La Sexta muestra en un reportaje los entresijos del contrabando en La Línea

En medio de la noche, una lancha neumática cruza los cuatro carriles del paseo marítimo de Levante portada al hombro por varios hombres. La imagen, borrosa y oscura, aparece en prime time y forma parte del programa Equipo de investigación centrado en el contrabando de tabaco y emitido en la noche del viernes por La Sexta. A los pocos minutos, según la voz en off, los porteadores vuelven con cajas repletas de cigarrillos y se guarecen en el intrincado laberinto de calles de La Atunara.

El programa centra buena parte de su hora de duración en desgranar los entresijos de una práctica que califica como crimen organizado a gran escala con la implicación de Gibraltar, "el colaborador necesario". La colonia, a su vez, acusa a España de provocar el problema. Según los reporteros, el contrabando de tabaco en Andalucía (con su epicentro en La Línea y Gibraltar) supone defraudar 500 millones de euros en impuestos al Estado. Son, según los reporteros, las dos ciudades más señaladas por Europa por esta práctica.

Pero el espacio, además de mostrar todos los puntos de vista del tráfico de tabaco -matuteo, dobles fondos en motos y coches, lanzadores sobre la verja o lanchas- también incurre en comparaciones entre La Línea, ciudad que define como deprimida y jalonada por esta práctica al sumar un 50% de paro sobre la población potencialmente activa, y Gibraltar, donde se asientan mafias que controlan el negocio y que apuntan como la tercera ciudad más rica del mundo.

"Tienen su base aquí. En una ciudad abandonada, destrozada por el paro y arruinada por los políticos", describe la voz en off sobre la ciudad mientras aparecen imágenes de calles plagadas de basura, grafitis e incluso una rata muerta (y también la viva que obligó a cerrar quirófanos del hospital). A los pocos segundos, la calle Real de Gibraltar enseña un aspecto pulcro, impoluto, marcado por las joyerías de lujo y la banca.

Según La Sexta, Gibraltar importa 120 millones de cajetillas de tabaco al año, el equivalente a que cada gibraltareño -niños incluidos- fumara ocho paquetes diarios. A partir de ese dato, muestra los controles en la aduana, las intervenciones de la Guardia Civil, los testimonios de varios matuteros (con pase ilegal de tabaco incluido) y rifirrafes con otros menos dispuestos a exhibirse.

Todo el trabajo de las fuerzas del orden en la Aduana queda derribado -como la roca de Sísifo- cuando entran en escena sendos camiones que importan tabaco desde España a la colonia británica. Una imagen que, para los agentes, supone la vuelta a empezar.

Como era previsible, la emisión del reportaje levantó de nuevo críticas en la ciudad por la imagen ofrecida al resto de España focalizada en una práctica ilegal frente a los numerosos valores positivos que atesora La Línea. En las redes sociales hubo intenso debate en el que hasta el concejal Ángel Villar, el PSOE local y el candidato del PP a la Alcaldía, Nacho Macías, rechazaron vía Twitter el contenido por ofrecer una visión negativa.