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España firma su peor Mundial

  • La selección también ganó sólo un bronce en 1991, pero entonces sumó cinco finalistas más

España rubricó en Daegu el peor Mundial de atletismo de su historia, con un solo bronce y un puesto de finalista. Hasta ahora, sólo en dos Mundiales terminó el equipo español con una medalla, en 1983, de plata, y 1991, también de bronce pero con cinco finalistas.

Lejos quedan los Mundiales de Atenas 1997 y París 2003, en los que la selección logró cinco metales, sus mejores actuaciones. Metáfora de la precaria situación del atletismo español fue la inclusión de la saltadoras de altura Ruth Beitia, en la última posta, y de longitud Concha Montaner en el relevo 4x100 por la lesión de dos velocistas. El equipo llegó último.

Los 1.500 metros, prueba de larga tradición en España, fue el único consuelo para la deprimida delegación. La medalla se la colgó Natalia Rodríguez en la carrera femenina, mientras que Manuel Olmedo se quedó al borde del podio con un cuarto puesto.

El resto fueron decepciones, la mayoría quedando por debajo de sus mejores registros esta temporada. Los argumentos fueron diversos (lesiones, mala suerte, jueces muy rigurosos, africanos inalcanzables o el calendario de locura), pero el resultado casi siempre el mismo. La marcha española, en otro tiempo semillero de medallas, tuvo un papel casi testimonial. Paquillo Fernández se retiró en los 20 kilómetros. María Vasco terminó atendida por los servicios médicos y Jesús Ángel García Bragado, bronce en Berlín, con una descalificación en los 50 kilómetros.

Jesús España, que cerró la participación española en Daegu con el duodécimo puesto en el 5.000, trató de explicar las cosas. "Yo tengo mis límites, pero hay que exigir a los atletas que compitan al nivel del ranking que están, no crear falsas expectativas". Mejor estuvieron ayer los maratonianos, que lograron el cuarto puesto por equipos al acabar los tres entre los 30 primeros: Chema Martínez, en el puesto 25; Rafael Iglesias, en el 26; y Pablo Villalobos, en el 30.

La única campeona del mundo que tenía España no pudo defender su título. Marta Domínguez decidió ser madre este año, antes de dedicarse en cuerpo y alma a preparar los Juegos de Londres. Además, la campeona de 3.000 obstáculos se vio sacudida por el escándalo de la Operación Galgo siendo, incluso, detenida y acusada de traficar con sustancias dopantes. Los tribunales la exoneraron, pero su figura zarandeada fue símbolo del momento de zozobra por el que atraviesa el atletismo en España.

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