La Real Balompédica y las ciudades de La Línea y Gibraltar matrimoniaron ayer por enésima vez en un entrañable acto en el que la asociación cultural Mar del Sur rindió homenaje al conjunto albinegro en su Centenario. Durante dos horas todos los estamentos del club, desde presidentes hasta aficionados, repasaron la historia de la añeja entidad futbolística, haciendo especial incidencia en el peso que en la historia de la Recia tuvo siempre la relación entre las dos poblaciones que conviven a uno y otro lado de la Verja. De ahí que la figura del añorado Francis Negrón, un gibraltareño que siempre ejerció de balono ejemplar, fuese el epicentro de gran parte de las vivencias.

La presidenta de Mar del Sur, Ana León, fue la encargada de abrir el acto, celebrado en el Palacio de Exposiciones y Congresos de La Línea, y, en ausencia de la alcaldesa, fue la teniente de alcalde, Asunción Barranco, la que dio la bienvenida a las autoridades de ambos lados de la frontera presentes en el salón, así como a todo el conglomerado balompédico, reunido una vez más para participar de la celebración de los cien años de historia del club.

El empresario y diplomático gibraltareño Salomón Seruya, que actuaba en su condición de socio de Mar del Sur, subrayó que visto desde la colonia británica "la Balompédica es un signo emblemático de La Línea" y después de hacer un recorrido histórico por la relación entre el fútbol dela Roca y la Balompédica deseó que ésta "vaya de más a más y siga properando".

Ana León repasó la larga lista de presidentes de la Real Balompédica y fue Samuel Fernández, el mayor entre los que continúan con vida, quien habló en representación de todos para desear que "el año del Centenario sea el del ascenso a la Segunda división", unas palabras que tuvieron eco en casi todas las intervenciones durante la velada. Andrés Tomé, visiblemente emocionado, recordó la figura de Francis Negrón antes de que el presidente de la Unión Deportiva, Francisco Becerra, hiciese entrega al de la Balompédica, Alfredo Gallardo, de una placa de reconocimiento por los cien años de historia.

Uno de los momentos álgidos de la noche se produjo en el paréntesis dedicado a la figura de Francis Negrón, con una loa escrita por el periodista local Juan Miguel Novo, que fue leída por la presidenta del Mar del Sur, al tiempo que su esposa y sus hijos recibían una placa y su hija mayor, Loren, recordaba la figura de su padre.

El alcalde de Gibraltar, Julio Alcántara, tomó la palabra para subrayar que es "imposible separar a La Línea dela Balona" y para hacer especial mención de que el conjunto albinegro es "seguido y admirado" en el Peñón. "Os deseo no cien, sino mil años de historia por delante, pero que sea en Primera división", agregó.

Posteriormente comenzó el repaso a las figuras de todos los entrenadores de la dilatada historia de la Balompédica. Subieron al escenario Gabriel Navarro 'Baby', Argimiro Márquez y Rafa Escobar. Fue el primero de ellos el que tomó la palabra. Baby recordó que el día del descenso consumado en Mallorca fue el que más le unió a la Balompédica y que pudo tomarse la revancha en Miranda del Ebro, donde consiguió el ascenso a Segunda B. "Me siento orgulloso de haber pertenecido durante veinticinco años a la Balompédica. Éste es mi club", sentenció el algecireño en medio de una cerrada ovación.

El periodo para el recuerdo de jugadores se produjo con Juan Vázquez, Salvador Mota, Domingo Moreno, David Rico y el actual capitán, Ismael Chico, sobre el escenario, Domingo expresó su agradecimiento a su esposa, Chari, y a todos los que hicieron posible su paso por el conjunto albinegro, pero fue Juan Vázquez quien hizo saltar las lágrimas de los balonos presentes en el acto.

Pese a haber vestido las camisetas del Real Madrid y de la selección española, el exfutbolista se desplomó sobre el atril visiblemente emocionado al asegurar que fue su paso por la Balona el que le "cambió la vida". "Este equipo me hizo la persona más feliz del planeta y ahora lo soy aún más por poder participar de su Centenario", dijo con voz entrecortada.

Dos añejos aficionados, Manuel Márquez y José María Pulido, repasaron las interminables vivencias experimentadas en el seguimiento del equipo de sus amores. En el caso del primero, pese a sus 97 años, haciendo gala de una memoria prodigiosa.

Guillermo Levin, el socio más joven de Mar del Sur, fue el encargado de entregar a Alfredo Gallardo la placa que deja huella de este acto, aunque el presidente albinegro la recogió, por expreso deseo propio, en compañía de todos los exmandatarios y familias de estos que se encontraban en la sala.