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Iván Collado, el informático metido a lateral

  • El zaguero, que comparte su tiempo con la creación de webs, recupera la sonrisa tras siete partidos en el once inicial que ponen fin a una temporada difícil

Lo mismo sube la banda para ponerla al segundo palo que te hace un chapú con un ordenador maltrecho, que te monta una web. Iván Collado es un futbolista peculiar, especialmente en el mundillo de la Segunda división B. Con inquietudes que van mucho más allá de lo que sucede en el terreno de juego. Es es de esas personas que tratan de no llamar la atención, ni en los momentos en los que lo pasó mal, ni en las celebraciones. Lo que sucede es que tras siete partidos en el once titular de la Balona se ha convertido en uno de los pilares de la retaguardia. Una situación que le ha devuelto la sonrisa, tras un año en el que se vio condenado al ostracismo.

Iván Collado completó los estudios de Ingeniería Técnica e Informática de Sistemas al tiempo que iba creciendo como futbolistas, así que cuando no está entrenándose aprovecha para ir construyendo webs o para reparar los pcs de los compañeros, técnicos y allegados del club, que tienen en el zaguero un servicio 24 horas. "Bueno, trato de aprovechar los ratos libres", bromea el jugador albinegro. "Si tengo trabajo, lo aprovecho, y si no, pues trato de estudiar para estar al día, de aprender cosas nuevas".

El canterano, formado en los escalafones inferiores de Deportivo Calderón y Atlético Zabal, no pudo disfrutar de la titularidad en la temporada del ascenso. Su tardía incorporación a la plantilla y una inoportuna lesión le pusieron a rebufo de Francis, una situación que se prolongó en las primeras jornadas de la presente campaña.

"La verdad es que la temporada pasada, después de la lesión, no me quedó otra que esperar una oportunidad", recuerda. "Apenas entraba cuando había una sanción y era muy difícil abrirse un hueco en un solo partido cuando el equipo lo estaba haciendo tan bien".

"Empecé esta Liga en esa misma sintonía, pero me llegó la oportunidad de esos dos partidos consecutivos por la sanción de Francis y se ve que salió la cosa bien, el mister siguió dándome confianza y ahora, después pasar el mal trago no sólo de no jugar, sino de no ir ni convocado, cuando te ves en el equipo lo valoras y lo disfrutas mucho más", admite. "Ya son siete partidos", puntualiza con satisfacción.

La permanencia en el once ha propiciado una paulatina mejora en su rendimiento, que quedó especialmente plasmada el pasado domingo en el Alfonso Murube, con numerosas incursiones ofensivas. "Por mi condición física siempre me sucede igual, que en los entrenamientos me cuesta ponerme a nivel de competición, pero una vez que voy jugando y voy cogiendo la forma, voy mejorando", admite el lateral diestro. "Yo entiendo que cada partido que he jugado lo he hecho mejor que el anterior y es verdad que en Ceuta me encontré casi al nivel de cuando jugaba con mucha continuidad".

Desplazar de la titularidad no ha supuesto un deterioro en su relación personal con el damnificado, Francis. "Qué va. Nuestra relación es muy buena. Hay una competencia sana, pero dentro del campo. Cada uno trata de mejorar, de pensar en las cosas que no hace bien, para pulirlas. Pero fuera somos amigos, esa es la palabra que define nuestra relación, amigos. Eso es lo bueno de este vestuario, que estamos muy unidos".

El defensa balono está debutando esta temporada en la categoría de bronce. "El cambio se nota especialmente por el ritmo de juego", explica. "En Tercera hay equipos que no tienen la misma intensidad, pero en Segunda B cada partido se juega al máximo, todo hay que hacerlo más rápido y no hay tiempo para descansar".

"La otra diferencia es la igualdad que existe", puntualiza. "No existe la posibilidad de pensar que vas a tener un partido más tranquilo. La prueba es la cantidad de empates que hay cada semana, incluso cuando se enfrentan los equipos de la parte alta con los de abajo".

El revés del pasado domingo en Ceuta ha vuelto a dejar un poso de inexplicable decepción entre un sector de la afición de La Línea, algo que el vestuario palpa. "Creo que es la consecuencia de las victorias de comienzo de temporada. Ahora cuando hay una derrota parece que es algo anormal", denuncia Iván Collado.

"Entiendo que se debería valorar más todo lo que estamos haciendo, las victorias que estamos acumulando, que estamos dando la cara incluso ante rivales de mucho mayor presupuesto… incluso cuando hemos perdido, a veces hemos sido superiores a nuestros adversarios", recalca.

"No se debería olvidar que el objetivo de esta Balona es la permanencia", insiste. "Está claro que cuando se salta al campo se piensa en ganar, no en las metas, pero deberíamos perder la perspectiva", solicita.

"Lo más importante es conseguir la salvación, luego ya se verá", acaba. "Está quedando demostrado lo difícil que es ganar cada partido y si no que le pregunten al Betis B, que parecía invencible y acaba perdiendo ante el Sporting Villanueva, que estaba abajo".

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