UD Los Barrios - Algeciras CF | La crónica

(2-0) La Unión sueña y liquida a Javi Viso

  • Los de Escobar imponen su estilo y convierten el derbi en una fiesta para Los Barrios que provoca la destitución del entrenador del Algeciras

  • Alan rompe el duelo en el minuto 58 y Juanma apuntilla en el tiempo de descuento

  • Los gualdiverdes, cuartos y con cuatro puntos de ventaja sobre los albirrojos

El gualdiverde Alan trata de marcharse del albirrojo Josemi.

El gualdiverde Alan trata de marcharse del albirrojo Josemi. / Erasmo Fenoy

Gloria para la Unión y penitencia para el Algeciras, que pone fin a la era de Javier Viso. Los Barrios es una fiesta y no es para menos porque su equipo pasará la Nochebuena en la cuarta plaza del grupo X de Tercera división. Los de Rafa Escobar tienen licencia para soñar con total merecimiento tras la victoria lograda en el derbi comarcal de la categoría. A escasos kilómetros de la Villa se abre un cisma. El algecirismo se sume en la depresión de un conjunto que ha perdido todo lo bueno que exhibió a comienzos de la temporada. La directiva, reunida de urgencia tras el varapalo, destituyó a su entrenador y deja el equipo a cargo de Mané. Los del Nuevo Mirador se estancan en la séptima posición a cuatro puntos de los barreños... y a un mundo del liderato. Buena parte de la afición ya ha perdido la fe y la paciencia.

Queda media liga por delante, pero después de lo visto en el San Rafael puede haber un antes y un después. Lo que se suele catalogar como un punto de inflexión. Por lo pronto ya ha habido consecuencias. La Unión se apropió del derbi bajo la bandera de Escobar, con el librillo que el técnico cordobés hace recitar de memoria a sus jugadores, una plantilla que pasa por un estado de gracia absoluto, desde Zamora hasta Alan. El portero fue protagonista cuando tuvo que intervenir en el primer tiempo, cuando el Algeciras inquietó algo, especialmente al filo del descanso. El mexicano desatascó el duelo con un golazo maradoniano en el minuto 58. A partir de ese momento, la Unión creció desde su trinchera y el Algeciras se evaporó con una propuesta estéril que solamente le condujo a recibir la puntilla en el tiempo añadido, con un gol de Juanma que desató el delirio entre la multitud gualdiverde.

El derbi cumplió con lo que prometía aunque no todo el mundo estuvo a la altura. La expectación desbordó incluso a la taquilla y hubo colas para retirar la entrada con el partido ya empezado. Más de dos mil almas se congregaron en el campo con mucha gente de Los Barrios, de Algeciras, de La Línea, de San Roque... Gente de fútbol que convivió en total cordialidad.

La Unión se ciñó a su discurso milimétricamente sobre un césped alto, muy alto, y en muy mejorable estado. El Algeciras solo dio señales de que podía llevarse los puntos en algunos compases del primer tiempo y eso es muy poco para un club histórico que dice abiertamente que quiere pelear por el primer puesto de la clasificación. Eso sencillamente no alcanza.

El primer tramo del envite discurrió a pleno pulmón, con tanteo pero con alguna que otra cuchillada que el árbitro no quiso sancionar en su afán de no parar el encuentro sin que se le fuese de las manos. La Unión tapó el costado izquierdo algecirista y acabó con la amenaza de José Carlos. Los de Escobar, siempre sin complicaciones, trataron de desbordar a Josemi, el improvisado lateral derecho de un Algeciras en el que debutó el mediocentro Borja Vicent, batallador en su primera papeleta.

El primer acercamiento claro llegó a balón parado al cuarto de hora. Una falta que botó Pipo, tocó Antonio Sánchez y desbarató Zamora. Los barreños se asomaron al área de Romero pasada la media hora tras una pérdida de balón algecirista (una de tantas) que Alan convirtió en un centro envenenado que abortó Pablo de Castro. De esa contra nació el córner que sacó Biri y lamió el larguero.

Antes del descanso pudo marcar el Algeciras ante una Unión que notaba el derroche físico. Un fallo de Dani Hedrera dejó solo a Antoñito en el corazón del área pero a éste le sobró un regate y cuando metió la pierna se topó con Zamora. El veterano portero exalbinegro se lució instantes después al adivinar un disparo cruzado de Antonio Sánchez.

El intermedio llegó con la sensación de que con el balón el Algeciras tenía más peligro que la Unión, pero con el balón no basta para ganar partidos como, una vez más, demostró después Rafa Escobar.

Los locales salieron con renovada chispa de la caseta ante un Algeciras al que no parecía que le fuese la vida en ello. Los barreños sacaron de la chistera una genialidad de Alan para romper las tablas. El extremo mexicano se marchó de todo el mundo a su paso, con la colaboración de una defensa endeble, antes de soltar un zapatazo inalcanzable.

El 1-0 en el minuto 58 inyectó fuerzas extra a los pupilos de Escobar y anestesió a un Algeciras que entró en punto muerto. Ni para adelante ni para atrás, los de Viso se perdieron con pases a ningún sitio, en horizontal, en pérdidas, en fueras de banda... Los albirrojos no encontraban respuesta y, como algún sabio sentenció desde la banda, ni si quiera chutaban a puerta.

Ni con un lanzamiento de falta al borde del área pudo el Algeciras zarandear un partido que caminaba inexorablemente hacia el terreno que quería Escobar, con sus chicos llevados en volandas por el Comando Chicharrón. Los visitantes movieron el banquillo en un vano intento de reacción mientras muchos fieles desfilaban pronto camino de casa para evitar atascos. Esa fe es la que desprende en estos momentos un Algeciras incapaz de levantarse.

El derbi murió en un descuento largo con una acción que habla a las claras del momento que vive uno y otro: una pérdida albirroja, una contra rápida de los barreños y el gol que Gustavo puso en bandeja a Juanma para desatar la fiesta en la Villa y apuntillar al vecino, a un Algeciras que no había perdido nunca en Los Barrios en Tercera división y que pasó por la guillotina al técnico, un hombre de la casa.

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