Benzema resucita al Madrid

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El francés es el artífice de la remontada ante un Málaga que llega a ponerse 0-2

Mathijsen se estira para arrebatar la pelota a Benzema.
Mathijsen se estira para arrebatar la pelota a Benzema.
Roberto Morales (Efe) / Madrid

04 de enero 2012 - 05:02

La entrada en escena de Benzema levantó de la lona al Real Madrid en el encuentro de ida de octavos de final, para guiar a la remontada en la segunda parte a un Real Madrid que resucitó cuando el Málaga disfrutaba de una ventaja de dos goles.

El Real Madrid acusó el parón navideño. Alejado de su imagen demoledora en el primer acto, de su fútbol vertical, ante un Málaga con personalidad y temple, que tuvo en las cuerdas por momentos al vigente campeón hasta que apareció Benzema. El futbolista de la temporada madridista.

La incredulidad se apoderaba de un estadio lleno. La afición esperaba seguir de fiesta. Ver como se acercaba una nueva ocasión de frenar al gran enemigo, el Barcelona. No esperaba la frialdad, la falta de tensión inicial. Dos líneas de cuatro fueron con mucho orden fue suficiente para desdibujar al Real Madrid. Con Van Nistelrooy en punta el día de su regreso, el peligro del Málaga llegaba a sus espaldas. Con tres puñales como Cazorla, Isco y Seba Fernández.

Isco es un futbolista diferente. De una calidad técnica máxima. Que ve e interpreta el fútbol como un virtuoso a su corta edad. Dejó varios gestos de calidad en un inicio que ya anticipaba lo que estaba por venir. Isco dibujó una acción para que Cazorla avisase a Casillas de que su noche no sería plácida.

La buena ubicación defensiva del Málaga y la falta de movimiento ofensivo del Real Madrid comenzó a inquietar. La sorpresa llegó a los diez minutos. Un saque de esquina puesto por Cazorla lo remató a placer Sergio Sánchez.

Había apostado Mourinho por Kaká y Callejón. El Real Madrid los necesitaba para reaccionar y se buscaron sin éxito. Incluso fue egoísta el canterano en una acción para empatar que chutó con Cristiano solo. En la frialdad faltaban desmarques de ruptura. Xabi Alonso desaparecido. Lass asumía el peso en la construcción.

Todo se agravó con un nuevo error defensivo. Aquellos fallos del pasado en acciones a balón parado resucitaron. Otra vez un saque de esquina fue rematado a placer. Demichelis, liberado de Pepe, se aprovechó de la mala salida de Casillas. Nadie creía lo que pasaba.

No hubo reacción en el campo antes del descanso. Le tocaba a Mourinho provocarla. Sus palabras en el vestuario y tres cambios de golpe hicieron que el Real Madrid saliese enchufado. Con fe en la remontada. Khedira, Özil y Benzema devolvieron al equipo su personalidad. Si un equipo es capaz de remontar lo imposible ese es el Real Madrid. Va en su adn. Los riesgos que corrió Mourinho, en los contragolpes del Málaga, se fulminaron cuando se inició la remontada.

Y tras dos avisos de Benzema y Cristiano fue Khedira quien se echó el equipo a sus espaldas. Primero marcó un gol en fuera de juego, tras pared con Özil. Y a su segundo intento lo consiguió con un derechazo ante el que reaccionó tarde Caballero. Era el gol que necesitaba el Real Madrid. Restaban 22 minutos. Benzema se multiplicaba en el campo. Özil subía la marcha de velocidad del equipo. En un minuto frenético llegaba el empate. Un grave error de Sergio Sánchez y la fe inquebrantable de Higuaín. Una cesión al portero la adivinó el argentino.

Ya no había quien frenase al Madrid. Higuaín volvió a demostrar su compatibilidad con Benzema. Un toque de calidad al desmarque y definición perfecta del francés. El triunfo blanco pudo ser por más diferencia. Un golazo de tijera de Cristiano, anulado por posición ilegal, cerró el partido. La eliminatoria viaja con mucha vida a La Rosaleda. Es el espectáculo de la Copa del Rey.

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