Algeciras CF

Un ‘match-ball’ por adelantado

  • El Algeciras se juega el domingo algo más que tres puntos ante el Utrera, el segundo y uno de los favoritos en la lucha por la liguilla

  • La cuesta final de enero, un momento de inflexión para los albirrojos

Fajardo se dirige a la plantilla del Algeciras en el entrenamiento de este jueves.

Fajardo se dirige a la plantilla del Algeciras en el entrenamiento de este jueves. / Jorge del Águila

El tercer partido de 2019 para el Algeciras CF, el tercero también para Emilio Fajardo como técnico albirrojo, se ha convertido en un match-ball por adelantado. Con cuatro meses de competición aún por delante en el grupo X de Tercera división, el duelo del domingo ante el CD Utrera (17:00, Nuevo Mirador) se presenta con una enorme carga para los anfitriones, que precisan una victoria si no quieren despedirse del primer y segundo puesto.

Con 40 puntos tras el empate en Sevilla, el Algeciras, séptimo en la tabla, sabe que si el Utrera (50 puntos) suma en La Menacha será casi una odisea darle caza. No es la opinión de un pesimista, es el reflejo de un equipo que lleva ocho viajes seguidos sin ganar y no consigue el ritmo necesario para escalar puestos, cuando menos, hasta la cuarta plaza que defiende la UD Los Barrios.

El Algeciras, de puertas para dentro, está convencido de que va a disputar la próxima fase de ascenso a Segunda B. Su afición está más dividida al respecto, aunque la llegada de Fajardo insufló ánimos renovados, una llama de esperanza que el pasado domingo se debilitó en Sevilla al rememorar viejas sensaciones.

El Algeciras-Utrera llega como el pulso más atractivo de la jornada, con permiso del duelo entre fiales de Betis y Cádiz. Las tornas han dado la vuelta por completo desde que los albirrojos asaltaron el San Juan Bosco (0-2) en su mayor exhibición fuera de casa. Con el añadido del golaveraje se puede aliñar un poco más un envite que pone algo más que tres puntos en juego.

La plantilla de Fajardo asume que no puede fallar más, mucho menos en su templo y mucho menos ante un rival directísimo. Los algeciristas tendrán que lidiar con esta presión añadida el domingo y el resto de jornadas si quieren alcanzar, como mal menor, el cuarto puesto del vagón delantero. Mirar más arriba ahora mismo se antoja absurdo.

Además, el choque con el Utrera será de los pocos que la afición pueda presenciar en la segunda vuelta ante aspirantes a la liguilla. Salvo el Ceuta y Los Barrios (en la última jornada), el resto se las verán en su terreno con los albirrojos, que vencieron a casi todos con la salvedad del filial del Cádiz.

Enero acabará su cuesta para el Algeciras con el viaje a Lepe para medirse a un San Roque prácticamente sin opciones de aspirar al ascenso, sobre todo tras el mazazo sufrido con el Xerez DFC. Utrera y Lepe deben ser las dos citas que catapulten las esperanzas del algecirismo, el ansiado punto de inflexión para que el equipo encadene las victorias que tanto necesita.

Fajardo dijo ayer en rueda de prensa que “Roma no se construtó en un día” –una gran verdad–, pero sabe que ha desembarcado en el Algeciras, un club que como los romanos vive de los triunfos, de las conquistas y de una plebe satisfecha a la par que orgullosa. Alea iacta est.

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