Lendoiro, adiós y gracias

La presidencia del Deportivo será cosa de tres candidatos después de que dos aspirantes hayan abandonado la carrera electoral que culminará el 21 de enero antes de llegar a la meta; el último de ellos, Augusto César Lendoiro, que en menos de un mes dejará de presidir el club que dirige desde hace más de 25 años.

El camino electoral hacia el consejo de administración del Deportivo lo han abandonado, curiosamente, el primer candidato que se postuló a la presidencia, Paco Zas, quien presentó su programa el 2 de octubre, y el último, Lendoiro, que hizo lo propio el pasado 12 de diciembre.

Tres son los que mantienen su candidatura y el gran favorito, después de la asamblea de accionistas del pasado viernes, es el empresario Tino Fernández, el último que se presentó a las elecciones antes de que lo hiciera Lendoiro.

Fernández, hasta la junta de accionistas de diciembre de 2012, delegaba sus acciones, casi el uno por cien del capital social del Deportivo, en Lendoiro, quien llegó a ofrecerle formar parte de su equipo antes de que decidiera presentar una candidatura propia.

La fuerza que exhibió la semana pasada en la cita anual con los socios, a la que llegó con más de 29.000 acciones y cerca de 33.000 contando las que llevaban el resto de los miembros de su equipo, le convierten en el candidato con más opciones para suplir a Lendoiro, al que derrotó.

Los rivales de Tino Fernández, que no recabaron delegaciones para la asamblea del viernes pasado, deben intentar ahora conquistar al 55,6% del capital social que no estuvo en la junta y también las acciones que apoyaron a Lendoiro en la cita con los socios: en torno a 25.000 de las casi 58.000 que tuvieron voto.

Ésa será la misión del exasesor jurídico del Deportivo, Germán Rodríguez Conchado, el más veterano de los tres, y del más joven, Manuel López Cascallar, que mantienen sus aspiraciones a la presidencia del Deportivo.

Lendoiro pasa a ser historia del Deportivo. De la mejor y también de la peor. Nacido en Corcubión (La Coruña) el 6 de junio de 1945, pondrá punto final a su etapa como presidente del Deportivo de La Coruña tras un cuarto de siglo al frente del club, tras ganar las elecciones en 1988 pese a no presentarse de inicio. Recogió un club a punto de irse a Segunda División B, al que convirtió en el Superdépor.

Apostó por codearse entre los grandes, y lo logró. Situó La Coruña en el mapa del Viejo Continente, llegando a cuartos de final en dos ocasiones y firmando, antes del ocaso, una semifinal en la Champions de 2003/04.

Pero para llegar ahí tuvo que sudar, ganarse a pulso la reputación de negociador duro y mostrarse firme en ocasiones. Así, hasta la derrota de la semana pasada en la Asamblea, por primera vez desde que era el máximo mandatario, se ganó el apoyo de la afición y accionarado deportivista al anteponer el club incluso a sus cargos e intereses políticos, aunque no podrá ver cumplido el sueño del Nuevo Riazor.

Con muchas voces críticas y los problemas económicos como seria amenaza, Lendoiro decide dar un paso atrás para evitar la fractura del deportivismo. Pese a ello, el palmarés del club es el suyo, con una Liga (2000), cinco subcampeonatos, dos copas del Rey (1995 y 2002) y tres supercopas de España (1995, 2000 y 2002), con actuaciones destacadas como la semifinal de Liga de Campeones (2004).

Pero junto a los éxitos crecieron también las deudas y el Deportivo debió declararse insolvente a principios de 2013. Según los síndicos de la quiebra, las deudas alcanzan los 160 millones de euros (218 millones de dólares), de los cuales 100 millones corresponden al fisco. Lendoiro es considerado además el primer presidente profesional en la historia del fútbol español, ya que su sueldo se pagaba destinando el uno por ciento del presupuesto.