Crónica del hospital inacabado
Hoy se cumplen nueve años de la firma de la cesión de los suelos para el nuevo hospital por parte del Ayuntamiento al SAS Tenía que haber sido terminado a finales de 2012
Tal día como hoy de hace nueve años, el 13 de junio de 2005, se firmó el convenio de colaboración entre el Servicio Andaluz de Salud y el Ayuntamiento de La Línea para la cesión de los suelos y la posterior redacción del proyecto de ejecución del nuevo hospital, para lo que a su vez se firmaría otro convenio, esta vez ejecutivo, conteniendo las líneas de colaboración entre ambas entidades en relación con la construcción, equipamiento y puesta en marcha del Hospital.
La cláusula primera de este convenio de 13/06/2005 ya establecía, además de una comisión de seguimiento -que dicho sea de paso, desconozco si existe, y si la hay, quienes son los cuatro que la componen (más que nada para pedirles explicaciones de lo que han hecho por la causa en estos nueve años)-, que el Ayuntamiento de La Línea pondría a disposición de la Junta el suelo necesario para la construcción del nuevo hospital.
La cesión de los terrenos no fue una cuestión pacífica. En 2002, alegando el acuerdo hispano-británico por el que se prestaría asistencia médica a los gibraltareños, el Ayuntamiento asumió la demanda popular de reclamar un nuevo hospital, que se arrastraba desde 1981, cuando la administración socialista pretendió trasladar a Algeciras la UCI por razones económicas, a la que se opuso, junto a 15.000 paisanos más, mi padre (casualidades de la vida, también fallecido un trece de junio), portavoz en aquella ocasión de la Plataforma en defensa del hospital, y seguro que removiéndose, allá donde esté, por este incumplimiento y el ninguneo sistemático a los pacíficos moradores de la comarca oriental.
En 2006, un año después de la firma del convenio, era el PSOE local el que se quejaba en su blog del retraso en la cesión de los terrenos. En julio 2007 Aldepama denunciaba, entre otras cosas, que "la actual clasificación es de Suelo Urbanizable No Sectorizado". En terrenos de este tipo "no es posible conceder licencia de obras alguna hasta tanto los propietarios no hayan adquirido el derecho a edificar". A todos asistía la razón: por una parte, los plazos estaban agotados, como ahora, ya que el informe técnico de la gerencia municipal de Urbanismo, en el anexo quinto, estableció que la totalidad de los procedimientos debían estar finalizados en diciembre de 2006 y, por otra, era la propia Junta de Andalucía la que reconocía, el 12 de marzo de 2006, el colapso del hospital actual por medio del informe de la Consejería de Salud sobre la actividad asistencial en los hospitales andaluces, en la que la opinión de los usuarios "ha colocado como hospital peor valorado de Andalucía al de la Línea, desbordado por la atención diaria de más de 140.000 pacientes". Así las cosas, no debía haber más demoras.
En cualquier caso, la fecha del título de propiedad a favor del Ayuntamiento, según nota simple del registro de la propiedad, es de 23 de marzo de 2007, y la inscripción, de fecha 26 de diciembre de 2008, si bien, vistas las redacciones de los convenios, no tuvo que ser tarea fácil convencer a los propietarios originales de las fincas afectadas, Inversiones Bahía Romana S.L. y familia Tambrig, quienes cambiaban sus terrenos e industrias, respectivamente, por expectativas de futuro en solares, que en el caso de los primeros no consta que lo hayan llevado a cabo; y en el de los segundos fueron naves comerciales en Zabal bajo, en el Camino de la Ermita, con casi 6.000 metros cuadrados las que sirvieron de contravalor no tasados en los convenios pero que pagaremos, antes o después, con nuestros exclusivos impuestos locales para beneficio de gran parte de la comarca. A decir verdad, no me importa si con ello se consigue la añorada calidad en la asistencia sanitaria.
En ambos convenios consta una cláusula que dice textualmente: "Salvo que el proyecto de ejecución que apruebe la Junta no abarque la totalidad de su superficie, en cuyo caso, la superficie sobrante de las fincas descritas se calificará como dotacional público al servicio del ámbito del sector, si fuere preciso. En otro caso, revertirá al patrimonio de los cedentes en iguales condiciones anteriores a la cesión". Cláusula de todo punto inoperativa porque los terrenos ya son de la Junta de Andalucía.
Entre tanto dime y direte, perdidas las obras de remodelación de la plaza de toros y del mercado, cada día más obsoletos, desfasados e ineficientes por cuestiones de dudosa monumentalidad (y a las quejas de los usuarios de ambos edificios me remito), el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 151 de 30/07/2008, publicaba, por fin: "Anuncio de 14 de julio de 2008, de la Delegación Provincial de Cádiz, por el que se hace pública la Resolución de 27 de mayo de 2008 de la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo, por la que se aprueba definitivamente el expediente correspondiente al Plan Especial para la construcción del centro hospitalario en La Línea".
