Colin Ramírez fue un adelantado a su tiempo. Junto con Al Green, el primero gibraltareño que cruzó la frontera para defender la camisola del añorado Recreativo Linense y más tarde la de la Real Balompédica. Para poder jugar legalmente en España incluso tuvo que empadronarse en La Línea en un domicilio -el del entonces presidente recreativista José García Romero- en el que, realmente, nunca residió. En la campaña 1998/99 fue pieza fundamental en el ascenso de la Balompédica a Segunda B. Hoy desempeña el cargo de segundo jefe del cuerpo de bomberos de Gibraltar. Si no fuese porque algunas canas le delatan, parecería que el tiempo no ha pasado por él.

Finales de los años noventa. La posibilidad de que Gibraltar contase con una selección o de que sus equipos punteros disputasen competiciones europeas se antojaban tan, pero tan remotas, que la máxima aspiración de un futbolista de la colonia era poder ejercer en La Línea. Con respecto al combinado nacional ya se encargo El Sabio Gabriel Navarro Baby de divulgar que no era capaz de entender como Colin Ramírez no era convocados... por el seleccionador de Inglaterra.

Coincidiendo con la llegada de Rafa Escobar a la Balona en el verano de 1998 tomaba protagonista un futbolista gibraltareño, Colin Ramírez, de características muy diferentes a las de sus paisanos. Conocedor del juego y con un pulmón extra. Su presencia en el equipo albinegro arrastró a muchos aficionados del otro lado de la Verja al Municipal en más de una ocasión.

Aquel inolvidable equipo que batió récords de imbatibilidad y se proclamó campeón del grupo X de Tercera en la última jornada, al empatar a dos goles con el Dos Hermanas en el Municipal.

El sorteo emparejó en la entonces bien llamada liguilla a la Balompédica con Villafranca de los Barrios, Maracena y Hellín. Linenses y albaceteños acabaron jugándose entre ellos el ascenso en dos partidos separados por solo cuatro días. A la Balona le bastante con empatar en ambos para alcanzar el objetivo. El primero de ellos como visitante.

El sábado 26 de junio de 1999 y en el campo Santa Ana de Hellín Colin aprovechó un pase de Javi Torres para hacer el 0-1 que en el 57' igualaría Álex. El futbolista del Peñón había puesto la penúltima piedra [curioso el juego de palabras] para que el miércoles 30 y después de otro empate a dos, La Línea festejase hasta bien entrada la madrugada el desembarco en la categoría de bronce al que le había conducido en el último tramo de competición Argimiro Márquez. Poco después, aunque con un papel menos prominente, vestiría la camisola de la Unión Deportiva Los Barrios.

Los años han pasado y Colin -que hace tiempo ya que formó su familia- es ahora el segundo en el escalafón del cuerpo de bomberos de Gibraltar, pero verle pasear por la comarca y muy especialmente por La Línea no es nada extraño.

"Por supuesto que me acuerdo y mucho de todo aquello, fue una etapa inolvidable", dice con esa sonrisa burlona que le delata como una persona excelente.

Eso sí, el tiempo le ha separado del balompié. "Ya no juego ni con los amigos, los años pasan factura", apostilla el excentrocampista, que llegó a disputar en el Municipal un partido con la selección de Gibraltar... que entrenaba su propio padre. "Eso sí, más o menos sé siempre como va la Balona", desliza.