Juanma Lobato, un linense en el exilio
El zaguero, tras su paso por la cantera del Málaga CF, es actualmente uno de los titulares en el Lucena, equipo en el que está conociendo la cara más amarga del fútbol, la de la falta de cobro
Juanma Lobato es uno de los pocos futbolistas linenses que continúa en el exilio después de que la Real Balompédica reclutase el pasado verano a la mayor parte de los emigrantes linenses por mor del balompié. Al final de su primer año como juvenil en el Atlético Zabal salió disparado hacia el Málaga, aunque ya por entonces se había entrenado con frecuencia con el primer equipo de la ciudad por decisión de Rafa Escobar, desde ayer técnico de la UD Los Barrios.
"La verdad es que después de salir del Málaga surgieron varias cosas, pero nada acababa de concretarse y el veinte de julio seguía sin equipo, así que cuando el Lucena apostó por mí, no lo dude", explica el defensa.
"Además, cuando yo firmé en Málaga arrastré de mis padres a Fuengirola, de manera que ahora estoy más o menos cerca de ellos", recalca el futbolista.
"La verdad es que mi situación es un contraste bastante grande", detalla. "Por un lado esté el aspecto deportivo en el que estoy muy satisfecho, porque estoy jugando siempre y además estoy muy centrado jugando como lateral, aunque siempre gustaría que los resultados fuesen un poco mejor", matiza el de La Línea, que en anteriores etapas también se desenvolvió como marcador central.
Sin embargo "el aspecto económico es un problema, como lo sería para cualquier trabajador que un mes y otro viene como llega el día uno y que no cobra", comenta Juanma Lobato, que sin embargo tiene claro que no será de los que acepte la oferta de la directiva celeste para abandonar el vestuario durante el mercado de invierno. "En principio con los ahorros puedo ir tirando y al final de la temporada veremos en qué situación está el club y qué hago".
"Nos han dicho que hay una serie de ingresos previstos para los meses que quedan de competición y estamos convencimos de que lo que queda va a ser un poco menos duro que lo que ya ha pasado", explica.
Lobato, como buen linense, sigue la marcha de la Balompédica, en la que están jugando algunos de los que coincidieron con él cuando militaba en el Atlético Zabal, como son los casos de Steven o Nacho Fernández, con el que le une mucha amistad. "Es bueno que sea por lo que sea hayan vuelto los ojos a la cantera, porque esa gente joven tiene mucha ilusión y siente que el equipo es suyo y que pueden llegar lejos. Estoy convencido de que el equipo se meterá al final en uno de los cuatro primeros puestos, en los que ha estado toda la primera vuelta".
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