Real Murcia - Algeciras CF | La crónica

(1-1) Un premio a la valentía

  • El Algeciras luce en un escenario grande y arranca un punto que devuelve mucho crédito a los de Fajardo

  • Karim contesta al filo del descanso al tempranero gol local de Chumbi 

El Algeciras celebra el gol de Karim en Murcia.

El Algeciras celebra el gol de Karim en Murcia. / Pepe Valero

Hay puntos y puntos. Si el sumado ante el Villarrubia dejó la mosca detrás de la oreja, el empate más que merecido en la Nueva Condomina devuelve mucho crédito al Algeciras CF. El equipo de Emilio Fajardo sacó tajada ante el Real Murcia en un escenario grande, histórico, donde llegó a levantar pitos para los de casa. Los albirrojos (con su nuevo uniforme turquesa) se señorearon por momentos con un fútbol atrevido, bonito, agradable al paladar y al que apenas se le puede poner alguna pega... Si acaso que el Algeciras hizo ocasiones y méritos para ganar.

Pero esto es Segunda B, para lo bueno y para lo malo, y muchos aún están aterrizando. En esta categoría un delantero de talla como Chumbi te puede amargar la vida en un segundo. En esta categoría hay que hacerlo muy bien durante muchos minutos para arañar botín fuera de casa. Fajardo ha optado por la vía de la valentía, por ir a ser protagonista en Murcia o donde haga falta y con esa mentalidad el Algeciras, por lo pronto, ha comenzado la temporada sumando, despacito pero constante. Dos empates en dos partidos. Menos da una piedra.

Karim silenció, aunque sea por unas horas, el debate del '9', una necesidad que va a quedar cubierta con las llegadas de Antonio López y Jardel. El ariete africano disfrutó de su primera titularidad y recordó al de la fase de ascenso: movilidad, incordio, ocasiones y un gol que vale su peso en oro. El punta remató de cabeza un centro botado por Antonio Domínguez al filo del descanso para neutralizar el tempranero puyazo de Chumbi.

Fajardo, como intuyó este periódico, revolucionó el once inicial: el técnico metió a Borja Vicent y Pablo de Castro en el eje de la defensa -estupendos los dos-, adelantó a Cerpa al pivote en detrimento de Caturla y refrescó el ataque con Antoñito, Karim y Almenara. El plan funcionó a pesar del mazazo inicial. El Algeciras jugó muy bien al fútbol en la Nueva Condomina y llevó el control durante más de una hora de juego sin apenas desconexiones. Sólo el empuje final y el orgullo del Murcia propició un final algo alocado, más abierto, que se pudo decantar para cualquiera de los dos lados.

El Algeciras salió con intenciones a una plaza grande, pero apenas se había asentado cuando los pimentoneros armaron un ataque por su banda derecha que acabó con un centro de Juanma y un chutazo de primeras de Chumbi. Ni molestias de tobillo ni gaitas. Menudo tanque. Poco pudo hacer Lopito. Fue la única llegada clara de los locales en la primera mitad y el único despiste algecirista.

Lejos de desmoronarse, los de Fajardo comenzaron a construir su juego, con presencia, con fluidez. La réplica al tanto vino de forma inmediata con una oportunidad franca de Karim tras el primero de varios errores en la salida del meta Tanis (8'). Se asomaba el Algeciras por el área murcianista, un conjunto visitante apenas inquietado por Chumbi. A la media hora la volvió a tener Karim tras otro desbarajuste defensivo pimentonero (29'). Tampoco aprovechaban los de Fajardo el balón parado. Choco, que no paró de crecer durante el encuentro, avisó con una internada (43') y parecía inevitable que el empate llegase. Tenía que llegar. Y fue en el 45+1' cuando Antonio Domínguez sacó el guante y Karim se anticipó para cabecear a la red.

La 'mini revolución' en el once algecirista sale a la perfección

El descanso no varió lo que estaba ocurriendo sobre el verde. El disparo de Domínguez en el 51' levantó los primeros pitos para el Murcia. Era el reflejo de lo que se estaba viendo. El entrenador local movió el banquillo, con acierto, y Fajardo empezó a hacerlo a partir del minuto 60. Entró Barba, del que se espera más desequilibrio. Corría el minuto 66 cuando Lopito intervino para salvar los muebles en un centro con cabezazo de Chumbi. Despertaba el león dormido.

Fajardo sacó a Antonio Sánchez para jugar con dos delanteros y a Ganet como último cartucho. La victoria era posible, pero queda claro que el pichichi de la pasada campaña sigue lejos de su mejor estado. El último cuarto de hora se jugó a campo más abierto porque el esfuerzo pasaba factura y porque la Nueva Condomina dio un plus para apretar más y más. Más allá de un par de disparos altos de Peque y de la entrada del veterano de guerra Víctor Curto, el Algeciras se mantuvo sobrio y trató de buscar esa última embestida que le diese un triunfo que, aquí habrá consenso, habría sido más que merecido. 

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