La Balona, ni para copas (0-2)
Balona-Albacete b
Los albinegros firman un tristísimo final liguero ante un Albacete 'light' que les ridiculiza y quedan en manos de una gentileza de la Federación para jugar el torneo del KO
La Balompédica no fue capaz ni de ganarse el derecho a jugar la próxima temporada la Copa del Rey, en la que puede que participe, pero si lo hace será, paradojas de la vida, por una gentileza de esa misma Federación a la que tanto ha criticado. Por no ser capaz el equipo de La Línea no acabó ni sexto, aunque la presencia del Granada B en ese puesto no supone nada en su pelea por un billete en el torneo del KO. Los albinegros, cuyos dos últimos meses merecen un análisis muy detenido, se vieron desbordado ayer por un Albacete light, preñado de no habituales y con un juvenil en el once inicial. Al conjunto manchego le bastó con jugar a medio gas para poner en entredicho a un equipo desdibujado, desordenado, errático, que no sólo ha perdido su principal seña de identidad, la raza que le hizo merecer el sobrenombre de Recia, sino que ofrece una dolorosa imagen de no sólo no saber a qué juega, sino, y eso es mucho peor, de no saber a qué quiere jugar.
Los que se vistieron ayer de corto -la alineación sería también merecedora de un estudio- tuvieron la suerte de que su afición hace tiempo que optó por esa indiferencia que tanto le molesta. Los que fueron al estadio son tan balonos, tanto, que no fueron capaces ni de reprocharles el lamentable espectáculo que ofrecieron, tan distante de aquella victoria en el Carlos Belmonte de finales de diciembre que tanto enorgulleció a su parroquia.
El choque tuvo un arranque engañoso, ya que la Balompédica tuvo el esférico durante los primeros compases e incluso dispuso de una primera ocasión por parte de Copi y Sergio Ortiz lo intentó con un disparo lejano.
El Alba -que en ningún momento dio la sensación de apretar al máximo el acelerador- necesitó un tiempo para adaptarse al terreno de juego (eran numerosos los resbalones de sus jugadores) y a la gran cantidad de futbolistas que habitualmente no venían jugando, pero cuando lo hizo, a partir del minuto quince aproxidamente, le arrebató el esférico al equipo de casa y con un fútbol de muy buen gusto, de excelente gusto, empezó a hacerlo circular mientras los futbolistas que portaban la centenaria guayabera albinegra no podían hacer otra cosa que perseguir a los forasteros. Una imagen desesperante. Dolorosa para una afición que al menos pedía una despedida con un poquito... de por favor.
El partido de Indiano y de Diego Benito fue, sencillamente, para enmarcar y el del joven lateral Carlos, que además fue el artífice de los dos centros que acabaron en gol, tampoco le fue a la zaga.
En el 16' el juvenil Iván Cifuentes tuvo su oportunidad de sumarse a los elegidos, pero no acertó con el marco y después de que Alberto Merino (22') pusiese a prueba a Alberto Domínguez, éste demostró unas condiciones felinas en una parada espectacular, con rectificación sobre la marcha incluida, en un disparo de Samu (34') que pudo cambiar el rumbo del encuentro.
Fue sólo la prórroga del espejismo antes mencionado. A renglón seguido Carlos se la entregó a Indiano, que se encontró con Lolo Soler y justo antes del descanso (40') llegó el cero uno, un auténtico golazo de Moutinho que hacía justicia a lo que se estaba viendo en el terreno de juego. El tanto mereció incluso los aplausos del público de casa, rendido a los méritos de la escuadra albaceteña.
Tras el intermedio los manchegos supieron administrar su ventaja y otra vez Iván Cifuentes la tuvo (65'), pero pecó de juventud y creyendo que estaba en un fuera de juego que el árbitro no había señalado, entregó el cuero al cancerbero del equipo de casa.
Los cambios de Rafa Escobar, como tantas veces, no surtieron efecto. La Balona seguía siendo un equipo descabezado, cuyos jugadores parecían estar pidiendo a voces la hora de marcharse por fin a casa. Porque la temporada se les ha hecho larga. Larguísima. Tanto como al resto.
Aquel remate inacabado de la promesa del fútbol albaceteño del 65' sólo un aviso, porque en el 74' Carlos mandó al Samu 'visitante', que llevaba rato inquietando, y éste sentenció con un disparo cruzado. Cuatro minutos después estuvo a punto de hacer el tercero, pero Lolo Soler rectificó y sacó por alto.
El Alba sacaba el balón de atrás con criterio y encontraba siempre a Diego Benito, ante una Balona desfondada e indiferente a un resultado que si no fue más amplio es, sencillamente, porque el equipo de Sampedro no quiso hacer sangre. Posiblemente este grupo de jugadores no merecían un adiós tan triste, porque en los nueve meses dejaron muchas satisfacciones en la retina, pero en los dos últimos meses no han estado a la altura de una entidad que afronta ahora momentos muy difíciles. Lo único bueno es que esta Liga, al menos para la Balona, ya es historia.
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