"Jugar junto a cuatro tíos que se están partiendo la cara es una gozada"
Baloncesto l LEB Oro
El pívot vitoriano confiesa que su hermano Iker, jugador del Estudiantes de la ACB, no le creyó cuando le contó por teléfono el triunfo sobre el Valladolid e insta a los gualdiverdes a continuar "partido a partido"
El pasado viernes el Villa de Los Barrios logró uno de esos triunfos que no se borran. El pívot vitoriano Antxon Iturbe firmó uno de los mejores números, especialmente en el apartado de rebotes (10) de su dilatada carrera en la LEB. Casi al mismo tiempo el Estudiantes hacía saltar la banca en la Copa del Rey al doblegar al DKV Joventut. Iker Iturbe fue uno de los grandes protagonista de la gesta. Fue la noche de los Iturbe. Una de esas noches que no se borran.
-¿Es cierto que quieren convertir el 20 de febrero en 'San Iturbe' o es sólo un rumor?
-La verdad es que se dio la coincidencia de que logramos dos grandes victorias, inesperadas ambas, así que la alegría fue doble.
-¿Quién telefoneó a quién para comentarlo?
-Le llamé yo, porque él seguía concentrado, porque claro, tenían otro partido al día siguiente. Y el sábado volví a disfrutar con él, aunque no pudieron ganar.
-¿Hubo alguno que le dijese al otro 'bueno vale, y en realidad por cuanto habéis perdido'?
-Sí (se ríe). Él a mí. Yo tenía ventaja, porque ya sabía el resultado, pero él no sabía nada y no se lo creía, porque además alguien le había comentado en el descanso que íbamos perdiendo de bastante.
-Y cuando habló con su hermano ¿usted ya se lo creía?
-Bueno… cuando llegué a casa le dije a mi mujer que me lo creía porque lo había vivido, pero que no explicaba cómo lo habíamos conseguido. La remontada no estuvo basada en un parcial grande, sino que fuimos poco a poco, así que era aún más difícil de creer, aunque la verdad es que hicimos un buen trabajo.
-Oiga, eso de primer, segundo, tercer pívot ¿aparece en algún contrato?
-Que yo sepa no, pero está de moda incluso en la NBA eso de tener la 'segunda unidad'. Lo que pasa es que en este equipo eso desaparece semana a semana.
-Y en su caso cuando se dice que usted era el cuarto pívot de este equipo ¿no le toca las narices?
-No, porque sabía donde venía, conocía a Moncho (Fernández) y sabía que dependiendo del rival, y de cómo estés un día, vas a jugar más o menos. Y a falta de un americano está claro que estoy jugando más minutos de lo que en principio podría imaginar. Pero en realidad no es justo que se hable de mí, creo que los tres interiores estamos dando el do de pecho.
-Tanto, que ya casi nadie dice que están sin americano.
-Estamos sacando adelante los partidos, pero está claro que estamos cojos en esa posición. Mientras estamos sanos, con Levi Rost y Picó haciendo el apaño nos vamos defendiendo, pero en cuanto hay una contrariedad puede pasarnos factura.
-¿Le molestó no estar en el quinteto frente a Valladolid a pesar de que faltaba Chagoyen?
-No, para nada. Además Moncho ya había hablado conmigo. Yo soy un jugador propenso a cargarme de faltas y él no quería comprometer el resto del partido desde el inicio, así que prefirió salir con Levi (Rost) y a mí reservarme algo más. Nunca he tenido problemas por empezar en el banquillo, pero si además juego treinta y tantos minutos, lo firmo ahora mismo.
-En ese periodo, ¿cuántas tortas se llevó Antxon Iturbe?
-Bastante, pero es que a mí ese es el juego que me gusta. Fue un partido muy físico, porque Valladolid tiene un juego interior muy grande, así que nosotros, que estábamos en inferioridad, lo teníamos que compensar con los intangibles, por no decir otra cosa. A mí son esos los partidos que me gustan.
-¿Alguien se ha preguntado en voz alta en la caseta cuándo se acabará el milagro o es mejor ni mentarlo?
-Sí que hemos hablado esta mañana (por ayer) después del subidón de la victoria. No queremos ni que nos supere la euforia si ser excesivamente cautos. Lo cierto es que planteándolo partido a partido hemos sacado los tres últimos, en los que nadie daba un duro por nosotros y ahora vamos a León, con un rival directo.
-¿Ha dicho usted 'León es un rival directo'?
-Eso he dicho, sí.
-Si hace cuatro meses dice usted eso, las carcajadas se oyen en León.
-Bueno, bueno… pero los que sabemos cómo es esta Liga sabemos cómo funciona y ahora estamos por delante.
-Sí, pero no es sólo la clasificación, es que León fue construido con un objetivo muy diferente a pelear con el Villa.
-Ya, pero ahora llevan dos partidos perdiendo de mucho. No sé qué les pasará, pero podemos ponernos a dos partidos y básquet average.
-Para ir terminando, ¿es está la mejor temporada de su vida?
-Yo lo que sé es que estoy disfrutando como hacía años. Igual no tengo el protagonismo de otras veces en ataque, pero cuando ves que estás en cancha con cuatro tíos que se están partiendo el pecho, sin egoismos, es una gozada.
-¿Siente a veces envidia de que los elogios casi siempre sean para otros?
-No, porque nunca he sido un jugador de grandes estadísticas, pero Moncho me conoce hace años y sabe lo que puedo ofrecer. La gente que sabe de esto ve más allá de las estadísticas y reconoce el trabajo.
-Para eso de reconocer los intangibles que usted decía antes la afición de Los Barrios es muy generosa.
-Sí, sí, es verdad. Si te entregas y lo das todo, la gente te lo agradece. Igual en otro sitio cuentan más los números pero aquí saben que Guillén es fundamental, pero que necesita que los otros cuatro nos estemos partiendo la cara.
-¿Le habían sacado a saludar a la pista alguna vez en mitad de una temporada?
-La verdad es que no me habían sacado a saludar nunca, ni en mitad ni al final de la Liga. Había visto a mi hermano en Estudiantes, porque la Demencia es muy dada a eso, pero a mí es la primera vez que me pasa.
-Igual es porque el equipo se lo merecía.
-Hicimos un esfuerzo brutal para completar la remontada contra uno de los gallitos de la categoría y lo del final del público fue la guinda del pastel.
También te puede interesar