Estudiantes y emprendedores, unidos
El IES Mediterráneo participa en el programa de Miniempresas Educativas con cinco cooperativas Los alumnos aprenden nociones de gestión empresarial durante el curso
De poco sirve la teoría si no hay oportunidad de llevarla a la práctica. Bajo esta premisa se desarrolla a lo largo del curso académico en varios institutos de la ciudad el programa de Miniempresas Educativas creado por la fundación Andalucía Emprende en colaboración con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. La iniciativa fomenta la cultura emprendedora del alumnado mediante la creación de cooperativas laborales que desarrollan su actividad durante el curso en paralelo a las clases.
El IES Mediterráneo de La Línea es uno de los tres centros educativos en los que se desarrolla este programa y es, a su vez, el que mayor número de miniempresas concentra. Un total de cinco propuestas en las que se involucran 239 alumnos de Formación Profesional y 23 profesores. Sus cooperativas producen bienes y servicios variados como cerveza artesanal, venta de abalorios, peluquería o reparaciones informáticas. "Los alumnos se sienten más implicados y las materias van rodadas porque ven una aplicación práctica. Les motiva", apunta Noelia Domínguez, coordinadora del programa en el IES Mediterráneo.
Las miniempresas acercan el mundo de los negocios al aula y promueven las habilidades que el alumnado necesitará una vez que concluya sus estudios para integrarse en el mundo laboral por cuenta propia (una salida cada vez más frecuente). Además, sirven de vehículo para transmitir valores como el trabajo en equipo, conciencia social o asunción del riesgo.
Cada una de las miniempresas abarca una temática relacionada con el ciclo formativo del que depende, con el fin de que se integre perfectamente en la dinámica de clase. Así, los estudiantes de Administración y Finanzas, tanto de grado medio como del superior, han constituido este curso sendas cooperativas -Cooperativa del Sur y AMAF- dedicadas a la compra-venta de artículos de regalo. Con ello practican la gestión de estocajes, compra de mercaderías y márgenes comerciales, además de contabilidad y gestión tributaria. Sus productos se venden en los recreos.
MediH@ard III, de los dos FP de Informática y Comunicaciones (grado medio y superior) se encarga de la reparación de equipos informáticos. Los alumnos de grado medio arreglan de los ordenadores de sobremesa mientras que los del ciclo superior abren portátiles sin complejos.
Fashion-Look es la cooperativa de servicios de imagen personal del FP Básico y abarca servicios de peluquería, manicura, maquillaje o vestuario. Las propias alumnas o sus amigos pasan por el gabinete como clientes.
Por último, los estudiantes del FP de Química (grado medio y superior) han creado la cerveza Mediterránea que preparan bajo diversas modalidades y recetas aprovechando su continuo paso por el laboratorio.
A principios de curso se decide la temática y los alumnos pasan a convertirse en cooperativistas con una aportación simbólica de 1 a 3 euros para constituir el capital inicial. La financiación para el día a día se obtiene mediante la venta de los productos, rifas y sorteos y otras fórmulas.
MediH@ard III, por ejemplo, se financia cobrando a un precio módico las reparaciones de los ordenadores del alumnado o sus allegados y, a su vez, los equipos averiados sirven para poner a prueba los conocimientos de los alumnos. "Como empresa, extienden los recibos de recepción y entrega, llevan la contabilidad... Igual que se haría en cualquier tienda de informática", destacan.
"Para los alumnos supone un elemento diferenciador de su formación sobre otros centros. Porque además de los conocimientos del FP se llevan un diploma que acredita que han sido gestores de una empresa", apostilla Domínguez.
Con el final del curso las cooperativas se disuelven. Será el momento de hacer cuentas y balances. El programa establece que al menos el 10% de los beneficios deben ser destinados a obras sociales. "En este caso los alumnos donan la totalidad. No es mucho dinero teniendo en cuenta su aportación inicial y los gastos operativos. Pero es algo", explica la coordinadora. El pasado curso, por ejemplo, donaron los fondos a Hogar Betania y a Cáritas Santiago. La última acción de estas efímeras empresas es, por tanto, todo un ejercicio de Responsabilidad Social Corporativa.
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