fútbol

Aragón, hijo predilecto de la Balona

  • "Ésta es mi casa, aquí lo pasé de maravilla, tuve unos compañeros muy buenos y la afición aún me sigue queriendo", asegura el malagueño, que aplaude la organización del homenaje a Salvador Mota

"No es que esté como en casa, es que estoy en mi casa". Así de rotundo se muestra Santiago Aragón, El Chato,cuando habla de La Línea. El exfutbolista acudió el pasado sábado al estadio Municipal para acompañar a Salvador Mota en el homenaje que los veteranos le brindaron a El Gran Capitán. Entre ambos exbalonos existe un sentimiento de respeto, cariño y admiración mutua. No es extraño. Ambos, cada uno con sus credenciales, se constituyeron em santo y seña de la Real Balompédica en la década de los setenta.

Aragón, sin duda uno de los mejores centrocampistas que se haya enfundado la elástica blanquinegra en la ya casi centenaria historia de la entidad, no hace nada por reprimir las lágrimas mientras es objeto de innumerables muestras de afecto. De aquel jugador que llegó de la Primera división queda la templaza y la sabiduría, desgracidamente no se puede decir lo mismo de las condiciones físicas. "Ahora ya no puedo jugar. Ojalá pudiese. Pero bueno voy con los veteranos del Málaga y veo mucho fútbol… esto es algo que se mete dentro y lo llevas para toda la vida".

La mirada de Aragón se pierde cuando empieza a hablar de su pasado por la Balompédica. "Aquí lo pasé de maravilla", dice. "Tuve unos compañeros muy buenos y a una afición que me quería mucho".

"Bueno, por lo que veo, que me sigue queriendo", corrige mientras atiende a aficionados balones que insistían en fotografiarse con él. "Lo pasé tan bien aquí…" repite.

"Mota se merecía un homenaje, no era un futbolista cualquiera", añade mientras observa el desarrollo del encuentro entre los veteranos de la Balona y del Betis. "Él era el que dirigía el vestuario. Es un tipo estupendo dentro y fuera del campo".

Aragón se remonta en el tiempo y repasa de principio a fin la alineación de aquel equipo que encandiló a mediados de los setenta y que muchos aficionados añejos aún recitan casi de memoria. Compartía el mediocentro con Nico Sosa. "Vaya futbolista ¿no?", recalca.

"La pena es que el fútbol ha cambiado mucho", subraya. "Antes había mucho más compañerismo que ahora. El dinero lo ha cambiado todo. Hay demasiados intereses, demasiado egoismo. Antes el equipo era lo primero. Para nosotros lo fue la Balona… ahora es distinto".

"Yo, desde que puse por primera vez esa camiseta, llevo la Balona dentro de mí", recalca. "Éste no es un club cualquiera. Es la Real Balompédica. Tuve tan buenos compañeros y una afición..."

"Este año, cuando ascendió, me emocioné horrores", subraya. "Yo sé cómo se viven las cosas en La Línea y esto tuvo que ser una locura".

Aragón bendice la política de la directiva del equipo albinegro, que respalda la idea de que la base de la primera plantilla esté formada por jugadores de la cantera. "En mi tiempo pasó lo mismo. La mayoría era de aquí. Los futbolistas de La Línea acogen de una manera especial a los que vienen de fuera. Yo sé de lo que hablo".

"Aquí hay una buena cantera, este pueblo vive mucho el fútbol y los de casa se parten el alma por su Balona", reforzaba.

"También hay que contar con un entrenador que tenga la suficiente valentía como para ponerlos antes que a otros y por lo que sé eso ha pasado esta temporada aquí", comentaba en referencia a Rafael Escobar.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios