La Balompédica ya cotiza al alza (3-1)

La Balona empieza a levantar el vuelo. O a acallar bocas, según se entienda. El conjunto albinegro abandona la zona de descenso para encaramarse a los puestos intermedios, aunque también es cierto que va camino de llevarse por delante de un sobresalto a algunos de sus más añejos aficionados. Los albinegros derrotaron, merecidamente, a un Real Murcia ramplón excepto en el coletazo final, pero incluso con el encuentro en apariencia decidido concedieron al rival cuatro oportunidades de gol en un puñado de minutos que, ante otro rival con más fuste, hubiese podido costarle muy caro.

Bien está lo que bien acaba. La Balona sacó adelante el examen ante un clásico del balompié patrio y respira hondo antes de despedir el próximo sábado su destierro en el San Rafael barreño. Los linenses sacaron la máxima renta a su pólvora y sumaron el segundo triunfo del curso, que despeja el horizonte.

El primer tiempo no fue precisamente para recordar. El Murcia había renunciado a sus ideales y había formado un medio centro de trabajo, en el que Isi abandonó la banda para acabar por formar un trivote. Un riesgo que los albinegros no supieron rentabilizar, porque aunque Gato hizo sus escarceos por la zona despoblada, no había una jugada que acabase con un disparo a puerta.

La Balona, que ha encontrado en Alfonso (el mejor del partido) al hombre que aporte el equilibrio que le faltaba, era incapaz de localizar a Juampe y salvando cuatro amagos de ocasiones mal contadas y un inexistente penalti que reclamaron los de casa al ver rodar a Francis Ferrón por el césped, en esta primera entrega, casi nada.

Y casi porque en el 19' Javi Gallardo se jugó la expulsión con una durísima entrada a Wilson Cuero en el centro del campo. Una acción que tuvo un peso específico en el devenir del partido, por cuanto el colombiano acabó teniendo que ser relevado y su equipo perdió un referente arriba.

Cuando el primer periodo estaba a punto de tocar a su fin apareció por fin Juampe, que tiene la capacidad de hacer cosas diferentes. De acabar con los bostezos, de conseguir que hasta un partido como el de ayer se asemeje a ratos al fútbol. Recogió el balón en banda, completó un eslalon y puso la pelota a Ismael Chico en zona franca, ya dentro del área. El disparo se colaba pero Francis Ferrón se dejó llevar por el instinto de ariete y remachó. Casi seguro, en fuera de juego, pero había un defensa bajo los palos (no así el portero) que ayudó a confundir al linier.

Tras el intermedio el Murcia, que no despedía sensaciones, se mostraba incapaz de inquietar a la Balona.

Y en el 60' Manolo Ruiz tomó una decisión valiente: mandó al banquillo a Ismael Chico y dio entrada a Maurí. La decisión era arriesgada no tanto por la apuesta deportiva que implicaba, sino porque si le llega a salir mal le hubiese estallado en las manos y la sustitución hubiese sido objeto de mil y una autopsias durante la semana. Pero el fútbol, que al final es el que manda, apenas tardó diez minutos en darle la razón al míster. Una acción entre Francis, Zamorano y Maurí permitió al brasileño hacer el dos-cero. Y como sucede siempre, ya todos habían dicho que la decisión era la idónea.

A falta de doce minutos el técnico balono echó mano de Álex Santelices para jugar con tres centrales y tratar de poner lo menos en riesgo posible el resultado. Y fue precisamente cuando le subieron las pulsaciones a los que estaban en la grada. Hasta tres veces permitieron a los visitantes acercarse con peligro. Roberto Alarcón, Golobart (que pretendía ejercer de Alexanco) y Nacho desde fuera del área -obligando a Óscar Santiago a realizar una soberbia parada- pudieron haber dado un buen susto. Que quedó en eso.

Cuando en la grada ya se iba escuchando aquello de árbitro la hora la Balompédica aprovechó en el 92' que el conjunto pimentonero había quemado las naves para montar una contra. Zamorano condujo bien, París Adot resbaló y el argentino la mandó al borde del área para que Javi Gallardo, que había seguido la jugada con instinto, marcase con una solvencia impropia de un defensa.

El tanto produjo una auténtica explosión de júbilo de banquillo y aficionados, porque, a pesar de los dos goles, nadie las tenía todas consigo.

Claro que para no perder la costumbre aún llegaría una última concesión local. Precisamente París Adot centró desde la derecha y Roberto Alarcón le robó la cartera a los defensas y marcó a un palmo del marco. El primer gol del Murcia fuera de casa. Y tenía que ser precisamente a la Balona, claro.

La Balona mejora y las reconstrucciones se hacen mucho mejor cuando llegan los marcadores, como queda patente en Bauti. Pero aún tiene mucho camino por recorrer. Y es tras un triunfo cuando toca advertirlo.

ÁRBITRO: Guillermo Conejero Sánchez (Plasencia -Cáceres-) . Concedió el primer tanto balono en el que Francis Ferrón estaba, casi con total seguridad, en fuera de juego.

TARJETAS: Amarillas a los locales Javi Gallardo (19') y Bauti (84') y a los pimentoneros Roberto Alarcón (79') y Diego Rivas (83').

GOLES: 1-0 (44') Francis Ferrón remacha bajo palos un disparo de Ismael Chico tras un jugadón de Juampe. 2-0 (71') Maurí Franco culmina una trenzada jugada de ataque local, en la que recibe de Zamorano. 3-0 (92') Javi Gallardo completa, con frialdad, una contra iniciada por Zamorano, que firma su segunda asistencia de la tarde. 3-1 (93') Roberto Alarcón desvía en el área pequeña un centro de París Adot, aprovechando la pasividad de la defensa.

INCIDENCIAS: Encuentro de la sexta jornada de Liga en el grupo IV de la Segunda B, disputado en el San Rafael de Los Barrios, al no haber finalizado la siembra del césped en el Municipal linense. Unas 1.400 personas en las gradas. Terreno de juego en pésimas condiciones.