Salva Ballesta, entrenador del UCAM de Murcia, entiende que su equipo evidenció en el terreno de juego que tenía una enorme necesidad de puntos y que eso, sumado a su dominio de las áreas, le llevó este domingo al triunfo sobre el Algeciras Club de Fútbol, para el que se deshizo en elogios, subrayando especialmente la figura de Iván Turrillo.

“Creo que el equipo compitió muy bien, evidenció la necesidad que teníamos de ganar para espantar fantasmas, que el cuerpo técnico por supuesto no los veía”, comenzó el preparador local. “En el fútbol mandan los resultados y los jugadores eran conscientes de la importancia de los puntos y del grandísimo rival que tenían enfrente”.

El expreparador albirrojo recalcó que fue “muy bonito” reencontrarse con muchos de los que fueron sus discípulos en el Nuevo Mirador y que por “uno contra uno que no se acertó no están ahora en Segunda A”, en referencia a la final por el ascenso disputada en Almendralejo frente al Real Sociedad B.

“Lo que me queda claro es que esos jugadores siguen siendo competitivos, que siguen teniendo ese gen y que son unos grandísimos futbolistas”, dijo sin ambages.

“Pero por encima de eso lo que realmente me gusta que somos amigos, porque eso es lo que al final te llevas del fútbol, lo demás es efímero”, dijo, antes de hacer una glosa de lo que significa Iván Turrillo para el Algeciras. “Lo que él significa no lo tienen mucho futbolistas de élite”, sentenció. “Es de admirar”.

Salva asumió que el Algeciras “tuvo más balón” pero matizó: “Es lógico porque ellos basan mucho su juego en la posesión y nosotros en la situación que estábamos no podíamos hacer eso, porque cualquier error podía devolvernos a una situación negativa mental y que el jugador no creyese, así que esa faceta la iremos mejorando a medida que el equipo vaya cogiendo confianza”.

“Sin embargo el UCAM tuvo lo más importante que hay en el fútbol, porque dominó las dos áreas de manera muy significativa”, resaltó. “La defensa de nuestro área fue brutal durante los noventa minutos y cuando conseguíamos girar en tres cuartos de campo o entrar por banda la sensación de peligro que dábamos era importante”.

“Nuestro equipo supo competir, ganó segundas jugadas y aunque tenemos que mejorar en ser más protagonistas con balón, pero la necesidad de puntos y el factor mental propiciaron que no pudiésemos ofrecer en este partido lo que seguro vamos a dar más adelante”, sostuvo.

Salva Ballesta, a preguntas de un informador local, recalcó que le parece “una falta de respeto” que a cualquier futbolista “haya que pedirle intensidad en su trabajo”. “El talento es individual, pero el esfuerzo y el sacrificio lo tienen todos. En todos lados hay ingenieros y obreros, pero eso no significa que el ingeniero tenga que tener una parte de obrero. No se trata de pegar patadas, sino de vivir el partido, estar concentrado, tener ritmo, comunicar...”