comenzó su carrera universitaria en la capital nazarí y de eso hace apenas cinco años. Hijo de dos conocidos maestros (Francisco Pérez Moya en el Huerta Fava y Emilia Ortiz Cuenca en el CP Gibraltar) y vecino de la calle Nueva –o para ser más correctos Mariano de Cavia– en una casa en la que también residían su abuela María y su hermana Carmen, que ahora estudia Música, también en Granada.
Tras una etapa, de la que apenas tiene recuerdos, en la Guardería ‘Nani’, Dani Pérez empezó infantil en el Antonio Macahado, pero al convertirse éste en Instituto se vio obligado a desplazarse al CP Gibraltar, donde, explica, estudió “en la clase de la señorita Lucy, con sus fichas del siglo pasado, en las que aprendíamos a restas y sumar con pesetas, a pesar de que nuestra generación ya no usaba pesetas, sino euros…”.
Finalizada su etapa escolar comenzó otra en el Instituto Menéndez Tolosa (el Instituto Viejo para la mayor parte de los linenses), un periodo complicado que le catapultó a la Universidad de Granada, la que eligió en gran medida por el deseo de vivir en esa capital. “Tenía la posibilidad de elegir entre Historia y Filología Árabe, pero opté por este último por la sencilla razón de que quería conocer una nueva cultura e introducirme en una lengua que me sirviera de vehículo para entender la que es también una parte de nuestra historia de primera mano, así como de ampliar horizontes”, explica.
Una vez completados sus estudios, la oferta era bastante reducida a la hora de elegir un Erasmus: Egipto o Turquía y la decisión fue la Universidad de Konya.
“La ciudad destaca por su religiosidad y está considerada la más conservadora de Turquía”, comenta Dani Pérez. “Es una ciudad limpia y moderna pero en la que no hay apenas paso de peatones”.
“Para estudiantes, como es mi caso, resulta un tanto aburrida, ya que no tiene muchas distracciones para la juventud”, abunda. “Por lo demás es una ciudad tranquila donde rara vez pasa algo importante. Eso si tiene unas infraestructuras modernas que no tienen muchas ciudades españolas y la gente es respetuosa y acogedora hacia los viajeros, como quedó demostrado cuando vino mi familia”.
“Tengo miles de anécdotas curiosas. Entre ellas es costumbre por aquí que cuando compras en una tienda te redondean a la baja, es decir te descuentan dinero”, asegura. “Por ejemplo si compras por valor de 15, 75 euros te piden solo 15 o incluso te lo dejan en 14”.
“La universidad en la que estoy estudiando se llama Selçuk Üniversitesi y está ubicada algo lejos del centro de la ciudad. Sin embargo el campus posee una línea de tranvía que conecta con el centro en unos 40 minutos. A los estudiantes Erasmus nos dan una tarjeta especial con la que todos los transportes incluido el tranvía son gratuitos”, explica este emigrante linense. “La mía es una de las cuarto universidades que hay en Konya y acoge a unos 60.000 estudiantes. El campus incluye piscina olímpica, estadio de fútbol, canchas de tenis y de baloncesto y a menudo acoge competiciones locales”.
“Uno de los problemas es que muy poca gente habla inglés en Turquía (exceptuando Estambul, Antalya…) y menos aún en Konya”.
“El trabajo que hago en la Universidad no es muy distinto al que hacía en Granada, pero aquí además estoy estudiando turco en un centro de lenguas, Tömer, en el que confío en sacarme al menos el título de B2”, acaba el protagonista de esta historia, que está deseando que llegue el pronto momento de volver a casa.
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