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2012: Un año que vale por cien

  • La Balompédica echa el cierre a su Centenario, por el que ha recibido las mayores condecoraciones de la Real Federación Andaluza y de la Ciudad Los albinegros, inmersos en una bonanza económica sin precedentes, acariciaron el ascenso a la Liga Adelante y, por encima de todo, hicieron sonreír a un pueblo afectado por una grave crisis

El 2012 que empieza a echar el telón será recordado para siempre en La Línea como el año en el que la Real Balompédica, su entidad privada más antigua, la más representativa, conmemoró su primer siglo de vida. Doce meses llenos de emocionados reconocimientos y marcados por el éxito deportivo que supuso para el equipo albinegro -ataviado con una indumentaria creada exprofeso para esta efemérides- acariciar el ascenso a la Liga Adelante, participando en una liguilla en la que no tomaba parte desde hacía más de dos décadas. Por encima de todo, la Balona, que ha llegado a este momento de su dilatada historia en medio de una inhabitual bonanza económica, ha sido un motivo de satisfacciones y, por qué no, de orgullo, para una ciudad inmersa en una crisis sin precedente.

En el plano institucional, la conmemoración del Centenario arrancó el cuatro de enero, fecha en la que los balonos fijan el nacimiento de la entidad. Una multitudinaria fiesta popular en la plaza de la Iglesia de la Inmaculada, cuya asistencia desbordó todas las previsiones, supuso el comienzo de no pocos homenajes. Sin abandonar el mes de enero, la entidad fue objeto de un peculiar panegírico por parte de la Asociación Mar del Sur. Un acto en el que fue subrayada la estrecha relación de la Balompédica con Gibraltar y que vivió su momento más emotivo cuando el exinternacional Juan Vázquez, visiblemente emocionado, se desplomó sobre el atril mientras pronunciaba la frase "este club me hizo la persona más feliz del mundo".

Por esas fechas la entidad recogía la condecoración como mejor club linense de 2011, junto al regatista Rafa Trujillo, cuatro veces olímpico y a la remera Valeria Palma, que lo hicieron como deportistas.

En el mes de mayo y con el equipo de Rafa Escobar arribando a su clasificación matemática el presidente de la Federación Andaluza, Eduardo Herrera, hizo entrega de la medalla de oro de dicho organismo sobre el mismo terreno de juego del Municipal. Como en el resto de momentos similares el presidente, Alfredo Gallardo, quiso que los exmandatarios vivos le acompañasen. Herrera no dudó en recalcar que, por su gestión, el resto de los clubes estaban "obligados a seguir el ejemplo de la Balompédica".

Un año tan significativo no podía carecer de su himno. Oficioso, eso sí, aunque ha calado en la parroquia albinegra. Lo compusieron los hermanos José Luis y Juan Carlos García Guillermo (este último un reputado músico a nivel internacional) y lo entonó la artista local Erika Leiva en un homenaje que tuvo lugar en septiembre que rindieron los diferentes estamentos de la ciudad al máximo responsable del club, que ya cumple una década al frente del mismo.

El larguísimo capítulo de menciones, que incluyó un partido por parte del CD San Roque y uno de la UD Los Barrios, tuvo un brillante colofón el pasado viernes día 21 de diciembre, cuando la alcaldesa, Gemma Araujo, hizo entrega de la medalla de oro de la ciudad, el galardón más importante que permiten los estatutos municipales, concedida con el respaldo unánime de todas las fuerzas políticas.

En el apartado deportivo, los primeros meses de 2012 fueron los más brillantes de la historia reciente del club. Los albinegros, afincados en la zona alta de la clasificación del grupo IV de Segunda B y desafiando a presupuestos muy superiores, encadenaban resultados positivos. Inolvidables todos, pero algunos de manera especial, como el meritorio empate en pleno mes de febrero en Carranza con el Cádiz, que a la postre se proclamó campeón del grupo, con toda Andalucía como testigo a través de Canal Sur. Sólo un clamoroso error arbitral que dio pie al tanto local impidió al equipo de La Línea, que se postuló como candidato a todo, lograr un triunfo al que se hizo acreedor. Lo más destacado de aquel encuentro, empero, no estuvo sobre el césped, sino en la grada. Una multitud de linenses paseó el cariño por sus colores por las calles de la capital de la provincia.

