“Arráncame una mata de pelo y úsala para seguir buscando a mi padre cuando yo ya no esté”. María Gálvez Sánchez, muerta en 2019 a los 92 años, se lo dijo un día a su hija en sus últimos años de vida. María albergó siempre la esperanza de localizar los restos de su padre, Manuel Gálvez Vázquez, asesinado y hecho desaparecer en febrero de 1937 por las tropas fascistas. El ADN contenido en su cabello fue el asidero de María para mantener, más allá de su propia muerte, su deseo de darle a su padre un descanso digno. Y de, por fin, calmar su dolor de huérfana desde los diez años.

Su sobrina Asunción Gálvez tiene muy presente el deseo de su tía y este sábado ha llevado a su padre, Manuel Gálvez Sánchez, vecino de La Línea, a donar ADN a la recogida de muestras de material genético de familiares de desaparecidos o asesinados tras el golpe de Estado y la represión franquista de 1936 en adelante, organizada en esta ciudad por el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, en colaboración con el Ayuntamiento. 

La recogida de muestras genéticas es un paso indispensable ante los próximos sondeos que se van a realizar en el cementerio de La Línea para buscar posibles fosas con víctimas de la represión franquista. Estos trabajos, con el apoyo de la Diputación, comenzarán a finales de diciembre. Así, con las muestras se podrán hacer en el futuro cotejos y comparación de los posibles restos que se hallen en el camposanto en unos trabajos que coordina el arqueólogo Jesús Román. 

La iniciativa se ha efectuado con la colaboración del Ayuntamiento en la sede de la Unión Deportiva, en la céntrica plaza Fariñas. Allí, las personas convocadas han sido sometidas a una sencilla prueba consistente en la toma de ADN del interior de los carrillos y la recogida de datos relativos a su identidad y la del familiar o familiares que buscan. Toda la información será enviada al laboratorio de la Universidad de Granada. 

El Ayuntamiento de La Línea ha citado a una veintena de familias, según una relación aportada por el Foro por la Memoria. En esta relación se incluyen algunos vecinos que viven en otras ciudades de España, e incluso en Inglaterra. En total, han acudido catorce personas de trece familias distintas. 

Otras cuatro familias que viven en otros lugares de España, que no han podido desplazarse a La Línea para dar su material genético, han hecho llegar al foro sus contactos y direcciones para que esta organización les envíe los hisopos y formularios y ellas puedan usarlos para completar el trámite.

Varios integrantes del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar y el arqueólogo Jesús Román han atendido a los familiares y se han encargado de recoger la información personal y de tomarles las muestras de la saliva.  Román ha explicado a los familiares que,  muy posiblemente, a principios de  diciembre comenzarán los sondeos y catas en el cementerio municipal, financiados por la Diputación de Cádiz. Estos trabajos se desarrollarán en los lugares donde el estudio con georradar del año pasado señaló  una serie de anomalías en el subsuelo que podrían ser compatibles con la existencia de fosas con víctimas de la represión franquista.

Ceferina Peño, concejal de Participación Ciudadana, ha acompañado a los familiares durante un rato en la Unión Deportiva y ha mostrado la total disposición del Ayuntamiento a colaborar para que las personas que quieran aportar sus muestras de ADN puedan hacerlo aunque sea ya fuera de la convocatoria que ha tenido lugar este sábado. Peño se refería a los vecinos que se han enterado tarde o que se vayan enterando de esta posibilidad en los próximos días conforme vayan avanzando las actuaciones previstas en el cementerio municipal.

Las personas que han donado su ADN son hijos, hijas o sobrinas y sobrinos de los desaparecidos y también nietas y nietos. Todos ellos han contado algunos pormenores del horror vivido por sus antepasados y de las penurias y el desamparo en que quedaron las viudas y huérfanos. Alguna familia ha contados las atrocidades sufridas, especialmente por la mujeres que fueron víctimas, o han hablado del chantaje que hacían las autoridades, que prometían revelar a las viudas el lugar donde estaban los cuerpos de los asesinados a cambio de que ellas firmaran que sus esposos habían fallecido de muerte natural.

Alguna familia ha habido con poca información sobre el abuelo o el bisabuelo, pero la mayoría sí conserva buena memoria de lo sufrido por sus antepasados. Y todas quieren llegar hasta el final en su  búsqueda de los restos para darles un entierro digno.

El Foro por la Memoria ha recordado que La Línea fue una de las ciudades de la provincia donde los golpistas ejercieron "con más crueldad y desde muy pronto su represión planificada". Los historiadores calculan que a partir del 19 de julio de 1936 fueron fusiladas en esta ciudad al menos 300 personas. Además, se produjo el encarcelamiento de centenares y la huida de miles de personas a través de Gibraltar o Málaga.