Audiencia Nacional

La mafia georgiana empleó una empresa de Gibraltar para operaciones de blanqueo

  • El 'ladrón de ley' Tariel Oniani usó la mercantil Moler Ltd, con millones de dólares en bancos rusos y estadounidenses, para comprar una vivienda en Barcelona a través de un entramado de sociedades interpuestas

El peñón de Gibraltar, desde La Línea

El peñón de Gibraltar, desde La Línea / Erasmo Fenoy

La Audiencia Nacional ha condenado al mafioso ruso Tariel Oniani a cuatro años de cárcel y a pagar una multa de 36.000 euros por asociación ilícita como jefe máximo, entre 2000 y 2005, de la organización criminal georgiana Kutaiskaya en su condición de ladrón en ley. La sentencia, emitida por la Sección Primera de la Sala de lo Penal, considera como hechos probados que Oniani usaba, a través de su esposa, Ntiana Onianidou, una sociedad con sede en Gibraltar, Moler Ltd, para blanquear dinero, aunque no pudo ser juzgado por este delito que se le imputaba inicialmente porque las autoridades judiciales de la Federación de Rusia -que lo entregaron a España- lo consideraban prescrito según su legislación.

Tariel Oniani es un vor v zakonen (ladrón de ley), el calificativo que reciben los jefes de las organizaciones criminales surgidas en la antigua URSS y que extendieron sus actividades ilícitas por Europa tras la caída del muro de Berlín. En la sentencia se explica que este mafioso -que carece de nacionalidad aunque nació en Kutaisi, Georgia- tras ser condenado en 1998 en Francia por asociación de malhechores tras perpetrar el rapto y secuestro de David Chichachvili, se trasladó a Barcelona en 2000. Una vez en España formó una estructura empresarial para lavar dinero procedente de actividades ilícitas. A pesar de que “carecía de medios conocidos”, adquirió una lujosa vivienda unifamiliar en la ciudad través de sociedades interpuestas.

Una de las sociedades que figura en la trama era Moler Ltd, domiciliada en Gibraltar, que adquirió la vivienda a la sociedad Inmuebles SL. Ambas tenían como socio único a la empresa portuguesa Ribanceira Investimandos LDA. La entonces esposa de Oniani figuraba como apoderada de la empresa gibraltareña. A pesar de que era la vivienda del acusado, su nombre no aparece en ningún documento público u oficial.

En los hechos probados de la sentencia, se explica que para instrumentar esta operación, Ntiana Onianidou, de acuerdo con su marido, acudió a una sucursal bancaria donde abrió dos cuentas corrientes a nombre de Moler Ltd. Una recibió 1.610.000 dólares durante el año 2000 y 260 millones de pesetas en 2001, y la otra 2.664.902,14 dólares entre los años 2001 y 2003.

La vivienda fue adquirida mediante un préstamo hipotecario por importe de 200 millones de pesetas (1.202.024,21 euros) y en la documentación interna del banco consta que contaba con el aval de la administradora de la sociedad y esposa del dueño de la misma (Moler Ltd). En la solicitud del préstamo, se refleja que el coste total de la compra era de 360.000.000 pesetas (2.163.643,58 euros), pero en la escritura pública fue mucho menor: 285.000.000 pesetas (1.712.884,5 euros).

La sentencia recoge que estos documentos bancarios y los extractos de la cuenta de la sociedad “permiten conocer la mecánica llevada a cabo por el acusado para blanquear su dinero”.

En nombre de la mercantil gibraltareña Moler Ltd, a efectos de la valoración de riesgos por parte de la entidad bancaria, se presentaron varios documentos, entre ellos una carta de recomendación de un banco ruso con oficina en Moscú, que decía conocer a Moler Ltd por tener cuentas en su entidad desde 1997. También reflejaba que en 1999 tuvo unos ingresos de 9.322.000 euros y cifraba su activo en 4.216.000 dólares.

Otra carta, del Chase Manhattan Bank United Nations y con sede en Nueva York, adjuntaba unos balances de 1998 y 1999 que cifraban el activo de Moler en 9.467.473 dólares, con unos ingresos en ese año por 11.317.922 dólares.

