Algeciras | linares · la crónica

Camino equivocado

El fútbol se fabrica de situaciones y el Algeciras desperdició ayer una buena de haberse dado una alegría en el estadio Nuevo Mirador ante uno de los equipos más potentes del grupo, el Linares.

La lista de atenuantes es, no obstante, tan larga como reflejan las hemerotecas de los últimos meses. Las bajas cada semana no se pueden contar con los dedos de una mano. El entorno lleva ya tanto tiempo oxidado que ha terminado por contaminar a la caseta. No hay un solo día en el que no salte una polémica, y ahora los albirrojos forman un conjunto descentrado, que ignora sus cualidades, al que le cuesta leer los partidos quizás porque el ansia de embolsarse una victoria que calme todos los males es tan grande que le lleva a precipitarse.

Seguramente si a un algecirista le ofrecen hace dos semanas dos puntos en los partidos ante el Ceuta y el Linares los hubiera cogido sin pensarlo, aunque ahora, a toro pasado, saben a poco dos empates que podrían haber sido mucho más.

Ayer, frente al Linares, el triunfo se le plantó delante de las narices y no lo vio. Jugó cincuenta minutos en superioridad numérica y descubrió que, apoyándose en un extraordinario Ortiz, podía pisar con frecuencia el área contraria, pero en lugar de aprovecharlo cayó en la trampa del rival, perdió el tempo del partido y se dedicó a bombear balones a una defensa integrada por gente como Castillo, Chico y Cidoncha, a los que es difícil pillar ya en un fallo. Con disparos lejanos, en lugar de buscar los huecos de un contrincante al que le costaba hacer las coberturas, el Algeciras se enredó y terminó por quedarse con un punto que no lo saca del pozo.

Óscar Ventaja avisó en el minuto 2 y en el 21' con tiros cruzados que llegaron tras contragolpes que cogieron a la zaga local adelantada. El Algeciras sólo inquietó a Moso en jugadas a balón parado, un córner por aquí, una falta por allá.

El Linares daba la sensación de jugar al tran-tran, pero es que además no lo hacía falta más ante un rival con escaso argumentos ofensivos. El equipo jiennense es superior al algecireño, pero si éste no juega a su nivel al otro tampoco le hace falta emplearse.

En el minuto 34 una contra que llevó Sierra por la banda derecha la convirtió éste en un centro que Javi Cuadra no atrapó ni despejó en condiciones. Lo hizo a los pies de Óscar Martínez, que lo batió a placer.

Aquello, visto el estado del Algeciras, parecía la sentencia, pero si algo tiene este equipo es casta y sólo cuatro minutos después Ortiz tocó una falta para Mario, que le pegó con el alma, el balón se estrelló en el brazo de Moso y el rechace quedó en el área a merced de nadie. De la melé surgió entonces Checa para llevarse el esférico y a Cidoncha no le quedó más remedio que derribarlo. Era la segunda amarilla del linarense. El penalti lo transformó Nico Chietino.

En una sola jugada el partido había pasado de sonreír al Linares a ponerse del lado de los de casa.

Tras el descanso el Algeciras descubrió el camino hacia Moso en unos minutos espléndidos de Ortiz. Montes renunció a un central (Rico) para dar entrada a un jugador de banda (Cabrera) y le salió bien. Al principio una recuperación de Máiquez permitió un peligroso disparo de Manuel Ángel y después el árbitro anuló un gol de Lucas por fuera de juego tras una jugada magnífica de Ortiz y Cabrera (56'). En el 58' el ex del Toledo desperdició la oportunidad más clara de adelantar a su equipo cuando culminó lanzando fuera una extraordinaria acción de (sí, otra vez) Ortiz.

Pero entonces Montes dio entrada a Alexis y el jugador asumió el protagonismo del juego ofensivo, lo que contribuyó al Algeciras a coger el camino equivocado. El equipo de casa nio supo aprovechar su superioridad numérica y el de fuera tiró de oficio para dormir el partido.

Una jugada individual de Óscar Martínez y un lanzamiento lejano de Dani Bouzas fueron las dos ocasiones más claras, ambas para el conjunto que estaba con diez.

Sólo pasado el minuto 90, con el partido casi terminado, el Algeciras atrincheró al rival. Ahí Francis Flores (93') se estrelló en Moso a bocajarro tras un córner. La impotencia hizo el resto.

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