Aquí se afirma que "la titularidad de los terrenos es de la Junta de Andalucía conforme a los acuerdos adoptados para la cesión de los terrenos por parte de los particulares implicados a instancia del Ayuntamiento de la Línea".
Tuvo que pasar casi un año más y llegar al 21 de abril de 2009 para que la Dirección General del SAS notificara a la Delegación Provincial del ramo en Cádiz que tenía previsto adjudicar "a finales del presente mes" las obras para la construcción del nuevo hospital, que tenía una inversión prevista de 48,6 millones de euros.
Un total de quince empresas optaron a construir el nuevo hospital, que se supone, algún día, tendrá una superficie de 32.000 metros cuadrados y cuatro plantas con un total de 234 habitaciones de uso individual, nueve quirófanos, 48 módulos de consultas externas, 19 salas de exploraciones y ocho consultas de urgencias. Las consultas estarán situadas junto a las salas de exploraciones funcionales, lo que evitará a los pacientes desplazamientos innecesarios. Además, el diseño organizativo facilitará las denominadas consultas por acto único de modo que en el mismo día de la visita se puedan realizar tanto las pruebas diagnósticas como las correspondientes propuestas de tratamiento. La misma Junta de Andalucía reconocía que las previsiones de actividad inicial del nuevo hospital seria de una media anual de 7.000 operaciones, 127 consultas de especialistas y 80.000 urgencias. Demasiado bonito para que lo veamos los que tenemos cierta edad.
La administración autonómica continuó en su empeño y parecía que iba en serio cuando poco después, en mayo de 2009, la Consejería de Salud adjudicó en 53,6 millones de euros a la empresa FCC Construcciones las obras de construcción del nuevo hospital y publicó, sin ningún tipo de recato en su contrato programa de 2010-2013 sus prioridades, en las que destacaba la puesta en marcha del hospital.
En 2010 aparecieron los primeros desmentidos ante los rumores de paralización de las obras, siendo la directora-gerente del Área Sanitaria, Inmaculada Cosano, quien disuadió a la Plataforma en Defensa del Hospital de las dudas sembradas por el PP. En una reunión que mantuvo con ellos el 11 de febrero de 2010, les aseguró que estaba garantizado "que no habrá problemas. Aunque explicó que no existían partidas detalladas, insistió en que no habrá ningún tipo de inconveniente por falta de dinero".
Tanto es así que en noviembre de 2011, el día 3, la alcaldesa, Gemma Araujo, el delegado de la Junta de Andalucía en Cádiz, Manuel Jiménez Barrios, y el subdelegado del Gobierno andaluz en el Campo de Gibraltar, Ángel Gavino, junto a responsables de la empresa constructora, FCC, visitaron las obras (hacía ya dos años que se colocó la primera piedra) y afirmaron que en el plazo previsto de 36 meses estarían terminadas, con lo que tras acondicionar el edificio, en los primeros meses de 2013 podrían utilizarlo, ya que las obras concluirían a finales del año 2012.
Pero tal afirmación contrastaba con la aseveración del refranero que dice que cuando el río suena, agua lleva. Las informaciones aparecidas en prensa ya anunciaban la paralización de las obras. En el presupuesto de la Junta para 2012 se dejó sin consignación al nuevo hospital.
Lentos, como de costumbre, los políticos, en este caso del PP, llevaron el asunto al parlamento andaluz. Primero en forma de Proposición no de Ley en mayo de 2012, y después en forma de pregunta el 22 de enero de 2013, publicándola el Boletín Oficial del Parlamento Andaluz, casi un mes más tarde, el 15 de febrero: "¿Tiene intención el Gobierno andaluz de modificar el proyecto del nuevo hospital de La Línea, ahora en construcción? ¿Va a mantener el nuevo centro la misma categoría, cartera de servicios, especialidades y facultativos que tenía el centro actual? ¿Hay alguna previsión de sustituir el actual hospital en construcción por un centro hospitalario de alta resolución?".
La contestación del Consejo de Gobierno se hizo esperar. En una alambicada respuesta, el BOPA del 30 de julio de 2013 publica: "La ejecución de las obras del hospital de La Línea ha sido suspendida de forma temporal debido a la solicitud de Propuesta Técnica de Modificado número 2 del Proyecto de Construcción, que ha sido presentada por los directores de la obra y que manifiesta la necesidad de optimización del proyecto en lo relativo a las instalaciones de Producción Térmica, Energía Solar, Sistemas de Seguridad, Control de Accesos, Circuito Cerrado de Televisión y equipamiento, mobiliario y sistemas de alimentación ininterrumpida. Modificaciones que se deberán contratar y ejecutar con carácter previo a la finalización y puesta en marcha del hospital. Una vez que se finalice la tramitación administrativa de dicho modificado del proyecto, podrán reanudarse las obras".
