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2015: el año que nos enamoramos de San Mamés

  • La Balona cierra el que para siempre será el año de su duelo copero con el Athletic Los albinegros dejaron escapar la liguilla en la penúltima jornada Gallardo venció a su enfermedad Escobar fue destituido tras más de cinco años y Manolo Ruiz acaba de desembarcar

El año que hoy termina será recordado en el futuro por los hinchas albinegros como aquel en el que la Real Balompédica salió ovacionada de San Mamés. El éxito copero del conjunto de La Línea, que tras eliminar a tres rivales de la Segunda división B se midió con el Athletic Club, es, por su carácter inédito, el hecho más relevante de los últimos doce meses. Un sueño muy perseguido y al final cumplido que eclipsa muchos otros sucesos, como un fallo inadmisible que le dejó fuera de la última fase de ascenso, la enfermedad que obligó a Alfredo Gallardo a retirarse a una segunda línea o, el más reciente, la destitución de su entrenador, Rafa Escobar, después de más de cinco años en el cargo.

El 2015 no tardó en brindar la primera efeméride. El 18 de enero y con un hat-trick ante La Hoya que permitía a la Balompédica auparse al tercer puesto el algecireño Isaac Luis Chico Copi alcanzaba la barrera de los cien golpes en competición oficial con la elástica albinegra. Su excelente momento de forma llevó al club a no relevar a Migue Montes con otro delantero e incorporar a Ximo Forner, que venía entrenándose con la plantilla.

En febrero el protagonista fue Rafa Escobar, que alcanzó, en Almería, los 250 partidos en el banquillo de la centenaria entidad de La Línea. Eso sí, apenas pudo celebrarlo, porque el severo correctivo que recibió su equipo (4-0) propició que la directiva ordenase suspender los descansos del plantel.

Eso sí, con la Balompédica entrando y saliendo de las plazas de privilegio el club hizo oficial la renovación de todo el cuerpo técnico. Ya por entonces Alftredo Gallardo había pasado a un segundo plano de la actualidad para enfrentarse a una enfermedad que le debilitó, pero que no pudo con él.

Y llegó mayo. A falta de dos jornadas el equipo de La Línea no dependía de sí mismo. Precisaba de un triunfo del Cádiz, que ya estaba más que clasificado, sobre un Villanovense que se jugaba la vida. Durante la semana el máximo mandatario amarillo, Manolo Vizcaíno, lanzó un mensaje más que esperanzador: "Para el Cádiz sería un orgullo contribuir a que la Balona jugase la liguilla" y añadió: "Me gustaría ganar como homenaje a mi gran amigo Alfredo Gallardo, que se merece que lo paseen a hombros por La Línea".

El Cádiz no falló. El sábado nueve de mayo el equipo de Claudio Barragán doblegó 2-0 a los extremeños y la Balona pasó a depender de sí misma. Estimulados por la idea de ver a los suyos de nuevo en la fase de ascenso a la Liga Adelante, los linenses acudieron en masa al Municipal de Marbella, pero los albinegros no dieron la talla y cayeron 1-0 ante un rival que sólo se jugaba su orgullo, pero que demostró bastante más que el rival.

Son muchos los que sostienen que aquella derrota y la falta de autocrítica posterior supusieron el punto de inflexión que empezó a marcar el final de la era de Rafa Escobar en el banquillo.

La semana siguiente, aún con posibilidades matemáticas, fue una agonía. Tanto los linenses como el Granada B podían clasificarse si ganaban y el Villanovense no lo hacía, pero el conjunto de Villanueva de la Serena dio cuenta pronto del Betis B (cuya alineación, preñada de jugadores no habituales fue objeto de muchas críticas desde La Línea) y la última jornada de Liga se hubiese convertido en un trámite de no ser por la más que emotiva ovación con la que los espectadores recibieron al presidente en su regreso al palco. Fue una declaración de voluntades en toda regla. "Queremos que sigas", le dijeron con sus palmas.

Al final la afición reconoció con aplausos la temporada de sus jugadores que aunque en ese momento casi no fue valorado habían abierto la puerta, con su clasificación para la Copa del Rey, a uno de los acontecimientos más importantes del siglo largo de vida que contempla a la entidad.

