icom Udea | Unión linense de baloncesto

La ULB se impone en un derbi colosal

  • Los linenses se aúpan en la case magistral de su base DJ Irving, con 41 puntos, para convertirse en los primeros que derrotan al líder Icom Udea

  • El encuentro se transforma en una fiesta dentro y fuera de la cancha

El derbi de las epístolas acabó por tornarse en aquel en el que los pájaros dispararon a las escopetas. El Oh!Tels ULB vivió el duelo de rivalidad comarcal del primer al último segundo y con ello -y con DJ Irving y Desmond Koyanouba a un nivel espectacular- se ganó con una defensa numantina la condición de ser el primer equipo que derrota esta temporada a Icom Udea. Un resultado que pone en valor la excelente campaña de los de La Línea, hasta ahora eclipsada por la inmaculada marcha de los algecireños, pero que no empaña ni un ápice la de los de Javier Malla, sencillamente porque alguna vez tenían que perder. Y la lógica indica que es más fácil que eso suceda ante el segundo clasificado que ante cualquier otro.

La estadística dirá que la ULB hizo historia y que se convirtió poco menos que en el hombre que mató a Liberty Valance de la presente temporada. Pero cuando dentro de unos años alguien se contente con hacer balance de lo sucedido ayer revisando la fría estadística se estará hurtando la más valiosa de las informaciones. Éste fue el encuentro que encarna el regreso del básquet de verdad a esta comarca, que, demostrado queda, tanto lo añora. Tanto lo necesita.

Fue un derbi con unas gradas atestadas, con el público de uno y otro bando conviviendo con normalidad y, sobre todo, fue un partido enorme, con sus dientes de sierra, sus polémicas [pocas], su guerra táctica y el héroe que nunca falta a este tipo de citas. Esta vez le correspondió a ese papel a DJ Irving, que ofreció una cátedra de cómo se juega a este deporte incluso cuando estaba extenuado por el sobreesfuerzo al que le obligó el cansino de Javi Fernández. Nada menos que 41 puntos y 47 de valoración hablan de lo que hizo el bostoniano. Un partido enorme, en el que decidió cuándo se hacía cada cosa. Es verdad que los actores secundarios de su equipo se fajaron, pero su labor fue, sencillamente, incontestable.

Es muy posible la autopsia del encuentro permita encontrar causas tácticas para la victoria de los linenses. La defensa, que consiguió cortocircuitar al mejor ataque de la Liga, las lecturas de los momentos de juego... Y todo eso será verdad, pero casi con toda seguridad lo que llevó a la ULB a la victoria fue eso que los cursis llaman intangibles. El entusiasmo, la fe, para que se pueda leer en horarios infantiles. El conjunto de Vicente González afrontó desde el salto inicial el derbi como un derbi. Como si le fuese la vida en cada balón. Como si se tratase de una final. Y su rival no tuvo noticias de ello hasta bien adentrado el segundo cuarto, y a pesar de que después remó con fuerza (de hecho ganó los otros tres parciales) ya era demasiado tarde.

La ULB, agrandada por su propia salida en tromba, se fue al primer intermedio 9-24. Por eso y porque Edmond Koyanouba se lió a coger rebotes e impidió que el precipitado equipo de casa, acelerado sin causa aparente, disfrutase de segundas opciones.

Icom Udea llegó, sencillamente, trece minutos tarde a la cita. Al líder la traicionó esa sana costumbre que tiene de voltear los partidos. Pensó que sucedería una vez más. Y estuvo a punto de conseguirlo después de estar siempre por detrás. Varias apariciones de Balmón propiciaron que a falta de seis minutos y 20 segundos Julient Sargent igualó a 53. Pero no contaba con que entonces volvería a aparecer DJ Irving, que hizo 20 de 22 en tiros libres y logrodistanciar a los suyos.

Pero Udea es mucho Udea y a falta de once segundos se colocó a tres (64-67). No hubo tiempo para más. La ULB logró el triunfo que precisaba para reivindicarse. Pero como en el primer derbi no hubo perdedores. Pueden apostar a que el resultado servirá a Icom Udea de apoyo para hacer aún más grande su temporada.

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