SAN FERNANDO - BALONA

Sin rastro (2-0)

  • Una Balona desconocida, que desaparece durante la primera media hora, encaja su derrota más amplia

  • Los albinegros dan muchas facilidades atrás y sólo crean una ocasión de gol

Sergio Rodríguez, Ismael Chico y Sana, afliglidos e impotentes, ayer en el Iberoamericano.

Sergio Rodríguez, Ismael Chico y Sana, afliglidos e impotentes, ayer en el Iberoamericano.

La Real Balompédica pierde fuelle y a paso agigantados. Ayer se fue al derbi provincial, que siempre duele más a sus incondicionales, para ofrecer el peor encuentro de la temporada, encajar su derrota más amplia -incontestable a todas luces- y continuar con su descenso paulatino por la clasificación del grupo IV de la Segunda división B, que ya la ve en la novena plaza. Es cierto que sólo a tres puntos de las plazas de liguilla, pero también es verdad que con sólo cuatro de renta sobre el puesto de promoción que ocupa el Badajoz.

Los albinegros - que dejaron su elogiada condición de recios en La Línea- recordaron durante la primera media hora de partido a aquel conjunto desdibujado que avergonzó a su hinchada el pasado curso en el Romano de Mérida. En ese periodo regalaron dos goles, que pudieron ser más de no haber mediado alguna feliz intervención de Javi Montoya. Por el contrario, a lo largo de noventa minutos sólo fueron capaces de crear una verdadera ocasión de gol, otra vez malograda de manera incomprensible. Y con la de ayer van...

El cronómetro no había alcanzado aún el primer minuto cuando Montoya ya tuvo que emplearse a fondo en una acción que tuvo como protagonista al exbalono Óscar Martín. Fue una acción premonitoria. Los azulinos jugaban con una (o puede que más) marcha más ante una Balona desconocida, sin patrón, pero sobre todo sin intensidad.

En el 10' otra acción del futbolista canario con pasado albinegro permitió a la perla de la cantera local, Chris, anotar el uno-cero. Un auténtico regalo que tuvo como principal protagonista a Luis Madrigal en la salida del balón mientras su técnico se desesperaba en el banquillo.

El equipo de La Línea no reaccionó a ese duro golpe. Siguió a merced del San Fernando que, sin hacer nada del otro mundo, era dueño y señor del encuentro, más que por méritos propios, porque el rival no daba señales de vida.

Después de un par de avisos azulinos, en el 22' llegó el primer intento de los visitantes. Juampe probó suerte, pero el disparo del tarifeño se marchó fuera. Al menos lo intentó. Y en el 25' en una acción que pudo (sólo pudo) gestarse en fuera de juego llegó el 2-0, obra de Galindo.

Los jugadores balonos se miraban unos a otros como si fuesen incapaces de entender qué estaba sucediendo sobre el césped. Y otra vez tuvo que mediar el portero balono. Y más tarde otra vez Galindo que estaba a punto de hacer el tercero. La Balompédica, en el tramo final de la primera parte, parecía un juguete roto.

La única oportunidad/oportunidad de la Balona ayer llegó en el 37. Que si Gato, que si Juampe, que dudan a puerta vacía y al final Nano Cavilla que llega in extremis para sacar sobre la línea de meta lo que hubiese supuesto la vuelta al partido del equipo linense.

En el descanso Julio Cobos movió ficha. Sacrificó a Juampe y a Mario Gómez y dio entrada a Stoichkov y Mario Abenza, retrasando a Sana (especialmente desacertado durante la primera mitad) al eje de la zaga, donde mejoró su aportación.

Con dos goles de renta el San Fernando ya sabía dónde quería llevar el partido en la segunda parte. Y lo consiguió. Entregó el esférico a la Balona y aunque es verdad que Mario Abenza no hizo mal su trabajo, el equipo visitante consiguió dominar, pero sin asustar al San Fernando. Tanto es así que se puede decir que el ilustre Toni Doblas acabó el partido sin poder acreditar sus virtudes.

Una de las infinitas incógnitas que deja el derbi provincial de ayer, por cierto, es intentar determinar por qué a los jugadores de la Balona le decretan tantísimos fueras de juego. Y no es la primera vez.

Es más, en un par de contras hasta pareció que podía redondear la cuenta, aunque tampoco llegaba con soltura.

El tramo final fue un trámite. Los casi 200 aficionados balonos que se desplazaron ayer volvieron con la cabeza baja y, lo que es mucho más preocupante, preguntándose si su equipo tocó techo y ha comenzado a caer o las dos últimas derrotas son solo que dos malas tardes las tiene cualquiera, que hubiese dicho Chiquito.

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