Alfredo Gallardo decidió abrir un proceso electoral, pero empujado por su propia directiva acabó por presentarse a la reelección y el ocho de junio era proclamado de nuevo capitán del barco, una decisión que él mismo calificó "de locos" debido a su estado de salud.

Como sucede cada verano llegaron los descartes. Canario se marchó al Cádiz para volver más tarde, Alberto Merino puso fin a su brillante carrera en España participando con el Europa de Gibraltar en una eliminatoria internacional, mientras que Carlos Guerra acordaba seguir una temporada más. Mauri, Espinar, Zamorano, el internacional panameño Roberto Chen, Manolo León... fueron incorporándose a una plantilla a la que se enquistó encontrar un lateral derecho. Después de dos intentonas fallidas por culpa de sendas lesiones regresó, tras haber superado una grave lesión, Manu Palancar, casi se puede decir que por petición popular.

La pretemporada estuvo salpicada de claroscuros, pero destaca el triunfo en Marbella sobre el Middlesbrough, el actual líder de la Championship, con un gol de Diego Buitrago, otro de los recién llegados. Lamentablemente el tiempo demostró que aquello, como sucede tantas veces durante el verano, no fue más que un espejismo.

El comienzo de Liga se tornó un infierno. La Balompédica no logró un solo triunfo en las siete primeras jornadas, lo que le llevó a ostentar el dudoso honor de ser el peor equipo entre los ochenta que compiten en los cuatro grupos de toda la Segunda división B.

Las victorias coperas sobre Recreativo de Huelva (1-0) y Talavera (0-2) sirvieron de salvavidas temporal a la plantilla, que sumó sus tres primeros puntos el sábado diez de octubre sobre el hasta entonces invicto La Hoya Lorca, eso sí, a lo grande (4-0).

Cuatro días después la afición de La Línea se daba un atracón de felicidad al presenciar como su equipo derrotaba al Ebro de Zaragoza y lograba, por primera vez en su historia, la clasificación para los dieciseisavos de final de la Copa, donde tenía garantizado encontrarse con uno de las escuadras españolas que jugaban competición europea.

El sorteo, en medio de una explosión de júbilo, emparejó a la Balompédica con el Athletic Club, pero en la espera, el 28 de noviembre, el Sevilla Atlético se impuso 0-3 en el Municipal y se dispararon todas las alarmas.

Gallardo quiso compensar a Rafa Escobar por cinco años de éxitos, pero como este periódico anunció ("la Copa aplaza...") la destitución del entrenador era sólo cuestión de tiempo.

La Balona dejó una buena imagen en el partido de La Línea ante los leones (0-2) e incluso sumó dos victorias ligueras consecutivas, la segunda, en Almería, suponía el estreno como visitante después de más de siete meses. Pero la suerte estaba echada.

El dieciséis de diciembre quinientos balonos desembarcaron en San Mamés sin la menor idea de que iban a ver un hecho histórico. El Athletic, que en un gesto de respeto, alineó a un equipo de gala, no se anduvo con remilgos ante una Balona a la que le tamblaban las piernas y acabó endosándole media docena de goles.

Pero la sabia afición rojiblanca salió al rescate de los hinchas balonos, compartió con ellos los cánticos, aplaudió a los jugadores visitantes que eran sustituidos, a Pepe García el masajista e incluso reprochó al árbitro catalán Estrada Fernández algún error a favor de los de casa.

Nada más decretarse el final los futbolistas del equipo de casa desaparecieron del césped y diecisiete mil almas puestas en pie, absolutamente ajenas a lo que señalaba un marcador convertido en mera anécdota, tributaron una de las ovaciones más emotivas que haya recibido jamás la Real Balompédica y mucho más por parte de un público supuestamente rival.

Cuatro días después un gol en el tiempo añadido doblegó a esa misma Balona en el campo del modesto Jumilla y la directiva comunicó en el mismo autocar mientras llevaba a cabo el viaje de regreso a Rafa Escobar que la sentencia se hacía efectiva.

Después de cuatro días de incertidumbre fue anunciado el desembarco en el banquillo del jerezano Manolo Ruiz, segundo de Bernardo Schuster en Xerez, Getafe, Real Madrid... Una nueva etapa que comienza el próximo domingo ante el UCAM. Pero eso forma parte de la historia, aún por escribir, de 2016.

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