"El dopaje es cosa del pasado"

Nibali quiso destacar el esfuerzo del Astana por limpiar su imagen

Vincenzo Nibali, en acción durante la etapa de ayer del Tour.
Vincenzo Nibali, en acción durante la etapa de ayer del Tour.
Efe Saint Etienne

18 de julio 2014 - 05:02

Vincenzo Nibali, líder actual del Tour, se vio obligado a responder a las preguntas sobre el dopaje y la sombría historia de su equipo, el Astana, en ese capítulo de la historia del ciclismo.

"En el pasado se cometieron errores, pero es pasado. Ahora hay una nueva generación que está demostrando que quiere cambiar el ciclismo y que se somete al pasaporte biológico y a los controles por sorpresa, incluso en su propia casa. Creo que es un ciclismo mejor, más limpio", afirmó rotundo el italiano.

Nibali reconoció que "sigue habiendo casos aislados" de "imbéciles" que dan positivo, pero "sin querer ser el portavoz de todo el pelotón" destacó que "hay una clara voluntad de cambiar las cosas en este deporte".

El ciclista transalpino justificó su presencia en el Astana, una formación que fue excluida en 2008 de la ronda gala por la multiplicación de casos de dopaje en su seno, incluido el de su actual director, Alexandre Vinokurov, o Alberto Contador. "Si estoy en el Astana es porque ha invertido mucho en crear un equipo de italianos para recuperar su crédito", afirmó el corredor, y señaló que incluso ficharon a los entrenadores que tuvieron en sus anteriores conjuntos "para lavar la imagen" que existía.

De vuelta a la carrera, Nibali, reconoció no conocer del todo bien las dos etapas alpinas que se avecinan, pero señaló que la más peligrosa será la segunda, con final en el puerto de Risoul, de categoría especial. "En la primera, todo el mundo está con las fuerzas más intactas y en la segunda ya estás más cansado y puedes pagar los esfuerzos", dijo.

Con todo, Nibali intentará controlar las próximas citas con el equipo para defender el maillot amarillo. "Estoy convencido de que mis rivales atacarán, pero si tengo la opción de sacar unos segundos no lo dudaré", recalcó firme el italiano, que se espera cualquier cosa, incluso ataques desde lejos. "Pase lo que pase, el Tour no se acaba tras estos dos días. Veremos lo que planean los rivales y evaluaremos la situación al final de la carrera", señaló ante los medios.

El líder del Astana indicó que no teme las elevadas temperaturas que se esperan mañana en la décimo cuarta etapa, quizá la más exigente, y explicó que está acostumbrado al calor: "Gané la Vuelta a España y allí siempre hay muchos grados. Soy un ciclista que se adapto bien a las condiciones", afirmó el siciliano quien, tras haber estado algo pasado de kilos en la primera parte de la temporada, ahora tiene su peso ideal que cifró en 64 kilos. "Es con el que he conseguido mis mayores éxitos", aseguró.

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