La ilusión de los Tavira

Marcos vino al mundo hace nueve años en Algeciras, pero se tuvo que marchar muy pequeño y nunca ha vuelto. Al chaval no se le olvida sin embargo dónde nació y no oculta su simpatía por el equipo de la ciudad. La curiosidad de los niños le lleva a preguntar asiduamente cuándo lo van a traer a conocer el lugar. Ya no tiene que esperar más. Esta semana es muy especial para él porque el domingo viene al estadio Nuevo Mirador a ver al Algeciras contra el Cartaya, el equipo de la localidad de sus padres y en la que reside desde que no levantaba un palmo del suelo. Se enfrentan sus dos conjuntos. Vendrá de la mano de su padre, Antonio Ángel Pérez Tavira, aquel recordado delantero que vistió la albirroja durante tres temporadas y que afirma, nada menos, que el Algeciras marcó su vida. Marcos está para atestiguarlo.

Tavira militó en la escuadra algecirista entre 1999 y 2002. Llegó de la mano del malogrado Quico Álvarez para formar pareja atacante con el canario Batista y llevar al conjunto albirrojo disparado a Segunda división B en medio de una lluvia de goles. Fue una temporada inolvidable que para el cartayero tuvo continuidad a la siguiente, ya en Segunda B, cuando se asoció con David Cabello para firmar una excelente Liga que tampoco olvida. La tercera campaña fue mucho menos agradable. Víctima de una osteopatía de pubis tuvo que pasar por el quirófano y allí contrajo una meningitis que prolongó su estancia en el hospital casi un mes. Durante la recuperación se quedó sin ficha y cuando pudo volver a jugar, ya pasado el ecuador de la competición, el Algeciras estaba en la zona baja de la clasificación y necesitaba defensas, no delanteros. El club le dio la carta de libertad y se reforzó con jugadores de superior categoría para acabar logrando la permanencia.

"Del Algeciras guardo de los mejores recuerdos de mi vida. Jugar la liguilla el primer año y subir como lo hicimos y después aquella temporada en Segunda B que sinceramente creo que es la mejor que he tenido en cuanto a juego. Allí hice mi mejor fútbol... todo eso para mi es inolvidable", subraya el atacante, que no oculta que le hubiera gustado "haber seguido más años" en el conjunto algecirista. "Pero las circunstancias se rodearon de una forma que me lo impidieron. En principio me iba a ir para volver, pero como me lo dijeron yo note que no querían que siguiera y bueno, lo comprendí y lo asumí porque así es el fútbol y ya está".

En aquella época fue padre de Marcos. "Siempre está hablando de Algeciras, de que quiere conocerlo y yo he esperado a que tenga un poco más de conocimiento para llevarlo. Estamos muy iusionados con el partido del domingo", manifiesta.

Tavira estará en la grada con su hijo porque no puede estar en el campo por una lesión. La pasada temporada dejó el fútbol, en principio definitivamente, para ocuparse de su trabajo en el Patronato Municipal de Deportes de Cartaya. Sin embargo este verano, el conjunto onubense (víctima como casi todos de la crisis económica) optó por confeccionar una plantilla humilde con gente joven de la zona y llamó a Tavira para que aportara su experiencia. Hablaron con el concejal para que le diera permiso para poder entrenarse y viajar con el equipo (en principio, algo incompatible con sus horarios de trabajo) y se lo concedió, así que descolgó las botas. En la segunda jornada de Liga iba a vivir su partido más especial con la visita al Algeciras, pero una lesión le impedirá jugar. "Estoy muy fastidiado porque es un encuentro que me habría gustado mucho jugar, pero bueno, estoy ilusionado con verlo desde la grada".

"Tenemos un plantel muy renovado con gente muy joven, jugadores del pueblo y algunos veteranos para dar estabilidad. La semana pasada se les notó que son todavía inexpertos, pero poco a poco irán cogiendo ritmo y dándose cuenta que ya no están en Preferente ni en juveniles, que esto es otra cosa", finaliza el delantero, que comparte vestuario con otro ex algecirista, el lateral Yeyo.