El último domingo de abril la Balompédica saltó al campo ya con el pasaporte para la segunda fase en el bolsillo, merced a la derrota que había sufrido el sábado el Betis B a manos del Écija (1-4). Los albinegros empezaban a jugarse ya la segunda plaza con el Lucena, al que doblegaron por 2-0. Al final del choque futbolistas y afición celebraron la gesta como si el marcador de un día antes no hubiese existido. Por entonces los periódicos nacionles y Canal Plus se extendían en reportajes sobre el éxito deportivo y económico de un club que paga las nóminas por adelantado.

El trece de mayo los balonos defendieron su condición de subcampeones al derrotar 2-0 al Roquetas, al que mandaron a Tercera. Un resultado y una consecuencia que tenía mucho de venganza con el delegado del conjunto almeriense, Rafael García Méndez, que fue el árbitro que en 2006 guillotinó a la Balona en el Nuevo Los Cármenes de Granada en la eliminatoria de ascenso a Segunda B y que por cierto tuvo sus más y sus menos con Alfredo Gallardo.

La primera eliminatoria de la fase de ascenso emparejó a la Balona con el Amorebieta. Un gol de Copi en Urritxe nada más comenzar permitió a los albinegros sumar un esperanzador empate a domicilio (1-1). Un marcador que dejó un sabor agridulce, ya que los albinegros jugaron desde el minuto 47 en superioridad numérica tras la expulsión de Aldalur, que cometió una entrada atroz sobre Antonio Merino, que ya no volvería a jugar en toda la segunda fase. Romerito clamó contra algunos de sus compañero al final de la contienda: "No todos hemos dado la cara", dijo el zaguero.

La vuelta, con final feliz eso sí, sería un auténtico vía crucis. Los linenses se quedaron con diez hombres en el 28' después de que el colegiado extremeño Fernández Maeso le mostrase la roja a Carlos Guerra por agredir a Muniozguren, que había adelantado a los forasteros en el 2'.

Con uno menos la Balona echó manos de su garra y de una multitudinaria hinchada (unas diez mil almas) entregada a la causa y volteó el resultado con dos goles de Antonio Ocaña (40' y 71'), el segundo tras un penalti generado por Bello. El bigoleador se repartió la gloria con Mikel Pagola, que evitó con paradas de muchísimo mérito que el conjunto del exalgecirista Asier Intxaurraga lograse el tanto que le hubiese clasificado. El pitido final propició una explosión de júbilo inenarrable, constituyéndose en uno de los instantes de mayor felicidad de los doce últimos meses.

El bombo emparejó a los linenses con uno de los cocos, el CD Tenerife, que venció en el Municipal, en un partido rácano pero práctico, en la ida 0-1.

Nadie daba un euro por los balonos, que, sin embargo, hicieron saltar las alarmas en el Rodríguez López, colocándose 2-2 a pesar de un arbitraje infame y malintencionado de Aitor Gorostegui, que ya forma parte de la historia negra de la centenaria entidad linense. Afortunadamente se hizo justicia y el trencilla se quedó sin ascenso por culpa de aquella 'canallada' deportiva.

En el último minuto el coleiado vasco y uno de sus auxiliares ignoraron un clarísimo penalti a David Hernández, que había marcado los dos goles, y privaron a los albinegros de la clasificación. El desenlace, con un rosario de expulsiones, los jugadores visitantes fuera de sí, el tercer gol local y los aficionados linenses que habían viajado envueltos en lágrimas fue absolutamente injusto con una temporada incomensurable, que quedará para siempre en el recuerdo de los buenos balonos.

Aquel fin pudo tener su efecto en el mal arranque de la presente andadura, aderezado con una agria polémica por la marcha de tres pilares defensivos (Francis, Antonio Merino y Romerito) que la afición entendía que no habían sido relevados con garantías o que nunca debían haber abandonado la entidad. El equipo coqueteó con los puestos de descenso y Escobar, artífice de dos años preñados de satisfacciones, llegó a clamar en estas páginas: "Me duele sentirme cuestionado".

En los dos últimos meses la Balompédica ha enderezado el rumbo y acaba diciembre a medio camino entre la cuarta plaza y los puestos de descenso. 2013 espera. 2012 ya es historia. Una bonita historia.

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