Miguel Ángel Pacheco renueva sus votos para ser figura del toreo
El novillero linense reaparece el sábado en Francia tras la cogida que sufrió el 24 de abril y pretende tomar la alternativa en 2018
Miguel Ángel Pacheco sufrió el pasado 24 de abril una estremecedora cogida Las Ventas (Madrid). La herida de 25 centímetros que apareció en su pierna derecha obligó a que fuese intervenido en la enfermería de la propia plaza de toros. Ayer aparentaba no tener ninguna secuela física de aquel percance. Pero tampoco moral. El novillero de La Línea no se ha dejado intimidar siquiera un poco y ya prepara con la máxima ilusión su reaparición, prevista para la mañana del próximo sábado en la plaza francesa de Vic-Fezensac, de primera categoría. Un mano a mano con Mario Palacios -que también reaparece tras ser corneado en aquel mismo festejo- que se podrá seguir por internet. Será el nuevo punto de partida para una temporada que, pretende, sea la que le catapulte para poder tomar la alternativa en 2018. Su mentor, Juan Carlos Landrove, lo tiene claro: "Su futuro lo decide él. O sale por las puertas grandes o que lo haga por las enfermerías".
Miguel Pacheco llegó a la escuela taurina de La Línea cuando tenía ocho años, es decir hace ya once. Desde muy pequeñito destacó y fue acumulando premios a medida que escalaba de becerras a erales. Ahora, de novillero con caballos, con una cuadrilla fija y un montón de ilusiones en el camino, una grave cogida se puso en el camino en el tramo final del mes pasado. "Sientes calor, que algo te quema, pero dolor, lo que se dice dolor, a partir de por la noche", recuerda el novillero en referencia al día en que el astado de Los Chospes lo enganchó.
"En cuando llegué a la habitación del hospital estuve tranquilo, porque sabía que me había preparado muy bien, que estaba fuerte y que me curaría pronto", explica Pacheco, que ha seguido parte de su rehabilitación posterior en el gimnasio de la barriada de Los Junquillos que posee el club Don Príncipe, al que no deja la oportunidad de expresar su agradecimiento.
"Vivo para esto, pero no tengo la sensación de estar renunciando a nada, porque hago lo que realmente me gusta", sostiene con convencimiento. "Además de torear, juego al pádel, monto a caballo... pero la verdad es que paso gran parte de mi tiempo rodeado de gente del toro, que es lo que quiero".
"No me considero un chico raro porque no me gusten las videoconsolas, a veces voy al cine, otras veo fútbol con mis amigos, lo único que pasa es que yo tengo que cuidarme de una manera especial y eso me condiciona, pero porque yo quiero", reivindica.
Curiosamente a Miguel Ángel Pacheco no le viene la pasión por el arte de Cúchares por una cuestión de ADN. Su abuelo fue el que lo llevó por primera vez a una plaza, pero poco más. "El que he metido el gusanillo en la familia he sido yo", comenta con una sonrisa burlona.
Pacheco se autoproclama un "torero clásico" que quiere emular a figuras como Alejandro Talavante o Sebastián Castella. "Veo mucho toro en casa, es la mejor forma de aprender, fijarte en cómo lo hacen los grandes", recalca.
Su objetivo lo tiene claro: "Quiero ser una gran figura del toreo". Para eso dedica mucho tiempo a torear vacas en el campo, que es, donde, confiesa, se siente más a gusto. "Para un torero es lo mejor, estás en contacto con los animales, con la naturaleza..."
De hecho hoy mismo parte con dirección a Portugal, donde va a establecer su cuartel general para preparar su regreso a los ruedos del próximo sábado, que los aficionados podrán seguir a través de Taurocast, el nuevo canal temático online que ha puesto en marcha el conocido periodista Manolo Molés.
En caso de que los mejores augurios cristalicen, Miguel Ángel Pacheco será torero con todas las letras el próximo año. ¿El escenario? Aún es pronto. Al novillero le gustaría que fuese bien en una plaza de primera bien en La Línea, donde todavía no tiene claro que irá en la próxima feria de julio en caso de que le inviten o si dejará pasar la oportunidad para cuando ya tenga todos los galones.
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