Cuestión de orgullo local

Balompédica-San Roque de Lepe. Mucho, muchísimo más, al menos para los locales, que un partido. El equipo de La Línea reclama con insistencia la ayuda de su parroquia para alcanzar una victoria preñada de connotaciones. Por un lado, porque el triunfo en casa se le viene negando desde que comenzó 2012. Por otro, porque el éxito supondría distanciar a un rival directo a la nada despreciable cifra de cinco puntos. Y tercero, porque tras el 4-0 de la primera vuelta, los de La Línea tienen una cuenta pendiente con los aurinegros.

Alberto Merino y Ortiz entran en el once local en las plazas del sancionado Ximo Forner y del lesionado Antonio Ocaña. Borja y Pagola, éste una vez cumplida su sanción, pugnan por la titularidad en el marco y el canterano José Luis tiene muchísimas posibilidades, por no decir todas, de entrar en la convocatoria definitiva.

La Balona ha convertido el partido de esta tarde con el San Roque de Lepe en el maltrecho césped sintético del Municipal en una cuestión de orgullo. Los albinegros, que sólo han ganado uno de sus últimos cinco compromisos en casa, precisan sumar los tres puntos para disipar las dudas que genera esa racha en la que se le niega el éxito ante su parroquia desde que comenzó 2012.

Pero no sólo se trata de eso. Además la victoria anclaría al conjunto albinegro en la segunda plaza y le distanciaría de un rival directo con una renta de cinco puntos, no insalvable, pero sí tranquilizadora.

Por otro lado existe un cierto aire de revancha no sólo en la caseta, sino en el entorno. El 4-0 de la primera vuelta, que en su momento supuso la primera derrota como visitante de los de Rafa Escobar, escoció y mucho. No es para menos. Era la derrota más amplia del centenario escuadrón linense desde el 23 de abril de 2006. Dicho de otra forma, la herida más profunda en 2.140 días, en los que la Balompédica ha disputado 230 partidos de competición oficial. Casi nada.

Por todo lo que estas connotaciones tienen de atractivas y por el golpe en la mesa que supuso el 0-3 del pasado domingo en Lorca, la directiva fijó el choque de hoy como media jornada económica y aunque bien entrada la tarde de ayer la respuesta de la afición no había sido precisamente multitudinaria, la directiva confía en que la hinchada, a la que el técnico ha implorado ayuda, se movilice a última hora.

El entrenamiento matinal de ayer, desarrollado en un ambiente y con una temperatura envidiables, terminó con la convocatoria, como es norma en los compromisos de casa, de todos y cada uno de los futbolistas de la primera plantilla, incluido el sancionado Ximo Forner. A ellos se suma el delantero del filial José Luis, con muchas opciones de inscribir su nombre en el acta.

Las dudas en lo que al once se refiere son numerosas. La primera que deberá desvelar el preparador es quién defenderá el marco. Durante la temporada ha implantado el principio de que el que sale y rinde, se queda con la plaza y confiesa que está "sorprendido gratamente" por el rendimiento de Borja Valadés en Lorca. Sin embargo, hace nueve advirtió que en el caso de los porteros es partidario de establecer una jerarquía inquebrantable, que, ahí están los números, tiene a Pagola como cúspide de la pirámide. El viernes, en rueda de prensa, recalcó que esta incógnita no la despejará hasta hora y media antes del encuentro.

Por lo demás, tres son los jugadores que arrastran molestias. Antonio Ocaña está absolutamente descartado después de la sobrecarga muscular que obligó a relevarle en Lorca. De hecho, ayer ni se entrenó. Casi en idénticas circunstancias está Juampe Rico, que aún arrastra las secuelas de la lesión en la clavícula que se produjo en Carranza y que también fue poco menos que un testigo en la última sesión de trabajo. Por su parte David Hernández es el que está más cerca de estar, por lo menos, entre los dieciséis que se inscriban en el acta, aunque lo más probable es que finalmente el técnico decida preservarlo de una posible recaída.

Con la ausencia del puertorrealeño, la convocatoria de la Balompédica se quedaba sin delanteros natos y la sospechosa ausencia de José Luis en el partido que el filial jugó en la tarde de ayer invita a pensar que Escobar está decidido a contar con sus servicios.

Dando por bueno que ninguno de los lesionados formará parte del 'once', el preparador se ve forzado a realizar dos cambios, que serán tres si Mikel Pagola regresa al marco. Por lo que se vio ayer, Alberto Merino está llamado a conformar el pivote central junto a Ismael Chico y la media punta será para Ortiz, que se ganó ese derecho con el gol logrado en la jornada precedente, pese a jugar apenas un puñado de minutos.