El guardameta de la Real Balompédica David Pérez del Río (Valladolid, 24 de mayo de 1974) ha superado la barrera de los cien partidos con la elástica del conjunto albinegro. El del pasado domingo en el Municipal de Lucena supuso el 101 en su trayectoria como balono. Los primeros 86 encuentros los jugó de manera consecutiva. El resto, con intervalos en los que pasó por el siempre amargo trago de ver los encuentros desde el banquillo.

El Gato, como le conocen sus compañeros, o el héroe de Anduva, como le rebautizó este periódico tras el recordado día del ascenso en Miranda, ya forma parte del patrimonio de la entidad de La Línea.

El cancerbero pucelano desembarcó en la Balompédica en el verano de 2006, con un Raúl Procopio al que la confianza de la directiva le duró sólo las dos primeras jornadas de la competición. Procedía del Tomelloso y su contratación se hizo pública el mismo día que la del ex bético Óscar Tena. El palmarés del portero, entonces con 32 años, estaba salpicado de clubes en los que, curiosamente, nunca había alcanzado la cifra centenaria que sí ha superado con la Balompédica: Valladolid B, Logroñés, Hospitalet, Talavera, Águilas de Murcia, Cacereño y Levante -en Segunda A-.

David Pérez llegaba con la complicada misión de hacer olvidar al gaditano Sergio González, que después de la eliminatoria con el Granada en Los Cármenes había renunciado a seguir en la Balona para probar suerte en Segunda B. Un trabajo hercúleo que el pucelano solventó en un breve plazo de tiempo, ganándose la confianza y la admiración de la grada.

Debutó con derrota (1-0), en Las Marismas de Los Palacios el sábado 26 de agosto de 2006 y fue el sanluqueño Carlos Ríos el que acabó por consagrarle como portero titular. Con el escudo de la Real Balompédica en la camiseta también ha jugado a las órdenes de Gabriel Navarro Baby y José Luis Burgueña.

David Pérez considera que haber llegado al centenario es "un premio al trabajo" pero no sólo al que realiza cada domingo "sino al esfuerzo diario. Llegar a una cifra como ésa en un club como éste es un motivo de orgullo para cualquier profesional".

"No cabe la menor duda de que el ascenso es el mejor recuerdo que tengo de toda esta etapa, para mí fue algo inolvidable", afirma el guardameta, al que casi se diría que le produce vergüenza hablar de sus éxitos. "También fue muy bonito acabar la pasada campaña como el Zamora del grupo décimo".

El peor momento de estos casi tres años de vinculación con el equipo de La Línea se remonta al desenlace de la campaña 2006-07 "el día que ganamos en Jerez, al Industrial, y a pesar de todo, no nos metimos en la liguilla", especifica.

El guardavallas ni siquiera contabiliza entre esos recuerdos nefastos los días en los que un grupo de seguidores arremetió entre otros contra él por actuar de portavoz de un grupo de integrantes de la plantilla que solicitaba el pago de las nóminas atrasadas. "Puede que haya cosas que me hayan dolido, pero por principio soy una persona respetuosa con las ideas de los demás y este caso no va a ser una excepción", subraya.

El portero elude contestar sobre a quién considera el mejor entrenador de esta etapa en La Línea y tampoco se dedice a confeccionar un once con los que han sido sus compañeros en el vestuario del Municipal. Lo único que tiene claro es que "cambiaría todos los récords por poder lograr esta temporada la permanencia".

"Yo creo que sería como un ascenso… no, no, mejor que un ascenso, porque llegaría después de una temporada con muchísimo sufrimiento, en el que las quince primeras jornadas, aquellas que estuvimos sin ganar, se convirtieron en un sufrimiento", agrega. "Salvarse sería un acontecimiento y no debemos renunciar a nada mientras haya posibilidades", explica. "Hay que ir partido y partido y el más importante ahora es el del Granada".