El Unicaja del que han formado parte los algecireños Álex Montenegro y Fran Turanzas, ganó la final terrenal de la Minicopa y acabó en el tercer lugar de la competición tras derrotar en el partido de consolación al Valencia Basket con autoridad (104-59). El título fue a parar a manos del Barcelona, que derrotó al Madrid en la final por 78-89.

Ha sido un gran torneo para Unicaja, entrenado por Manolo Bazán, que en su día fue jugador del desaparecido Club Baloncesto Linense. Los malagueños con Real Madrid en la fase de grupos y el Barcelona en las semifinales, dos pequeñas selecciones mundiales, pero fueron buenas y holgadas victorias ante otras canteras de nivel máximo en el baloncesto español como Joventut y el propio equipo valenciano más Manresa (los dos equipos catalanes ganaron sus partidos por el quinto y el séptimo puesto ante Girona y Zaragoza). Una gran experiencia que se selló con la subida al podio imaginario, la mejor actuación desde que en 2017 se jugara la final en Vitoria ante el Real Madrid con la generación que lideraba Rubén Domínguez.

El Unicaja encarriló el partido desde el arranque. Fue un primer cuarto más igualado y el Valencia recortaba al final (18-16), pero ya en el segundo cuarto puso distancia con un gran parcial (25-9) que decantaba el duelo. Ese quiebre lo hizo sin August Moller, el jugador que más ha llamado la atención por sus cualidades físicas y técnicas. El invitado danés ha impactado desde su altura (2.03 metros) pero con muchas herramientas en su juego trasladables a la élite. Cometió faltas y Manolo Bazán le reservó.

En ese quiebre del partido destacó Agustín Martín, un interesante alero camino del 1.90 metros que tiene mucho instinto y que acabaría con grandes números (16 puntos y 12 rebotes para 24 de valoración). Al descanso, el marcador era 43-25.

En el inicio del tercer cuarto terminó de sentenciar el Unicaja, esta vez sí con un arreón de Moller, que acabaría con 22 puntos, 16 rebotes, cuatro asistencias, tres recuperaciones y 33 de valoración en 21 minutos en pista. Bazán acabó rotando a sus jugadores menos utilizados, también empleó a Moller como cuatro para que hiciera cosas distintas. Es un jugador especial, con un feeling por el juego enorme. Pases a una mano de canasta a canasta, definiciones con toque exquisito... Aunque esta exposición, evidentemente, le ha colocado en un radar en el que no estaba y habrá que trabajar para que en el futuro pueda jugar en Málaga. "August, quédate" le cantaban los padres y aficionados en la grada.

Pero hay más que Moller en una generación interesante, que ahora competirá sin él en los Campeonatos de Andalucía y España. Está Alonso de la Iglesia, un exterior granadino con herramientas físicas altas, aunque también con campo de mejora como el uso de su mano izquierda. Acabó con 14 puntos, tres rebotes y dos recuperaciones el partido. Ha sido de los más constantes. Estuvo bien en el Campeonato de España de selecciones autonómicas. También bien el jugador de Algeciras Fran Turanzas, un exterior destacado en el equipo, con liderazgo. El otro invitado, el también algecireño Alejandro Montenegro, tuvo una racha anotadora en el despegue y acabó con 11 puntos, los mismos que José Berrocal.

Con los citados, Antonio Martínez, Arturo Trujillo, Miguel Ángel Paz, Andres Ruiz, Alejandro López, Nicolás Uroz y Adam Igokwe. Todos ellos vivieron una experiencia que no olvidarán nunca con un tercer puesto como regalo.