La guadiareña María Parra disputa desde ayer, en México, el Mundial Absoluto Femenino de golf, la última prueba en la que competirá como amateur antes de dar, el próximo lunes día 19, el salto al profesionalismo. Una fecha que, asegura, no olvidará nunca, porque supone la consolidación de un sueño forjado con mucho esfuerzo. Quizás por eso se atreva a adelantar que lo celebrará cada año "como si fuese un cumpleaños". La jugadora, que acaba de pasar la frontera de los 18 años, dará el salto asentada en lo más alto de la clasificación del Let access series, la división de plata del golf europeo femenino. Uno de los infinitos reconocimientos que ha ido atesorando la actual número cuatro del ranking mundial ameteur en una carrera tan corta como brillante en la que, dicen los analistas, lo mejor está aún por venir.

María Parra pertenece a una familia que, como tantas en ese entrañable costado de San Roque, todos sus integrantes sienten un entusiasmo desmedido por el golf, pero sólo eso. Nadie en el entorno de la golfista había llegado tan lejos en un deporte cuya élite le espera con los brazos abiertos y no se trata de un halago gratuito. La número uno del mundo, Lydia Ko, ya afirmó el pasado mes de julio, después de que ambas compartiesen partido en la tercera jornada del British Open: "No es que crea que va a ser una gran jugadora, es que ya lo es. Disfruté mucho jugando a su lado. No puedo darle muchos consejos, porque tenemos la misma edad y está jugando fantástico. Espero verla pronto en el LPGA", el circuito profesional norteamericano, a cuya segunda fase la guadiareña tiene previsto hacerle el primer guiño el próximo mes de octubre.

Tanto halago, tanto triunfo, no ha restado un ápice de sencillez a María Parra, que no se aferra a los amuletos, pero que juega con "un angelito" colgado en el cuello, un regalo de su madre que le permite sentirse cerca de los suyos en la distancia.

"Soy una chica normal, de dieciocho años de Guadiaro, soy muy familiar, trato de ser muy amigable con todo el mundo", explica la golfista, que como todos los niños de su entorno comenzó su formación en el Gloria Fuertes y más tarde en el Sierra Almenara, aunque acabó su bachillerato en Madrid cuando ya había sido captada por la Federación Española y estaba concentrada en la Escuela Nacional Blume de golf.

"Al menos aquí no se hace raro que hayas decidido dedicarte al golf, no te convierte en un bicho raro entre tus amigos, porque en Guadiaro todo el mundo juega a este deporte", explica, casi como si tuviese que justificarse. "En algún sitio te dicen que el golf no es un deporte, pero aquí todo el mundo sabe que te lo tienes que currar, que se pasan muchos días de calor y muchos de frío para poder llegar lejos".

"Lo que sí es cierto es que tu vida personal se ve afectada pero no porque seas golfista, sino porque pasas muchísimo tiempo fuera de casa", deslizaba durante su último descanso en San Roque, la pasada semana, cuando concedió esta entrevista en las instalaciones del Real Club de Sotogrande, donde se entrena.

"No creo que desde enero haya estado más de seis semanas con los míos", remacha. "No es fácil estar separada de tu familia y tus amigos, pero es la vida que he decidido tener, la que me gusta y lo único que saco en claro es que cuando vengo por casa todo lo cojo con más ganas".

En el apartado deportivo, cuando apenas tenía seis años la hoy golfista acompañó a su abuelo a las instalaciones del Club La Cañada, donde su hermano tomaba parte en una competición. "Aquel día probé como lo hace una niña y me gusto. De hecho la primera bola que di ya le di bien", en lo que acabaría por ser todo un prólogo de lo que venía por delante.

"Desde entonces empecé a jugar, empecé a jugar... primero el Pequecircuito por Andalucía, luego los campeonatos de España, comenzaron a llamarme para las concentraciones de la Federación Española y... aquí estoy, a un paso de ser profesional", comenta.

"Es verdad que sólo la idea ya me impresiona muchísimo", admite. "Tengo muchísimas ganas, porque es un sueño que tengo desde que era pequeña y ver que realmente va a ser realidad dentro de tan poco te supera un poco".

María Parra tomó hace un año la decisión de dar el salto de manera tajante, tanto que ni siquiera una suculenta oferta de una beca en Estados Unidos le hizo cambiar de opinión. "Eso suponía que no podía pasar al profesionalismo hasta dentro de cuatro años, cuando acabase la carrera, así que decidí quedarme", explica.

Una vez decidida, habló con su profesor, Juan Antonio Marín y su vida comenzó ya a cambiar pensando en este objetivo. "Lo primero fue tomar parte en el Let Access, que espero que me sirva para conseguir la tarjeta del Tour y me está yendo bastante bien", tanto que es la primera de la clasificación cuando apenas restan cinco torneos.

Dentro de una semana, María Parra, ya con su licencia pro en la cartera, empezará a pensar en nuevos objetivos. "Todo golfista sueña con ganar un Grande, pero como el golf ha vuelto a ser olímpico me encantaría poder estar en unos Juegos. Es otra cosa que siempre me ha hecho muchísima ilusión, poder participar en unos Juegos representando a España".

Para llegar quién sabe si a Tokio 2020 la inminente neoprofesional se entrena "entre dos y cuatro horas al día" cinco veces por semana siempre que no está en competición.

La bolsa de palos de María Parra está coronada por una funda con aspecto de Minion que compró en Japón porque le "hacía gracia", aunque asegura no haber visto una sola de las películas de estos personajes de ficción. Con la sencillez propia de su edad se compromete a volver a encontrar un hueco en su agenda para este periódico cuando "gane la medalla de oro" olímpica. Un compromiso que queda en la agenda, porque igual no está tan lejos como ella misma cree ahora.

mundial. María Parra inició ayer de manera discreta su participación en el Campeonato del Mundo amateur femenino por selecciones, que se disputa en México. A título individual firmó una tarjeta con +3, a siete golpes de la líder, la suiza Morgane Metroux. España ocupa el puesto 28 en la clasificación por equipos, con 151 impactos.

circuito europeo. El Andalucía Costa del Sol Open de España Femenino, competición del Circuito Europeo Profesional que se celebra en Aloha Golf de Marbella (Málaga) entre el 22 y el 25 de este mismo mes será la primera competición a la que la María Parra comparezca como profesional. La guadiareña será una de las 15 jugadoras españolas, con Azahara Muñoz al frente, que se den cita en esta competición, que cuenta con una participación exquita. El miércoles tendrá lugar el pro-am, con equipos compuestos por dos amateurs y dos profesionales.