Dastis insiste en negociar un "estatus especial" que mantenga fluida la Verja

El Gobierno de España está dispuesto a negociar con el del Reino Unido un estatus especial para Gibraltar que permita el tránsito fluido por la Verja después del Brexit. Así lo explica el ministro de Exteriores, Alfonso Datis, en un artículo publicado por El País a raíz del comienzo en Lima (Perú) de su gira latinoamericana, en el que insiste en que Gibraltar, que tiene el estatuto de jurisdicción territorial cuyas relaciones exteriores dependen deLondres, saldrá de la UE con el Reino Unido y, automáticamente, la Verja se convertirá en frontera exterior de la UE.

No habla Dastis de la propuesta de cosoberanía pero es esa la idea que subyace en este nuevo ofrecimiento, que pasa, según afirma, por un acuerdo bilateral al margen, o en paralelo, a la negociación del Brexit.

Explica el ministro , sin embargo, que España sí admite que Irlanda del Norte puede recibir un trato diferenciado en virtud de sus especiales relaciones con la República Irlanda. Y del hecho de que las relaciones entre las dos partes de la isla forman parte del núcleo fundamental del acuerdo del Viernes Santo, que puso fin a tres décadas de enfrentamiento civil entre católicos y protestantes. España está dispuesta a estudiar que se mantenga, con ciertas condiciones, la libre circulación entre las dos irlandas, que pasaría a ser la otra frontera exterior de la UE tras el Brexit.

Precisamente ayer, el Gobierno británico descartó el establecimiento de tradicionales puestos de control para vigilar la circulación de bienes y personas en la frontera irlandesa tras el Brexit. En su lugar, Londres recurrirá a las nuevas tecnologías para controlar la única barrera terrestre que le separará del bloque comunitario, además de la de España con Gibraltar. Según explicó el ministro británico para el Brexit, David Davis, "no va a ser fácil, nos va a costar dinero y tendremos que trabajar mucho con la tecnología para desarrollar controles fronterizos sin puestos de control, pero eso es lo que trataremos de hacer". Esta será una de la cuestiones que se abordarán durante las negociaciones sobre los términos del Brexit, que comenzarán cuando la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, active en los próximos días el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

Dublín, Londres y Bruselas coinciden en que nadie quiere el restablecimiento de una barrera estricta en Irlanda, pero la UE advierte de que la libre circulación de bienes y servicios también conlleva la de ciudadanos, a pesar de que May aspira a controlar la inmigración para cumplir con las promesas que motivaron, entre otras, el triunfo del Brexit en el referéndum del pasado junio.

"Estoy seguro de que los dos países y la Comisión Europea tratarán de resolver esto porque realmente lo queremos, porque la tecnología de ahora es mejor que la de hace 20 años y porque todos entendemos el valor que tiene", declaró Davis.

El responsable británico también reiteró que su Gobierno hará todo lo posible para que la salida del club comunitario no afecte a la marcha del proceso de paz norirlandés, el cual se ha beneficiado en las últimas dos décadas de los fondos europeos para, por ejemplo, programas de reconciliación y reinserción de paramilitares.

Asimismo, en virtud de la llamada Ley de Irlanda, promulgada por Londres en 1949, los ciudadanos irlandeses que residen en el Reino Unido tienen el estatus de "no extranjeros" y, aunque esa medida podría ser revisada tras el Brexit, Davis afirmó que existen alternativas similares. "Nuestro objetivo es hacer algo muy parecido a la ley de 1949, lo que daría, en realidad, derechos de ciudadanía a los ciudadanos de cada país", indicó el ministro.