El espíritu del Montpellier

El gordo Loulou lanzó el puño en alto y derramó algunas lágrimas al consumarse la gran sensación. El modesto Montpellier acababa de proclamarse campeón de Francia por primera vez en los 93 años de historia del club, la meta final de su excéntrico presidente tras 38 años de trabajo.

"De locura", tituló ayer en primera plana L'Equipe. La revista France Football habló de un "acontecimiento histórico". Con ello se referían al triunfo (1-2) del Montpellier en el campo del Auxerre que le dio el título de la liga el pasado domingo. Incluso, Louis Loulou Nicollin tuvo que pellizcarse para constatar que era real. "Esto es imposible", dijo el dirigente, de 68 años, tras un partido ensombrecido por desórdenes e interrupciones del juego por parte de los aficionados del Auxerre.

Los hinchas lanzaron cohetes y bengalas al campo y arrojaron tomates, pelotas de tenis y rollos de papel higiénico. El partido fue interrumpido dos veces para un total de 41 minutos. Pero al final, los seguidores del equipo local no pudieron frenar a los visitantes. Con 82 puntos, el Herault Sport Club se impuso al rico PSG (79). Al equipo parisino no le sirvió de nada la victoria por 1-2 contra el Lorient.

Que el Montpellier se proclamase campeón de Francia es una gran sorpresa, pues el club tiene uno de los presupuestos más bajos de la Liga. Esta temporada tuvo a disposición 33 millones de euros, aproximadamente una quinta parte del equipo parisino, que desde el comienzo de temporada es propiedad del Estado petrolífero de Qatar.

La mejor clasificación del Montpellier en la Liga era hasta ahora un tercer lugar en la temporada 1987-88. El club sólo logró títulos en la Copa (1929 y 1990) y en la Copa de la Liga (1992). El equipo ascensor descendió nueve veces a segunda división desde 1930. Numerosas veces se cambiaron el nombre y los colores del club. Desde 2009 juega de nuevo en la máxima categoría.

El mejor jugador del Montpellier fue Olivier Giroud, de 25 años. El ariete, de 1,93 metros de estatura, es el máximo goleador, con 21 dianas, las mismas que el brasileño Nené con el PSG. "Pero la gran estrella del equipo es Loulou", dice Michel Mezy, ex internacional, ex jugador del HSC y asesor del club. Big Boss llaman al presidente Nicollin no sólo por su carisma y estilo de mando, sino también por su impresionante corpulencia. En 1974 fundó de nuevo el club, cuando cinco años después de su disolución, el Montpellier se tambaleaba en la sexta categoría del fútbol francés. "El club es como mi hija, no lo venderé jamas", aseguró Loulou.