El nuevo obispo católico de Gibraltar, monseñor Carmel Zammit, tomó posesión ayer de su cargo en la catedral de Santa María la Coronada. En su homilía, dio gracias a todos los que acudieron a la función, a los que explicó que ser obispo no es una promoción, sino una llamada a servir. Además, asumió su preocupación por los retos de su misión, y añadió que en su oración pedía para no quedar por debajo de lo que Dios, la Iglesia y la comunidad gibraltareña esperan de él. El obispo Zammit advirtió que Gibraltar, junto con la mayoría de otros países desarrollados, se enfrenta a una "corriente de secularización", y añadió que su misión como obispo será la de guiar a la comunidad en su respuesta a este reto.
Zammit argumentó que la Iglesia tiene un papel que desempeñar en la sociedad, y la libertad de expresar sus puntos de vista sobre importantes cuestiones religiosas, sociales o culturales; sin que esto deba ser considerado como "interferencia indebida en la esfera política".
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios