El Manchester 62 de Gibraltar prohíbe rematar sin protección: una nueva norma para evitar lesiones cerebrales

El club de fútbol Manchester 62 de Gibraltar ha prohibido a sus jugadores rematar los balones de cabeza sin el debido uso de una protección craneal de latex, según explican, para evitar daños neurodegenerativos a largo plazo.

La pionera medida de salud preventiva se empezó a implementar en 2024, cuando el club llanito se asoció con la Concussion Legacy Foundation, una fundación americana que ha invertido 20 millones de dólares en la entidad deportiva para investigar la conmoción cerebral y encefalopatía traumática crónica en el fútbol. Ahora, desde las categorías inferiores hasta la plantilla profesional que juega la la Gibraltar Football League, hacen uso del protector de cabeza.

La encelofatía traumática crónica una enfermedad degenerativa documentada en atletas que practican deportes de contacto como lo son el boxeo, el fútbol americano, el rugby y, cada vez más, el fútbol, según los últimos estudios. Uno de los casos más recientes y virales ha sido el de Sébastien Chabal, ex jugador de rugby francés y leyenda del deporte que a lo largo de su carrera sufrió varias conmociones que lo han llevado a no poder recordar ninguno de los partidos que ha jugado y el nacimiento de su hija.

Michael Monsour, propietario del Manchester 62, cree que esta inversión ayudará a difundir la conciencia sobre el problema y permitirá que el club que encabeza esté a la vanguardia de investigación que espera que influya en los órganos rectores para que tomen medidas para proteger a los jugadores.

La encefalopatía traumática crónica

La encefalopatía traumática crónica es daño cerebral permanente causado por lesiones cerebrales traumáticas repetidas, como conmociones. Una conmoción es una lesión que causa que el cerebro golpee el cráneo. El tejido cerebral se daña, lo que provoca síntomas como dolor de cabeza, mareos o pitidos en los oídos. Una lesión cerebral que no provoca síntomas se denomina impacto subconcuso. Las lesiones cerebrales traumáticas repetidas hacen que con el tiempo se formen ciertas proteínas que impiden que el cerebro funcione correctamente.