CP Cacereño · algeciras cf

Un regreso por todo lo alto (2-3)

  • El Algeciras irrumpe en Segunda B convirtiéndose en el primer líder tras ganar al Cacereño en un partido muy serio y trabajado. Los albirrojos se levantan de un tanto en el 9' con goles de Alfaro y Javi Chico, que hace dos

Como un elefante en una cacharrería. Así irrumpió el Algeciras Club de Fútbol en Segunda división B. Estrenazo de los algeciristas, que vencieron en un campo inapropiado para la categoría, ante un CP Cacereño que dicen que está hecho más para pelear por los puestos nobles que por la salvación. Los algecireños han vuelto por todo lo alto y, simbólico sí, pero es el líder de la categoría. Casi nada.

El primer once del Algeciras en la nueva temporada tenía una clara intención: tocaba tirar de músculos y talla, con Parada y Berlanga en el mediocentro para hacer el tan importante trabajo sucio en un terreno de juego más gris que verde, y con Borja Romero en un extremo para colaborar defensivamente. Dio resultado, aunque como es lógico tuvo que sufrir hasta el final.

Y eso que el equipo visitante pecó en algo que precisamente tenía que ser fuerte, en la seguridad defensiva. Un balón quedó muerto dentro del área algecirista y Martins, el más incisivo de todo el Cacereño, aprovechó para batir a Romero en el primer acercamiento serio de todo el encuentro.

Un mazazo empezar así una Liga que llevaba el título de ilusionante para el Algeciras. Es muy importante que al equipo del Nuevo Mirador no le pesara anímicamente un tanto tan tempranero en el minuto nueve del primer encuentro liguero y aun equipo joven, sino que supiera afrontarlo y levantarse, gradualmente, pero lo hizo, llegando a mostrarse en algunos momentos superior a su rival y llegó a darle la vuelta al marcador, primero, y aguantó el chaparrón después. Para anotar esa fortaleza mental.

El tanto de Alfaro en el 16' puso las tablas y la posibilidad al Algeciras de empezar de cero después del mal trago. Borja Romero mandó desde la derecha un buen balón al área visitante y por allí estaba el extremo que de primeras puso el tanto del empate en la meta de hasta entonces un intacto Vargas. Este tanto demuestra que las pretemporadas no son para sacar conclusiones; dos jugadores que precisamente no han brillado en el periodo de preparación, en la primera parte de ayer fueron fundamentales.

No sentó nada bien el 1-1 a los de Ángel Marcos, que empezaron a sufrir más de la cuenta, su centro del campo con el batallador exalbirrojo Checa empezó a perder pespuntes y la medular albirroja -ayer con la camiseta negra- conectó con la zona de ataque. Alfaro, autor del gol, perdonó el segundo tras una buena acción de Pedro, que se sacrificó arriba, muy solo.

Y los mejores minutos del Algeciras tuvieron la recompensa con el segundo tanto. Javi Chico recibe en el área, sale con calidad de un regate y bate por alto a Vargas, al que le fue inútil su vistosa estirada.

De ahí al final del primer tiempo el Algeciras controló bien la situación ante un Cacereño que necesitaba un descanso y tomarse las cosas de otra manera porque se había rebajado y no sólo en el marcador.

El segundo tiempo llegó con susto importante. El Cacereño apretó en los primeros instantes del segundo acto, presionó y buscó el empate cuando un fallo garrafal de Romero, al que se le escapó el balón, permitió a Martins mandar la pelota a la red que guardaba el sevillano pero el colegiado entendió que lo hizo en fuera de juego. La decisión fue muy protestada por los locales y especialmente por el autor del gol pero supuso un alivio, momentáneo, para los albirrojos.

El Algeciras lo pasó fatal en ese primer tramo de la segunda parte. Aparte del tanto anulado, el Cacereño no marcó de milagro en más de una ocasión. Toni falló lo que era más fácil marcar y Martins, un cañón, no dejó de inquietar la zaga albirroja desde cualquier posición. Era momento para aumentar la seguridad de defensa albirroja con Carlos Fernández y Víctor González como principales responsables en el centro de la misma.

Sufrimiento hasta decir basta. Pero entonces llegó la genialidad, esa que tiene el Algeciras en su medio ataque. En la primera salida de la cueva, los de Manolo Sanlúcar forzaron una falta al borde del área. El capitán tiró de galones, también en Segunda B, y se dispuso a tirarla. Enmarcó un magistral tanto por toda la cuadra de la recientemente instalada portería del Cacereño. Inapelable.

El 1-3 tuvo consecuencias desastrosas para el conjunto de casa. Se acabó ese ímpetu que atosigó al Algeciras, que no le dejaba apenas sacar el balón y que hacía oler el empate. El partido se calmó. También fue importante para ello los cambios. Entró Ryan Harper por un Pedro que trabajó, y el escocés sirvió para prologar esa batalla, y Benítez entró por Alfaro -de más a menos- para reforzar el planteamiento defensivo de los albirrojos. Luego participó Ayala, que no dejó de correr ni un segundo.

Pero como el Algeciras no es el Algeciras si no sufre, pasó los cinco últimos minutos de infarto. La culpa, un gol de córner evitable, que no se debió producir y más teniendo sobre el campo a jugadores de la talla de Berlanga, Parada, Víctor y Carlos. El centro llegó a Elías, que había sustituido a Martins, para acortar distancias. 2-3.

El Algeciras Club de Fútbol aguantó como lo hacían los equipos del recordadísimo José Luis Montes, al que fue dedicado el triunfo. Y consiguió así sumar tres de tres, volver a la categoría de bronce por todo lo alto y terminando en el primer líder de la nueva e ilusionante temporada.

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