Un traslado poco rentable
El Algeciras sigue sin superar el reto de atraer a la afición a las afueras de la ciudad cuando se cumplen diez años del inicio de la desaparición del viejo Mirador
Tal día como hoy hace diez años comenzó a desmantelarse el que era santo y seña del algecirismo, el estadio El Mirador, cuya pérdida -analizada con la perspectiva del tiempo- ha traído al primer club de la ciudad más quebraderos de cabeza que beneficios. Por mucho que durante una década haya disfrutado de unas instalaciones nuevas, estas estaban y están demasiado aisladas de la ciudad y el Algeciras todavía hoy no ha sido capaz de superar el reto de atraer a sus aficionados a la orilla del Palmones.
"Todavía estamos intentando imaginar cosas para que los aficionados al fútbol vengan al campo, se hagan socios y abonados y se ilusionen con el Algeciras", explica el presidente, Bernardo Martín, que resume con una frase contundente: "El campo, donde estaba antes, era mejor".
"Hay que tener en cuenta que el público podía llegar andando desde cualquier sitio con total comodidad. Ahora hay un autobús solo, pero antes desde cualquier barrio se llegaba en un rato", continúa el mandatario.
"El campo tenía un atractivo que ahora se ha perdido. Recuerdo que a algunos entrenamientos acudía casi más gente que ahora a los partidos y eso quiere decir algo", confiesa Bernardo Martín, que admite que pese a los éxitos deportivos conseguidos en La Menacha, el club obtuvo poca retabilidad del mareo que supuso el cambio de ubicación.
Todavía hoy en día, los accesos al estadio provocan atascos y colas de coches en cuanto se disputa un encuentro más atractivo para el espectador. Es otro de los debes de un edificio que ha envejecido mal y pronto. El campo antiguo se inauguró un 16 de junio de 1954 y dejó de funcionar, apagándose en un estado de paulatino abandono, 46 años después. El nuevo sólo tiene once años. ¿Llegará a soplar las mismas velas que su predecesor? No parece, al menos no sin una fuerte inversión económica que hoy por hoy no está al alcance del Ayuntamiento y, por supuesto, tampoco del club.
El viejo El Mirador es un estadio que todavía hoy despierta nostalgia entre los aficionados que lo conocieron. "Era un lugar cómodo para todos en el que vivimos muchísimas cosas", narra Bernardo Martín, el presidente que vivió el traslado.
El campo vivió un lento proceso de desaparición. Se comenzó a desmantelar el 13 de julio de 2000, pero la piqueta no echó la última piedra al suelo hasta enero de 2001, para comenzar a consturir un centro comercial de El Corte Inglés. "Fue el más fiel algecirista de la historia, siempre respetuoso y siempre atento a todo lo que acontecía alrededor del club", resumía este periódico cuando se cumplieron cincuenta años de su inauguración.
Albergó todas las ligas del primer equipo de la ciudad entre las campañas 1954/ 55 y 1998/ 99, el año en el que fue clausurado con un triste descenso rojiblanco a Tercera división tras un encuentro de eliminatoria de permanencia disputado frente al Caudal de Mieres.
Curiosamente en el tiempo que estuvo en activo el estadio se fusionó con el paisaje urbano algecireño desde un rincón en la playa de Los Ladrillos, pero cuando se estrenó también estaba alejado de la ciudad y sufrió críticas por ello. Una lucha que ha heredado su hijo y que no da señales de que vaya a ganar.
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