El PSOE aplicó el manual de resistencia de Pedro Sánchez y salvó el embate del PP y la ola antisanchista que amenazaba con ahogarlo tras despojarlo de gran parte del poder institucional en las autonómicas y municipales del 28-M. Los socialistas perdieron las elecciones ante el PP, pero lejos de hacerlo como pronosticaban los sondeos, mejoraron el resultado que le permitió armar en 2019 el primer Gobierno de coalición de la democracia.

Con más de siete millones y medio de votos y 122 diputados, los socialistas lograron que el bloque de la derecha quedase a 6 disputados de lograr los 176 escaños que otorgan la mayoría absoluta en el Congreso y, pese a lo complejo del panorama tras los resultados de este 23-J, explorarán las alternativas parlamentarias para poder repetir el Gobierno de coalición.

Contra todos los pronósticos y todos los sondeos, el PSOE no sólo no se hundió, sino que obtuvo 7.753.800 votos, un millón de papeletas más que en las elecciones de noviembre de 2019, y con el 31,71% de los votos –un porcentaje cercano al que le pronosticaba el CIS– se situó a poco más de 300.000 papeletas de diferencias del ganador, el PP, que obtuvo 136 escaños.

Este incremento de votos gana aún más trascendencia si la comparación se realiza con las elecciones del pasado 28 de mayo, las mismas que provocaron que el presidente del Gobierno optara por el adelanto electoral para este 23-J, puesto que los socialistas han logrado casi un millón y medio más que el total de los votos de las municipales.

Poco antes de la medianoche, Pedro Sánchez salió al escenario que había montado ante la sede socialista de la calle Ferraz para celebrar “el fracaso del bloque de las derechas” y constatar que el PSOE “ha sacado más votos, más escaños y más porcentaje que hace cuatro años”.

“Somos muchos más los que queremos que España siga avanzando a que siga el camino del retroceso marcado por el Partido Popular con Vox. Así que España, españoles, compañeros, somos más, muchos más los que queremos que España avance y así seguirá siendo”, afirmó el líder de los socialistas ante el centenar de personas que se congregaron para celebrar el resultado electoral con gritos de “presidente, presidente” y “no pasarán”.

Sánchez, que estuvo acompañado por su mujer, Begoña Gómez, de la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el secretario de Organización, Santos Cerdán y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, aseguró que cuando adelantó las elecciones después de las autonómicas y municipales, creía que la sociedad tenía que decidir qué rumbo tomar, “de avance o de retroceso como plantea el bloque involucionista del PP con Vox”.

Para el secretario general de los socialistas, “España ha sido bien clara y los españoles y españoles han hablado meridiana y rotundamente claro. El bloque involucionista de retroceso que planteaba una derogación total de todos los avances que hemos logrado estos últimos cuatro años ha fracasado”, proclamó. E insistió en que “los que planteaban el machismo, el retroceso en derechos y en libertades han fracasado y el bloque involucionista que formaban PP y Vox ha salido derrotado”.

Con estos resultados, Sánchez dejó claro que su intención es tratar de conformar una mayoría para reeditar un Gobierno de progreso. “Somos más muchos más los que queremos España siga avanzando y se aparte del camino de retroceso que marcan PP y Vox y así seguirá siendo”, proclamó.

Cataluña, País Vasco y Andalucía, claves

Que el PSOE resistiera se debe en gran parte por el éxito que han logrado tanto el PSC en Cataluña como el PSE en el País Vasco, donde ambas fueron las primeras fuerzas políticas, y a que en Andalucía, lejos de sufrir el batacazo que pronosticaban las encuestas, los socialistas aguantaron el pulso al PP de Juanma Moreno.

El PSC repitió como la fuerza más votada en Cataluña y ganó las elecciones con 19 diputados, 19 diputados, su mejor marca desde los 25 que obtuvieron en el año 2008, y 7 escaños más que en 2019, cuando lograron 12 diputado. Los socialistas catalanes completaron un ciclo electoral exitoso con su tercer triunfo seguido después de que la formación que dirige Salvador Illa ganara las autonómicas de 2021 y las municipales en mayo en toda Cataluña.

Por su parte, el PSE se impuso en el País Vasco por primera vez en quince años al PNV, al que igualó con cinco escaños a costa de Sumar, después de cosechar 62.000 votos más que hace cuatro años.

En Andalucía, el PSOE sumó su tercera derrota seguida ante el PP de Juanma Moreno, pero mantuvo la hegemonía en Sevilla, donde los socialistas han ganado en todas las elecciones generales, y redujo a sólo cuatro escaños la diferencia con los populares (25 a 21) al incrementar el número de votos.