A la vista del tiempo transcurrido, es obvio que la excusa de las modificaciones del proyecto ya no daban para más y la burda treta queda oficialmente desmentida: el consejero andaluz de la Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, el 31 de enero de 2014, en un ataque de sinceridad, aseguró que la Junta de Andalucía sigue estudiando "fórmulas posibles" para que se puedan reactivar las obras del nuevo hospital de La Línea "en el momento en el que se pueda", si bien reprochó al PP que pida celeridad y "exija algo que al mismo tiempo nos quita".
Antes, otro 31, pero de dos meses antes, Europa Sur publicaba: "Las obras se quedaron inconclusas, aunque con un porcentaje de ejecución de un 75%, que con el tiempo se irá degradando y sin duda su reanudación será mucho más costosa". Mientras tanto, los linenses tienen que acudir a un hospital obsoleto y con muchísimas deficiencias, tanto estructurales como de servicios. Muchos usuarios denuncian que faltan cosas básicas como bisagras en las puertas, o que los rodapiés están por los suelos. En cuanto a servicios, incluso el propio Sindicato de Enfermería denunció no hace mucho la saturación del servicio de urgencias, ya que muchos pacientes que deberían estar en planta ocupan camas en el lugar donde se atienden las necesidades más urgentes.
En tan solo seis meses, pasaron de un problema en la redacción de un proyecto a los recortes. Si bien es cierto que los recortes, como las meigas, existen, no lo es menos que se hacen donde no deben: en los pilares del estado del bienestar: educación, pensiones y sanidad. Pero es que la sanidad andaluza no tiene compartido con la administración central ningún cometido en infraestructuras y equipamiento, lo que quiere decir que la decisión, y hay que ser valientes para asumir las medidas que se toman, es de la propia Junta, y totalmente independiente de cualquier recorte por malintencionado y necesario que sea.
En el presupuesto de la Junta para este año 2014 se han destinado cantidades más que significativas a partidas, a las que restándole porcentajes mínimos, daría de sobra para alcanzar los 5,9 millones de euros que ahora faltan para terminar el hospital, dejando, con ello, satisfechos a los 140.000 usuarios y que formarían parte de "esas formulas posibles" que el consejero de Presidencia no acaba de encontrar.
Para hacerlo facilito, teniendo en cuenta que el presupuesto consolidado por servicios de la Consejería de igualdad, Salud y Bienestar Social es de 2.315.768.718 euros; restando entre las distintas partidas un 0,25%, se podría haber destinado al hospital comarcal de La Línea seis millones de euros.
Recortando a fundaciones y consorcios públicos dependientes de la Consejería de Salud un 5% de los 116 millones de euros asignados, se podría haber destinado al hospital de La Línea dinero suficiente para terminar la obra, ya que la partida habría sido de 5.800.000 euros.
Reduciendo un 5% las retribuciones de los consejeros del Gobierno de la Junta de Andalucía y asimilados, de los viceconsejeros y asimilados durante un par de años, y de todos los altos cargos de la Junta se podrían conseguir 2.760.959 euros, que en dos o tres ejercicios (no es mucho el sacrificio comparado con lo que nos hacen padecer a los de a pie, después se quejan de que los de Podemos saquen votos), alcanzaría para terminar y equipar el hospital.
Y así, con buena voluntad y predisposición, se podrían hacer mil fórmulas, con lo que la clase política recuperaría parte de la legitimidad moral que tienen perdida porque solo piensan en sus faltriqueras y no en la cantidad de personas a las que harían bien distribuyendo un poco más equitativamente los recursos, escasos, que tenemos.
En resumen, solo un 2% del presupuesto de la Consejería de Igualdad, Salud y Bienestar Social (asciende a 300.895.069 euros) habría bastado para concluir el hospital de una vez por todas, pero… hay poca imaginación para estos asuntos.
Es triste que los políticos solo reaccionen ante los violentos, como ha ocurrido en Burgos o Barcelona. A los pacíficos, a los que creemos en el dialogo, en los valores de la convivencia, en el interés general, nadie nos hace ni puñetero caso. De ahí que muchos ciudadanos, sin estas profundas convicciones, estén sopesando atajar tanta desvergüenza extremando sus acciones, visto el resultado inmediato que se obtiene con una buena garata.
¡Cuidadín! La paciencia tiene un límite, y a los linenses ya hay demasiada gente tocándole las narices.
Ahora, cuando en breve empezaran a redactar los presupuestos para 2015, que no se olviden de nosotros. Que se recorten ellos mismos sus generosos sueldos, dietas y componendas varias, para, como dicen los de la Plataforma en defensa del hospital, cada vez que tienen oportunidad, y miles de ciudadanos les corea, sea ¡ya! Porque cada día que pasa sin concluirlo el coste final de la obra se dispara y a la postre pasará como con el tren, que todavía siguen las vías a la entrada de La Línea, pero el tren nunca llega.
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