Ezequiel, como en casa en el San Roque

A Ezequiel Rojas le queda como un guante la camiseta rojilla. El centrocampista linense se la enfundó por primera vez el pasado domingo en la victoria del CD San Roque sobre el Conil en el Manolo Mesa. Sólo jugó el último tirón del partido, entro otras cosas porque está recién llegado a su nueva casa, pero el ex del Arroyo -el club del que procede-y de la Balona -donde se formó y debutó en Segunda B- ya se siente "uno más" en la caseta.

El primer refuerzo rojillo del mercado de invierno no va a perder mucho tiempo en aclimatación. "Ya estoy como en casa. El simple hecho de venir aquí tiene mucho que ver con eso, con que conozco a muchos compañeros, he compartido vestuario ya con algunos en otros clubes y fue una de las cosas que me atrajo. Hay un gran compañerismo y esto es una familia, algo que en el fútbol también es importante", aseguró Ezequiel, que se ha reencontrado con amigos de la Balompédica y del Atlético Zabal.

El linense, fogueado en categoría superior, entiende que debe pelear por un sitio en el once "en cada entrenamiento" y resalta a los jugadores que el San Roque posee en el centro del campo como Nacho Fernandez, Ismael, Cintas o Javi Catalán. "Eso es bueno, que haya competencia", afirmó.

"No por que venga de una categoría superior ya tengo el puesto asegurado. Aquí voy a tener que entrenarme muy fuerte cada día para ganarmelo, sobre todo por la calidad que tienen los chavales, los que están jugando y los que no", garantizó.

En el cuarto de hora que estuvo sobre el Manolo Mesa Ezequiel se sintió "bastante bien, contento, ilusionado por el debut". "Intenté ayudar lo máximo posible al equipo para que mantuviésemos la victoria".

"No fue un partido vistoso pero nosotros lo que estuvimos hablando es que ahora mismo nos hace falta ganar, cambiar la racha de derrotas y lo importante era sumar los tres puntos y poquito a poco, ahora con los nuevos entrenadores y el equipo que tiene muchas ganas, iremos mejorando cada semana", explicó el linense, totalmente integrado.

El principal cambio que el exbalono va a notar es el césped. "Es diferente porque vengo de jugar en un campo artificial (con el Arroyo y la Balona también), quieras que no el entrenarse aquí durante una semana en césped natural pues se nota. En Segunda B jugaba como mucho cada quince días sobre una superficie así y eso es quizás lo que más notas al adaptarte pero tampoco es gran cosa. Trabajando fuerte iré a mejor cada semana", auguró.