Iban a cumplirse las diez y media de la noche de aquel 21 de junio de 2003 cuando de repente una explosión de júbilo recorrió como nunca las calles de Algeciras. La alegría tenía su origen en el Nuevo Mirador,pero en segundos se trasladó a toda velocidad por las calles y las plazas, dobló por todas las esquinas y tomó, por supuesto, la Feria, donde la fiesta se prolongó durante toda una noche memorable. Histórica. Tal día como hoy, hace justo diez años, 8.000 almas elevaban a los altares a una plantilla de jugadores y entrenadores que cualquier algecirista que se precie recita hoy en día de carrerilla y toda la ciudad se abrazaba, reía, lloraba de emoción. El primer equipo de la ciudad, ese que desata pasiones como ninguna otra cosa en Algeciras, había vuelto a Segunda división A 19 años después.

Y lo hizo, además, por la puerta grande. Tras una temporada inmaculada que precedió a una liguilla igualmente impecable ante el Zamora, el Burgos e -inolvidable- aquel Bilbao Athletic ante el que un 0-0 otorgó el pasaporte a la categoría de plata aquel domingo de locos.

"La Segunda sabe a gloria" titulaba Europa Sur una crónica en la que se rendía tributo a los héroes. "Los algecireños consiguieron dar el salto de categoría en un partido complicadísimo gracias a la mayor virtud que han tenido durante toda la temporada, la defensa, ya que tuvieron que jugar en inferioridad numérica durante 43 minutos", resumía el artículo en referencia a la expulsión de Aitor Santos.

"Algeciras, pintada de rojo y blanco y empapada con champán -o lo que estuviera a mano-, celebró ayer a lo grande (¿alguien lo dudaba?) el ascenso de su equipo a Segunda A. Locura, bendita locura, la que el algecirismo desató, primero en el abarrotado Nuevo Mirador y luego en las calles, no menos repletas.Miles y miles de personas convirtieron a la fuente del Milenio en el epicentro de los festejos. Todo aquel que estaba en la Feria salió a saludar a los algeciristas, con lo que se formó una marea albirroja", relataba una de las crónicas de la gran noche.

Entre los héroes de aquella noche estaban Iñaki, Axier, Zamora, Chico, Espejo, Bayarri, Ortiz, Armada, el propio Aitor Santos, Pavón, Castillo, Garzen... Enfrente, Iraola, Aduriz, Alaña, Casas, Jonan, Azkorra... muchos de los cuales acabaron en el primer equipo del Athletic. El propio técnico, Ernesto Txingurri Valverde, dio el salto esa misma semana. Ahora ha vuelto. Ayer, curiosamente, lo confirmaron oficialmente como técnico del conjunto bilbaíno.

Las consecuencias de aquel ascenso fueron inversamente proporcionales a la alegía de aquella noche. En el propio entrenador, José Luis Montes, y su segundo, José Antonio Asián, existía la sensación de que el club no estaba preparado para dar el salto tan pronto. Llevaban razón. La pésima gestión a la siguiente temporada -con la destitución del técnico incluida- introdujo al Algeciras en una vorágine de despropósitos que a punto estuvo de costarle la existencia. Pero eso es otra historia. Hoy se conmemora que hace una década el algecirismo fue feliz. Muy feliz. Que le quiten lo bailao.