El difusor enciende la polémica

Las partes enfrentadas por el polémico difusor recrudecieron sus posiciones y amenazan con enturbiar el Gran Premio de Fórmula 1 de Australia el domingo, el primero de la temporada.

Mientras Brawn GP, Williams y Toyota defienden el desarrollo de la pieza que se coloca en la parte trasera del suelo del coche, los críticos reforzaron ayer su intención de elevar una protesta formal en Melbourne. El momento para ello sería la inspección técnica de los coches el jueves.

"Hay discusiones sobre la legalidad de los coches", dijo ayer el director del equipo BMW, Mario Theissen, que se refirió sobre todo a los Brawn GP, sucesores de Honda. "Está claro que la FIA debe pronunciarse", pidió a la Federación Internacional.

El director de carrera de la FIA, Charlie Whiting, ya explicó que los desarrollos aerodinámicos eran legales. Y Max Mosley, el presidente del ente, lo reforzó hace dos semanas: "La opinión de la FIA es que Williams y Toyota han sido listos y encontraron un agujero en las normas. Han explotado la redacción de la norma de una manera inteligente. Algunos pueden cuestionarlo y los jueces podrían tener otra visión. Nuestros expertos técnicos dicen que está bien, esperaremos a que alguien lo cuestione".

Brawn GP, Williams y Toyota se han aprovechado de una zona gris del reglamento para desarrollar un doble difusor que da una ventaja de cinco décimas de segundo por vuelta.

Ferrari, Renault, Red Bull, McLaren y BMW no consideran legal los agujeros en el suelo por los que pasa el aire a través del difusor superior. Williams no ha llevado a Australia ninguna otra alternativa.

Si hubiera una protesta, los tres comisarios de carrera deberían pronunciarse sobre el asunto. Quien salga perdiendo tendría la posibilidad de presentar un recurso al tribunal de apelación de la FIA. La decisión se conocería sólo después de la prueba del domingo y del Gran Premio de Malasia, de la siguiente semana.