Marc Márquez (Honda) dio una lección de auténtico líder en el Gran Premio de Holanda de MotoGP, que se disputó el domingo en Assen, al imponerse en una de las carreras más emocionantes de la temporada, con hasta con nueve pilotos en el grupo de cabeza.

Márquez supo defender su posición, a pesar de los errores que casi todos cometieron en algunos momentos, para esperar la ocasión idónea con la que adelantar a sus rivales y marcharse camino a la cuarta victoria de 2018.

Antes de eso se pudo ver lo mejor de casi todos y, además de Márquez, otros cuatro pilotos fueron líderes: Jorge Lorenzo (Ducati), Andrea Dovizioso (Ducati), Valentino Rossi (Yamaha) y Maverick Viñales (Yamaha).

Por cómo fue el desenlace final de la carrera siempre quedará la duda de si Márquez lo tenía claro o no, pues el líder del Mundial sentenció cuando decidió pasar de nuevo a la acción en la última parte de la carrera.

Eso, después de una prueba tan impresionante como la de Assen, deja la duda de si estaba calculado o no tal desenlace, pero en cualquier caso fue una victoria inapelable del de Cervera, la cuarta del año, que además le permite aumentar hasta los 41 puntos su ventaja en la clasificación.

Su rival más directo, Rossi, le hizo un favor al perder algo de fuelle en la fase final de la carrera, en la que se tuvo que conformar con la quinta plaza.

Lorenzo, vencedor de los dos anteriores grandes premios (Italia y Cataluña), estuvo a la altura de las circunstancias y sólo un toque con Rossi, en el que su moto resultó dañada, y el ímpetu final de sus rivales, le impidieron pelear por la victoria hasta el final, como también por el podio, del que quedó lejos al cruza la línea de meta en séptimo lugar.

Por contra, a Márquez lo acompañaron en el podio dos pilotos que llevaban tiempo buscándolo, pero que por distintos motivos no lo habían logrado hasta ahora. Se trató de Álex Rins, inédito desde Argentina, y Viñales, que lo hizo por última vez en Austin.