La linense Begoña Arana, de Nuevo Hogar Betania, presenta este viernes 'La grandeza del calor humano'

Adelanto Editorial

'Europa Sur' ofrece un avance de la obra, prologada por el padre Ángel García, presidente de Mensajeros de la Paz

Los beneficios de la venta se destinarán íntegramente a Nuevo Hogar Betania

Begoña Arana, de Nuevo Hogar Betania.
Begoña Arana, de Nuevo Hogar Betania.
R. D.

16 de junio 2022 - 18:25

La presidenta de Nuevo Hogar Betania, la linense Begoña Arana, presenta este viernes 17 de junio su libro La grandeza del calor humano. El acto está previsto en La Reserva Club de Sotogrande a las 19:00.

Europa Sur les ofrece como adelanto editorial el prólogo firmado por el padre Ángel García, presidente de Mensajeros de la Paz, y un avance del primer capítulo del libro.

Los beneficios de la venta de La grandeza del calor humano serán destinados íntegramente a Nuevo Hogar Betania.

Prólogo

Si hay algo que me une a Begoña de una manera especial es, sin duda, su manera de entender el mundo. Begoña quiere emprender caminos, crear iniciativas nuevas que solucionen problemas para las personas que más lo necesitan. Este fue el mismo motor que me movió hace años a mí a hacer lo mismo. Además, tuve la suerte de compartir ese camino inicial con mi compañero Ángel Silva para crear el germen, llamado La Cruz de los Ángeles entonces, de lo que es hoy Mensajeros de la Paz.

¡Qué importante es saber encontrar compañeros en ese camino! Begoña también se rodea de buena gente, de personas que creen, como ella, que un mundo mejor es posible y por eso le han ayudado tanto a conseguir ayudar cada vez a más personas. Begoña les llama “mi gente” y es cierto que cuando formas un equipo con valores tan espléndidos como los de las personas que trabajan para ayudar a los demás, es cierto digo, que se hable de “los nuestros”. Mensajeros de la Paz no sería igual de grande si no tuviéramos el apoyo de tantos voluntarios, de tantas instituciones, de empresas, de la sociedad civil… Para construir se necesitan muchas manos.

La portada de 'La grandeza del calor humano'.
La portada de 'La grandeza del calor humano'.

Recibió hace unos años el premio Princesa de Girona, que ahora entrega la Infanta Leonor, y en eso también nos parecemos. A nosotros nos tocó el Príncipe de Asturias, que era como se llamaba entonces, y lo recibimos de manos del que ahora es su majestad el Rey Felipe VI. Estos premios no sólo reconocen la labor del que lo recoge, como hice yo, sino el de tantas personas que lo realizan contigo y que no se ven. El Rey Felipe VI le dedicó unas palabras preciosas que me gusta repetirlas aquí: “Begoña comprendió enseguida la necesidad de luchar por una sociedad más justa y por el equilibrio y el cumplimiento de los derechos fundamentales y de ese empeño surgió su iniciativa Nuevo Hogar Betania”.

Estos premios son un impulso importantísimo para dar visibilidad a problemas cuya solución demanda nuestra sociedad y esa visibilidad consigue milagros: apoyos de instituciones, de personas particulares, de empresas, de otras asociaciones… y con ese apoyo se generan nuevas iniciativas y se resuelven problemas. Es decir, se ayuda a quien lo necesita. Me consta que ese crecimiento se ha producido en sus proyectos porque ahora ya tienen más de 30 por España.

Es un honor para mí siempre apoyar a Begoña en cualquier iniciativa social que genere. La conocí precisamente durante la ceremonia de entrega de estos Premios Princesa de Girona hace tres años y me causó una alegría inmensa ver cómo, una persona como ella, dedicada desde los 16 años a ayudar a los demás, era reconocida públicamente así.

Es un honor para mí siempre apoyar a Begoña en cualquier iniciativa social que genere. La conocí precisamente durante la ceremonia de entrega de estos Premios Princesa de Girona hace tres años y me causó una alegría inmensa ver cómo, una persona como ella, dedicada desde los 16 años a ayudar a los demás, era reconocida públicamente así.

Confío en que todos podamos gozar de su entrega y de su generosidad y profesionalidad, porque está muy preparada académicamente hablando, por muchos años más. Que Dios te bendiga y la Santina de Covadonga te proteja.

Padre Ángel García

Presidente de Mensajeros de la Paz

Una infancia de puertas abiertas

Acababa de cumplir 16 años. Era un jueves, lo recuerdo perfectamente. El reloj marcaba las 19 horas. Un impulso muy fuerte dentro de mí me llevó a llamar a una puerta, la del centro de atención a personas sin hogar que acababa de abrir en San Bernardo, la humilde barriada donde mis abuelos vivían en La Línea de la Concepción, en Cádiz. Una chica me abrió, entré. Las primeras palabras que acerté a decir salieron de lo más profundo de mi Ser: yo quería ayudar, no sabía cómo, pero tenía clarísimo que quería estar cerca de la gente necesitada y, sobre todo, de esas personas a las que la vida se lo había puesto realmente difícil.

Fue en aquel lugar donde empecé a desarrollar mi labor social de forma voluntaria, aunque la semilla de la entrega a los demás venía ya de serie, de mis abuelos, de mi madre y sus hermanos, de mi padre; todos ellos muy vinculados a la ayuda.

Nací en una familia totalmente normalizada, aunque el barrio de mis abuelos maternos era una zona muy deprimida y desde niña vivencié muy de cerca su sistema de vida. No recuerdo haber visto la puerta de su casa jamás cerrada. Siempre estaba abierta a todos los que lo necesitasen. Mi abuelo era Guardia Civil y en un barrio como el suyo, donde el nivel cultural era muy bajo, siempre estaba para sus vecinos para todo: para dudas, gestiones, pasar algo a máquina, acompañar, charlar… lo que hiciese falta. Allí me crié y crecí, pasé gran parte de mi niñez hasta mi primera juventud y viví experiencias muy bonitas. En San Bernardo, me empapé de todas las virtudes de mi abuela y mi abuelo.

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