Problemas económicos para el duque de York

Carlos III se queda con todo y el príncipe Andrés estalla ante su futuro

El duque de York en un reciente acto cubierto por la cadena BBC

El duque de York en un reciente acto cubierto por la cadena BBC / BBC

El príncipe Andrés de Inglaterra se encuentra en un obligado segundo plano en la familia real británica a raíz de las acusaciones de abusos sexuales que tuvo que tapar con dinero pero ha querido alzar la voz, desde su entorno, para protestar por la actitud de su hermano mayor, el rey. El duque de York ha sido invitado a dejar Royal Lodge, mansión que no puede atender por falta de presupuesto, y su destino sería  Frogmore Cottage, mansión rural en el recinto del castillo de Windsor que es la casa británica de los duques de Sussex. A  día de hoy en la web de la Casa Real británica aparece con que Frogmore "sigue siendo" su residencia en el Reino Unido.

El incómodo malestar del príncipe Andrés contra Carlos III es por el reparto de la herencia de Isabel II, tenía previsto contar con dinero en metálico a raíz de su fallecimiento y el monarca se habría reservado todo lo que es contante y sonante del legado de la  madre. El rey se ha convertido en el exclusivo beneficiario del dinero que ahorraba Isabel II. El rotativo más prestigioso del Reino Unido The Times, cifra que esa fortuna es de 370 millones de libras.

En otros periódicos se  ha filtrado el "resquemor" que tiene Andrés ya que sin metálico no puede hacer frente a gastos previstos y a las consecuencias de la indemnización millonaria que abonó a la demandante Virginia Giuffre. Esa situación económica no es tan crítica en el caso de la princesa Ana y de Eduardo, que ha sido distinguido con el ducado de Edimburgo por su hermano. Andrés está en una situación de estallar en vísperas de la coronación de su hermano.

Desde el entorno del duque de York se señala que su madre "había previsto" con su ahorro cantidades para repartir entre sus hijos. Al pasar la fortuna de reina a rey se evitan impuestos, tal como contempla una ley fijada ya en el siglo XIX, una decisión aceptada por Carlos III a riesgo de causar un conflicto con sus hermanos que deben resolver la situación por cauces diplomáticos. El momento económico del príncipe Andrés es crítico con el destino de la herencia. En el traspaso entre monarcas, el rey también es propietario de inmensas fincas como la escocesa de Balmoral, refugio favorito de la fallecida reina.

Por ahora el único gesto de Carlos hacia su hermano ha sido la cesión de Frogmore Cottage para disgusto de su hijo Enrique tras todo lo vertido en su libro y entrevistas.

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