La ponente de la sentencia indica que Onani no tiene una actividad laboral o empresarial lícita conocida, ni unas rentas patrimoniales que justifiquen unos ingresos como los que se ponen de manifiesto en estas cuentas

La magistrada ponente de la sentencia indica que Onani no tiene una actividad laboral o empresarial lícita conocida, ni unas rentas patrimoniales que justifiquen unos ingresos como los que se ponen de manifiesto en estas cuentas. “Sin embargo, los documentos antes examinados hacen evidente que es el verdadero dueño de Moler Ltd, por mucho que esta sociedad tenga como único socio a la portuguesa Ribanceira Investimandos LDA, que casualmente es también propietaria única de todas las participaciones de la sociedad C 30 Inmuebles SL, vendedora de la vivienda”.

La sentencia destaca que la entonces esposa del mafioso formaba parte de la organización “con un papel relevante, pues figuraba en todos aquellos negocios y operaciones en los que su marido no quería figurar, así como representante de Moler Ltd, o como la persona autorizada en las cuentas de la sociedad”.

Blanqueo de dinero

Todos estos detalles se recogen en la sentencia, que concluye que Oniani se dedicó a blanquear dinero de esas actividades ilícitas realizadas en terceros países, incluido EEUU, y que para ello contó con la colaboración de otros miembros de la organización "subordinados a su persona y con un entramado de varias sociedades".

La Sala de lo Penal da por probada la existencia de esta organización criminal en España y se apoya para ello en la sentencia de 2019 por la que se condenó entre otros a Malchas Tetruashvili y Josef Djanashvili, quienes reconocieron su participación en esta red y su actividad de blanqueo al servicio de Oniani .

En la calificación jurídica, la Sala apunta que el acusado "domina como máximo dirigente una organización dedicada a la comisión de delitos plurales en distintas partes del mundo", y añade que esto les proporciona cuantiosos ingresos

Durante la declaración de Oniani en el juicio oral celebrado en febrero, el acusado negó ser un ladrón en ley y que de hecho existiera esa figura a día de hoy, escudándose en que es parte del pasado. También negó que existiera la organización Kutaiskaya y alegó que si él tiene cierta fama en su región natal de Georgia es porque participó en acciones armadas en la época en la que se independizó de Rusia.

Sin embargo, la declaración de testigos policiales durante el juicio evidenció que la investigación sobre Oniani arranca en 2003 a raíz de un fax remitido por el Ministerio del Interior de la Federación Rusa en el que notificaban que se iba a celebrar en Alicante "una reunión de importantes miembros de las organizaciones criminales con la excusa de celebrar el cumpleaños de Zakhar Kalashov" -otro vor v zkonen-. Ese cumpleaños se celebró en el Hotel Montíboli de Villajoyosa y en el registro de huéspedes consta que Tariel Oniani estuvo alojado allí cuatro noches.

Los magistrados señalan además que si bien no se juzga a este ladrón en ley por un delito de blanqueo de capitales, sí se hace "por un delito de asociación ilícita para blanquear dinero", por lo que resalta la importancia de las operaciones de blanqueo que realizó esa asociación ilícita durante su estancia en España.

En la sentencia se hace un pormenorizado relato de diferentes acciones realizadas a tal fin, con informes de peritos de la Agencia Tributaria. Durante el juicio declaró además un perito de la Unidad de Apoyo de la a Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT).

En la calificación jurídica, la Sala apunta que el acusado "domina como máximo dirigente una organización dedicada a la comisión de delitos plurales en distintas partes del mundo", y añade que esto les proporciona cuantiosos ingresos que llegan a Oniani a través de "un tortuoso camino de sociedades interpuestas". Además, incide en que tras su llegada a España, el ladrón en ley se vale de un grupo de personas y de una estructura empresarial para blanquear el dinero. Entre esas personas estaría Malchas Tetruashvili, ya condenado.

En ese entramado jugó también papel importante, siempre según la sentencia, Vazha Bogveradze, a quien la Policía califica de mano derecha de Oniani y que ya ha fallecido. También se cita a Rafael Aguilar y Jondo Meshveliani como administradores de otra sociedad denominada We Corporation 2100 SL, en la que el propio Oniani figuraba como empleado.

Por último, en la sentencia se aclara que con esta condena no se vulnera el principio de non bis in ídem, que impide juzgar a un acusado dos veces por el mismo delito. Pero la Sala de lo Penal recuerda que la condena de Francia sobre Oniani se basa en hechos que no coinciden con la sentencia actual. Además, niegan que los delitos hayan prescrito y que se haya producido una dilación indebida del proceso. "La causa de la dilación en el tiempo de su enjuiciamiento se debió fundamentalmente a que huyó de España en 2005 y hasta 2008 no fue localizado por la Interpol en Moscú", reseña.

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