La Real Balompédica se encontrará el próximo domingo un ambiente festivo en su visita a Arroyo de la Luz. El público del conjunto extremeño no es ni mucho hostil, pero sí bastante numeroso, al menos si se entiende desde un aspecto proporcional. Las gradas del Municipal suelen acoger en cada encuentro de Liga a más de un millar de aficionados (800 de ellos socios), lo que supone que acude al estadio el 16,6 por ciento de una población de 6.000 habitantes. Con ese porcentaje, el coliseo linense reuniría en cada uno de los compromisos que la Balompédica jugase en casa a algo más de once mil almas.

La locura se ha desbordado en torno al Arroyo. En realidad lo hizo bastante antes de que se consumase el ascenso. De hecho en el partido en el que el equipo extremeño se jugaba el salto a la Segunda división B, pese a que entonces la capacidad era de poco más de 800 espectadores, los cálculos señalan que acudieron a la cita unos 3.000 vecinos. ¿Cómo? Nadie ha sido capaz de explicarlo, pero sucedió.

Esta temporada ayuntamiento y directiva decidieron colocar unas nuevas gradas y la capacidad ha aumentado hasta 3.000 espectadores, pero la asistencia no suele superar el millar. Quizás resulte más significativo que el equipo cuente con unos 800 socios, lo que en el caso de la Balona y aceptando que en La Línea viven 70.000 personas supondría que la entidad que preside Alfredo Gallardo contaría con algo menos de diez mil abonados.

Tampoco es de extrañar que la 'arroyomanía' se haya apoderado del pueblo cacereño. No en vano el conjunto blanquiazul es sexto, con cuatro puntos más que su próximo rival, una Balona que disputó la última temporada una fase de ascenso a la Liga Adelante, empatado a puntos con el cuarto (Cádiz, al que eliminó de la Copa) y a sólo uno del segundo clasificado (Real Jaén).