Jimena

Agaden pide una moratoria a la instalación de plantas fotovoltaicas en Jimena y su entorno

  • Los ecologistas demandan una normativa de ordenación de energías renovables "seria"

La pancarta desplegada por Agaden en el Castillo de Jimena

La pancarta desplegada por Agaden en el Castillo de Jimena / E. S.

Agaden-Ecologistas en Acción ha desplegado una pancarta en el Castillo de Jimena de la Frontera para protestar contra la "especulación fotovoltaica" en el municipio y su entorno al entender que la instalación de este tipo de plantas es "contraria a los más elementales criterios de sostenibilidad medioambiental, social y económica".

El colectivo valora la "innegable contribución" de la energía solar fotovoltaica a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la consolidación de un tejido productivo descarbonizado. "Sin embargo, la repercusión negativa de las plantas fotovoltaicas no puede ser ignorada: fragmentación del territorio, ocupación de suelos, impactos paisajístico, impactos sobre la fauna, flora y hábitats naturales, además de los riesgos que suponen para la conservación de actividades tradicionales como la ganadería extensiva y la agricultura".

"Justamente porque nos encontramos en un punto de inflexión de la energía fotovoltaica en España, que según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima pasará de los actuales 4,8 GW a 36 GW en 2030 (otros analistas pronostican hasta 46 GW), se requiere de las administraciones su intervención para evitar burbujas especulativas para orientar su distribución ordenada y para corregir impactos ambientales. Multiplicar por siete la superficie actual y por diez la potencia, representa todo un desafío para evitar desaguisados medioambientales", afirman los ecologistas.

Agaden recuerda que en la actualidad hay cuatro proyectos que se ubican en Jimena de la Frontera y su entorno, Tesorillo, Gaucín y Casares, que ocupan un total de 1.377,92 hectáreas, y que se esperan más proyectos "si es cierta la declaración del alcalde de Jimena de la Frontera, donde hablaba de casi 2.400 hectáreas".

Este conjunto de plantas, a juicio de los conservacionistas, va generar "una grave afección y pérdida de hábitat, impactando sobre el reservorio de fauna de la zona y adaptada históricamente al uso agrícola, alterando posibles refugios existentes en la misma". "La campiña de Jimena de la Frontera es un lugar de alto valor ecológico por la presencia de pequeños herbívoros, perdices, pequeñas aves y reptiles, que sirven y dan sustento de alimentación a las aves durante todo el año y en especial en épocas migratorias. Existen ya estudios que muestran la afección de los parques fotovoltaicos tanto a aves como a insectos. La presencia del parque fotovoltaico provoca cambios en el comportamiento de estas rapaces, además del cambio físico de la zona que limita su uso como zona de alimentación", indican los ecologistas, que también apuntan a que afectará negativamente al desarrollo turístico de la zona. 

Otro sector que se puede ver perjudicado, según avisa Agaden, es el de la ganadería extensiva tradicional, "principal modeladora del paisaje y elemento esencial de fijación de la población en el medio rural". "Si bien son ya muchos los propietarios de fincas rústicas que han suscrito contratos con los desarrolladores de plantas fotovoltaicas, hay que tener en cuenta que al menos un 70 por ciento de base territorial de las explotaciones se corresponde con fincas arrendadas, por lo que la mayoría de ganaderos y agricultores extensivos se verán abocados a cesar su actividad, ante la escasez de tierras disponibles para continuar con su desempeño profesional".

Agaden apunta a las administraciones, especialmente al Ayuntamiento de Jimena, a los que pide que redacten planes de energías renovables "que garanticen un desarrollo renovable sostenible y que ofrezca garantías ambientales, sociales y económicas", como el que ya cuenta Jerez. 

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